El caso de la artista Paula Bonet destapa a nuevas víctimas de su acosador
Víctor G. tiene otra causa abierta por hechos similares y otras dos mujeres han contactado con la abogada de la ilustradora
Paula Bonet no fue, presuntamente, la única víctima de Víctor G., el hombre que la sometió durante tres años a un asedio implacable. La abogada de la artista, Carla Vall, ha desvelado que otras tres mujeres han afirmado haber sufrido también episodios de acoso por parte del hombre. Al menos uno de los casos ya está judicializado, de modo que Víctor G. tiene ahora dos causas abiertas por delitos similares.
“Me han contactado dos mujeres más para informar de que fueron víctimas de este hombre (…) Ya son cuatro, os podemos poner en contacto”, tuiteó Carla Vall tras la celebración del juicio contra el acosador, el pasado viernes. La publicación de las fotografías de Víctor G. a la salida de la Ciudad de la Justicia de Barcelona —donde hizo declaraciones en las que trató de justificarse y dijo que sufría un trastorno “erotomaníaco”— ha sido el detonante para que otras mujeres le hayan señalado por episodios de intimidación y acoso.
Ja en són quatre.
— Carla Vall i Duran (@CarlaVall) July 2, 2022
Us podem posar en contacte. https://t.co/3g1amLGpmD
Una de las nuevas presuntas víctimas, la fotógrafa Lidia Vives, ha explicado su experiencia en un extenso hilo de Twitter. Hasta ahora, dice, había permanecido callada para no perjudicar el proceso penal que sigue Paula Bonet. “El primer mensaje me llegó en 2019 a mi cuenta de Facebook”, explica Vives. Allí, el acosador —que se identificó como Víctor Glybando— le escribió: “Hola, tienes cara de sida. Bromeaba, eh, ¡guapa!”. Un año después, asegura, volvió a escribirle a través de Twitter. Ella le pidió que dejara de hacerlo, pero no le bloqueó con la esperanza de que, si profería alguna “amenaza directa”, pudiera denunciarlo.
Las excusas dadas por Víctor G. en el juicio, asegura la fotógrafa, le han “hervido la sangre”. El acusado aseguró que estaba convencido de que Bonet se había enamorado de él y su defensa alegó que padece un trastorno erotomaníaco —que no ha sido acreditado por el juzgado— como eximente para pedir su absolución. “Este tío es un acosador de manual y no debería estar en libertad. Sigue un patrón de perturbado obsesivo. Es peligroso y espero que lo encierren”, ha escrito Vives.
Lo que significa que es alguien que repetirá ese comportamiento y que, viéndose impune, irá a más. Espero que el/la juez (desconozco quién es) tenga eso muy presente.
— ig: lidia.vives 🐝 (@lidiavivesphoto) July 2, 2022
La fotógrafa añade que su caso “no tiene ni punto de comparación con el de Paula”, en el sentido de que la ilustradora y escritora sufrió un acoso más continuado en el tiempo y de mayor gravedad. Víctor G. fue a visitarla a menudo al taller donde trabaja en Barcelona, donde permanecía largas horas a la espera y donde amedrentó a las alumnas y empleadas de Bonet. Más tarde intensificó su acoso en redes sociales, donde llegó a amenazar con violarla, matarla y descuartizarla.
Durante el juicio —celebrado a puerta cerrada a petición de la víctima—, el acusado declaró que se trataba de un mero “juego literario”. La Fiscalía pide para él cuatro años de cárcel por coacciones, amenazas y quebrantamiento de medida cautelar (se acercó a la artista cuando tenía orden de no hacerlo, lo que le llevó a ingresar en prisión provisional). La acusación, que ejerce Vall, solicita cuatro años.
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