La ruptura olímpica pone en jaque el ritmo de las inversiones en el Pirineo
Aragón tiene previsto acelerar la unión de estaciones de esquí, mientras que la Generalitat confiaba en la mejora de las conexiones ferroviarias en Cataluña
El fracaso olímpico tiene consecuencias económicas e infraestructurales. El fin de la candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno en 2030 pone en jaque el ritmo de las inversiones en el Pirineo. Muchos proyectos aprobados en el territorio necesitan ejecutarse y la cita olímpica se presentaba como la palanca perfecta para iniciar esta fase final. Aragón tiene pendiente ejecutar la unión de estaciones de esquí para fortalecer su oferta de turismo de nieve y la Generalitat confiaba que los Juegos trajeran las mejoras necesarias para la red ferroviaria catalana, dependiente del Estado, especialmente en los Cercanías que conectan Barcelona con los Pirineos.
El gobierno de Aragón considera capital relanzar el turismo de nieve para captar usuarios internacionales. El proyecto de ampliar el dominio esquiable en el Pirineos aragonés es una vieja aspiración del territorio. La intención del gobierno es enlazar las pistas de Formigal, Astún y Candanchú, y ampliar Cerler, en Huesca. Parte de este proyecto está aprobado inicialmente por 53 millones de euros con fondos europeos, pero fuentes del Gobierno de Aragón admiten que los Juegos podrían haber incluido esta partida dentro del proyecto olímpico.
Zaragoza tiene pendientes dos grandes proyectos: un estadio de fútbol y un gran pabellón. Hace tiempo que el consistorio considera que la ciudad necesita un espacio para grandes eventos deportivos y culturales. El plan olímpico incluía la construcción de al menos un pabellón que albergaría las pruebas de hielo de velocidad y de patinaje artístico; mientras que la intención era tener la nueva Romareda (el estadio donde juega el Real Zaragoza) para la inauguración o clausura de los Juegos. Este proyecto, con un coste aproximado de 120 millones de euros, aspira también a formar parte de una posible candidatura para el Mundial del 2030.
El vicepresidente de la Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés (Adelpa), Eusebio Echart, insistió el lunes en el impacto económico que hubiera supuesto la celebración de la cita olímpica en el Pirineo. A través de un comunicado, consideró los Juegos “una oportunidad para mejorar infraestructuras necesarias para el futuro de nuestro territorio que no puede ser desaprovechada”. Un cargo socialista de la comunidad cita la mejora de la red de movilidad del entorno de Jaca (Huesca), antigua aspirante olímpica, como ejemplo del potencial de la iniciativa. “Cuando Jaca se presentó, se mejoraron autovías y túneles para vestir sus proyectos deportivos”, insiste. “Ahora habría pasado algo similar mismo si se hubieran adjudicado los Juegos”.
Esta misma fuente entiende que la cita olímpica habría garantizado también la mejora de la carretera nacional N-260, conocida como la Transpirenaica porque cruza toda la cordillera, y el desarrollo del tramo entre Benasque y Cataluña. Precisamente desde Cataluña coinciden en el diagnóstico: “Esta carretera necesita mejoras urgentes porque es una vía importantísima para el territorio y probablemente se hubieses ejecutado diferentes tramos”, comparte una fuente del Govern de la parte de Junts.
Pero si había algún proyecto que generaba expectación con la llegada de los Juegos es la mejora de la red ferroviaria. La Generalitat reclama desde hace años la transferencia integral del servicio de Cercanías, algo que el Estado ni se plantea; y de momento pide el desdoblamiento de algunas vías, especialmente las de las conexiones entre Barcelona y Puigcerdà (Línea R3), un tramo de 150 kilómetros que se cubre en más de tres horas. “Existe un plan de desarrollo que se ha ejecutado al 25% en 25 años”, lamentan desde el Govern. “Con los Juegos, esta evolución era casi una garantía”. Los responsables políticos de Aragón también lamentan la oportunidad perdida de seguir mejorando la conexión ferroviaria entre Zaragoza, Huesca y Canfranc. “Es una conexión muy demandada y una reivindicación histórica, aunque últimamente se ha invertido en ella”, admiten.
Números agentes económicos de Cataluña y Barcelona, en todo caso, consideran que muchas de las infraestructuras previstas para el desarrollo del territorio, especialmente en el ámbito viario, seguirán sobre la mesa a pesar del fin de la candidatura olímpica. “Muchas obras no estaban sujetas a los Juegos, aunque es cierto que habrían ayudado a acelerar su ejecución”, consideran. La Generalitat defiende que su plan de desarrollo para el Pirineo no corre peligro a pesar de quedarse sin Juegos en 2030.
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