Más de 10 millones de euros para reducir la superpoblación de jabalíes
La Generalitat impulsa una ley de caza y un plan de choque para frenar los daños a la agricultura y mitigar la accidentalidad que provocan los animales
La Generalitat invertirá en tres años 10′7 millones de euros en un Plan de choque para controlar la sobrepoblación de jabalíes en Cataluña. El Govern añadirá, a medidas que han sido efectivas como la caza, otras nuevas. El proyecto prevé aprobar una ley de caza, crear la figura del cazador experto –con ayuda económica-, se mejorará la seguridad en las batidas, y se evitará que el jabalí pueda acceder fácilmente a los alimentos, tanto en cultivos como en zonas urbanas. La población de este animal, al alza, se ha triplicado en la última década. En la actualidad se calcula que hay unos 200.000 ejemplares en Cataluña, unos 134.000 (el 67%) en las comarcas de Girona. Por el contrario, los cazadores son menos cada año. Hacen unas 13.000 batidas al año, pero han pasado de rondar los 100.000 en el 2008, a quedarse en 60.000 el año pasado. Más de la mitad, un 55%, están en edad de jubilación.
La directora general de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio, Anna Sanitjas, reconoció durante la presentación en Girona del plan antijabalíes que, a pesar de los esfuerzos hechos, no se ha conseguido “un número estable de jabalíes compatible con la conservación de otras especies y con las actividades humanas”. El plan pretende “consolidar las acciones que han sido efectivas -como el control cinegético- y aportar nuevas líneas de actuación complementarias”. Se priorizarán estrategias que combinen el aumento de capturas, incentivando el consumo de carne de jabalí, con actuaciones de protección de cultivos y con medidas que supongan dificultar su acceso a los alimentos.
La temporada pasada se abatieron 70.000 cerdos salvajes y más de 3.000 murieron por accidentes de tráfico, falta de comida o enfermedad. Los jabalíes se concentran básicamente en zonas de Barcelona y Girona, y preocupa su superpoblación en las comarcas del Baix Empordà, por los daños en la agricultura, y en el Alt Empordà y la Garrotxa, por la siniestralidad viaria. En 2021, se abrieron 1.840 expedientes por destrozos en fincas agrícolas. Aunque los cereales y la fruta dulce se llevaron la peor parte, todos los cultivos están afectados por los jabalíes. Además, su impacto es notorio en los accidentes de tráfico. Los cerdos salvajes tuvieron participación en la mayoría de los 5.032 siniestros provocados por animales.
Las altas densidades de este ungulado favorecen la diseminación de bacterias que causan enfermedades infecciosas, como la peste porcina africana, la tuberculosis o la triquina, y dañan la biodiversidad, porque se comen los huevos de otros animales y los bulbos de las plantas de especies protegidas.
El plan prevé la creación de la figura del “cazador experto”, que ya actuará este año, en colaboración con los Agentes Rurales. “Es un paso para profesionalizar y reconocer la labor de un colectivo indispensable para el control de fauna”, ha apuntado Sanitjas, que explica que “la idea es tener un cuerpo de cazadores expertos” a quien se pueda recurrir “para actuaciones específicas, batidas o esperas nocturnas”. Las nuevas brigadas intervendrán en actuaciones concretas que comporten cierto riesgo, donde se requiera de mayor experiencia o se realicen en zonas complejas. Esta actuación irá acompañada de ayudas económicas, como ya las hubo en 2021.
Las medidas también llegarán al ámbito urbano y periurbano, donde los jabalíes cada vez se sienten más cómodos buscando alimento en contenedores y papeleras, zonas verdes o puntos de alimentación de gatos. Se dará apoyo económico para activar planes municipales específicos para la gestión del jabalí, para su control con métodos diferentes o complementarios a la caza. El control de las poblaciones de jabalíes dependerá de la casuística de cada zona. Sin embargo, se declarará la emergencia cinegética donde haya una densidad de ocho o más ejemplares por kilómetro cuadrado. Algunos puntos de Girona llegan a quince.
Además, se impulsarán mesas de gestión formadas por representantes de la Generalitat, ayuntamientos, cazadores, agricultores, sindicatos, ecologistas y científicos. También se harán campañas de sensibilización para recordar que está prohibido alimentarles. El objetivo es consensuar de manera conjunta las medidas que permitan prevenir o frenar los daños. Desde la Generalitat se quiere apostar por la ciencia y el conocimiento, con nuevos métodos de seguimiento y control de las poblaciones, entre ellos los anticonceptivos en el alimento. Se admite que todavía faltan años para tener “resultados firmes” y que sobre todo serían efectivos en “poblaciones cerradas” como Collserola (Barcelona). La Generalitat trabaja en un anteproyecto de ley que debatirá este año en mesas de trabajo con todos los agentes para consensuar el texto de base y, a inicios de 2023, se prevé entrar la Ley de Caza en el Parlament para empezarla tramitar.
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