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El Pirineo catalán reclama inversiones pese al fracaso de los Juegos Olímpicos

Los agentes económicos se muestran escépticos con las promesas de las administraciones

Carretera C-16, en su tramo entre Cercs y Bagà, una de las vías que tenían que desarrollarse con el plan olímpico.
Carretera C-16, en su tramo entre Cercs y Bagà, una de las vías que tenían que desarrollarse con el plan olímpico.MASSIMILIANO MINOCRI
Bernat Coll

Pau Lozano trabaja en una farmacéutica en la Seu d’Urgell (LLeida) y hace años que escucha que el municipio tendrá un nuevo hospital. “Se habla de eso desde 1992 y aún esperamos”, dice. Francesc Armengol, presidente de Empresariat Cerdanya, lamenta que la línea ferroviaria de Cercanías hasta Puigcerdà (Cerdanya) tenga una frecuencia escasa y un trayecto largo. “Su mejora es la promesa incumplida de siempre”, asume. Y Josefina Lladó, alcaldesa de Ribera d’Urgellet, un municipio de menos de mil habitantes, demanda una conexión a Internet “en condiciones” para todos los pueblos de la zona.

El Pirineo catalán pide concreción. Y garantías. Los empresarios, políticos y agentes sociales del territorio reclaman al Govern que no ralentice su plan de desarrollo de la zona a pesar del fracaso de la candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno del 2030 en la cordillera. Los diferentes sectores admiten que la cita olímpica era un motor para la mejora infraestructural y social de la zona y temen ahora que sus reclamas queden en el olvido. La Generalitat presentó hace un mes la Agenda Estratégica del Pirineo con vistas al 2030 y la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, defendió hace unos días que la hoja de ruta no cambiará sin los Juegos. Los vecinos muestran sus dudas por los años sin avances.

Las reclamaciones históricas del Pirineo, explican los vecinos, son sus conexiones por tren y carretera. “Para ir desde Puigcerdà hasta Vielha (Val d’Aran) se necesitan casi cuatro horas en coche”, concreta Lladó. La alcaldesa señalas las deficiencias de la N-260, conocida como la Transpirenaica porque cruza el Pirineo catalán desde el mar hasta Aragón, y considera que el mal estado de la carretera ha llegado a limitar “la organización colectiva del territorio”. “El Gobierno central la tiene abandonada”, denuncia.

Lozano considera que la falta de una buena red por carretera dificulta aún más el acceso a los servicios públicos. Cita el déficit de consultorios médicos en el territorio y la inquietud de algunas familias ante la lejanía de la atención médica. “No es normal que tengamos miedo de que la gente mayor enferme. Los desplazamientos llegan a ser de dos horas”, analiza. Armengol coincide con Lozano: denuncia la falta de pediatras y dermatólogos [un problema habitual en muchas zonas de Cataluña] y propone crear un “centro de residentes en traumatología” en Puigcerdà. Lozano añade otra cuestión pública: “Las escuelas cierran por falta de niños, especialmente en los municipios pequeños; y en La Seu no tenemos ninguna residencia de ancianos pública”

El farmacéutico añade otro problema de movilidad. “No hay transporte público para llegar a muchos pueblos de montaña”. La falta de autobuses, dice, lleva a los vecinos más mayores a tomar decisiones definitivas: “Solo se puede llegar en vehículo privado. O viven aislados o se van”.

La despoblación es uno de los principales miedos del territorio. Armengol lamenta la caída de los Juegos porque entiende que habrían generado vivienda protegida tras la ejecución de algunos planes urbanísticos previstos para acoger las villas olímpicas. “Los jóvenes no tienen acceso a la vivienda en el territorio”, apunta, en un contexto en el que algunos colectivos aprovechan el teletrabajo para instalarse temporadas más largas en la montaña y trabajar a distancia. El primer punto de los objetivos estratégicos de la Agenda del Pirineo 2030 es “potenciar la oferta de vivienda para garantizar el arraigo de la población”. El plan, sin embargo, no ofrece cómo ni cuándo desarrollar esta necesidad.

El problema de muchos vecinos del Pirineo, alerta Lladó, es que la conectividad es deficiente en numerosas zonas: “La conectividad digital es un problema cotidiano muy común”. La alcaldesa acepta que es muy difícil instalar antenas en aquellos pueblos apartados de los núcleos y que los operadores privados no están interesados en invertir en el territorio. “¿Qué pasará con aquellos espacios sin una conexión estable?”, se pregunta. Armengol se suma: “El 5G es imprescindible para poder teletrabajar en condiciones”. Según el documento de la Generalitat, el compromiso del Gobierno catalán es desplegar la fibra óptica a todos los municipios de Cataluña para que, concreta, “los operadores locales, con poca inversión, desplieguen la infraestructura de última milla y garanticen el servicio”.

Pero si había algún proyecto que generaba expectación con la llegada de los Juegos es la mejora de la red ferroviaria. La Generalitat reclama desde hace años la transferencia integral del servicio de Cercanías, algo que el Estado ni se plantea; y de momento pide el desdoblamiento de algunas vías, especialmente las de las conexiones entre Barcelona y Puigcerdà (Línea R3). Este tramo de 150 kilómetros se cubre actualmente en más de tres horas. “Ha sido una promesa permanente y al final te das cuenta de que es una línea olvidada”, lamenta Armengol. Fuentes de la Generalitat aceptan que la mejora de la R3 era prácticamente “una garantía con los Juegos”, pero que sin la cita olímpica su mejora es una incógnita.

El proyecto olímpico de Pirineos-Barcelona elaborado por la Generalitat hasta 2019 requería unas inversiones infraestructurales de 1.264 millones de euros, de los cuales, más de la mitad (650) estaban destinados al ámbito ferroviario, según el principal estudio de viabilidad encargado en 2019 por el Departamento de Presidencia. El mismo documento abría la posibilidad a invertir 1.016 millones más para infraestructuras viarias. Parte de esta inversión tenía que destinarse, entre otras necesidades, a la mejora de la capacidad de la carretera C-16 entre Berga y Bagà (Berguedà) y la de la C-28 entre Vielha y Baqueira, según otros estudio.

Las fuentes de la Generalitat y agentes económicos de Cataluña y Barcelona, en todo caso, defienden que muchas de las infraestructuras previstas para el desarrollo del territorio, especialmente en el ámbito viario, seguirán sobre la mesa a pesar del fin de la candidatura olímpica. “Muchas obras no estaban sujetas a los Juegos, aunque es cierto que habrían ayudado a acelerar su ejecución”, consideran.

El plan del Govern no parece crear confianza entre los vecinos. “No confío mucho en su implicación: su intención eran los Juegos Olímpicos”, considera Lozano. Lladó, que desde hace unos años es parte de la administración, también es escéptica. “La política se ha pervertido”, entiende. “Todo son intereses particulares y se ponen por delante los beneficios de los partidos que de la gente”.

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

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