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El Gobierno catalán rectifica y los contactos estrechos de positivos por covid que se hayan vacunado no tendrán que confinarse

La Generalitat acuerda con los sindicatos que 45.000 funcionarios vuelvan al teletrabajo de forma prioritaria

Josep Catà Figuls
Decenas de personas hacen cola para someterse a pruebas de antígenos o PCR para la detección de la covid-19 en un laboratorio de Barcelona.
Decenas de personas hacen cola para someterse a pruebas de antígenos o PCR para la detección de la covid-19 en un laboratorio de Barcelona.Albert Garcia (EL PAÍS)

Ante la explosión de contagios en la sexta ola de la pandemia, la discrepancia en los protocolos que proponen las administraciones añadió ayer más confusión. El Gobierno de la Generalitat había anunciado la semana pasada que los contactos estrechos de positivos por covid 19 tendrían que confinarse tuviesen o no la pauta completa de vacunación. Pero este miércoles tuvo que rectificar y alinearse con el protocolo estatal, que establece que las personas vacunadas no tendrán que guardar cuarentena si han sido contacto estrecho de un positivo. El Departamento de Salud criticó las medidas aprobadas por el Gobierno, pero admitió que tiene que adaptar su protocolo “para evitar más desconcierto entre la ciudadanía y los profesionales sanitarios”.

La disparidad de medidas llega en un momento de amplia transmisión del virus: por segundo día consecutivo, se superaron ayer los 10.000 nuevos contagios notificados en las últimas 24 horas (la media está en 5.600 nuevos positivos cada día), la incidencia acumulada en los últimos 14 días es de 809 casos por cada 100.000 habitantes, y la velocidad de transmisión (el indicador Rt) se sitúa en 1,45 puntos. Además, hay una creciente tensión en el sistema de atención primaria y en los hospitales, con 1.326 enfermos de covid en planta y 343 en la UCI. La tensión es evidente en el ámbito sanitario, y ayer el sindicato de Enfermeras de Cataluña denunció que las direcciones de algunos centros sanitarios ya han comenzado a denegar vacaciones de Navidad a profesionales sanitarios, ante la necesidad de personal por el aumento de los contagios derivados de la variante Ómicron.

El Govern también tiene encima la presión por parte de los sectores de la restauración y el ocio nocturno. Estos protestan por las medidas restrictivas anunciadas por el president, Pere Aragonès, que incluyen una limitación de los aforos y reuniones sociales, el cierre del ocio nocturno y recuperar el toque de queda de una a seis de la madrugada para las ciudades mayores de 10.000 habitantes y con una incidencia superior a los 250 casos por cada 100.000 habitantes. El Govern anunció ayer 20 millones de euros en ayudas directas a las empresas de ocio nocturno por la afectación de las medidas, aunque estas, que deberán entrar en vigor el viernes, están a la espera de ser avaladas o rechazadas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Por otro lado, la explosión de contagios también ha obligado a las empresas a organizarse. La Generalitat acordó en la Mesa General de la Función Pública la vuelta al teletrabajo prioritario durante toda la semana para 45.000 personas, aquellos puestos que se puedan trabajar desde casa. Para los que tienen que hacer trabajo presencial, se acordaron medidas como la compactación de turnos o la flexibilidad horaria, y permisos para cuidar a hijos confinados.

En la empresa privada, más que el aumento de contagios lo que ha creado más confusión es la discrepancia en los protocolos. “Nos han ido llegando inquietudes sobre cómo se aplicaba el criterio de confinamiento en caso de contacto estrecho”, explicó Josep Ginesta, secretario general de Pimec. “Pero por lo demás, no hay un nombre de bajas tan grande que obligue a parar la producción. Hay mucha capilaridad de los contagios en todos los ámbitos económicos”, añadió.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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