Unas placas solares siembran la discordia en la frontera entre España y Andorra
El Gobierno indaga si el Principado ha ocupado 50 metros de territorio y el Govern pirenaico se queja de que todavía no ha recibido “ninguna notificación oficial” del Ejecutivo español
¿Es la cima de la montaña la que marca la frontera entre los dos países? ¿Y si resulta que es un altiplano? ¿Entonces se divide la mitad para cada uno? ¿Pero si hay un riachuelo? ¿Es el cauce el que marca la división? Estas son las preguntas, todavía sin respuestas, que esta semana han sembrado la discordia en la frontera entre España y Andorra. En concreto, en la cima de La Tossa, una montaña que roza los 3.000 metros en el Parque Natural del Alt Pirineu de los pirineos de Lleida y en la que el Principado está construyendo un parque solar junto a una estación de esquí.
La Generalitat de Cataluña cree que hay paneles que se han instalado invadiendo en torno a 50 metros de su territorio. Un portavoz del Ejecutivo andorrano asegura a EL PAÍS, sin embargo, que todavía no han recibido ninguna “notificación oficial sobre el asunto” del Gobierno español. También que, en cuanto se enteraron (“por la prensa”, recalca), la ministra de Exteriores del país pirenaico contactó con el embajador español para “obtener toda la documentación” y “dilucidar la cuestión para saber si hay alguna divergencia”.
En paralelo, el embajador, Àngel Ros, confirmó ayer al Diario de Andorra que el Ministerio del Interior de España ya “dispone de toda la información” y que se harán “las indagaciones necesarias”. Una portavoz de Agents Rurals de la Generalitat explicó ayer a este diario que un equipo del cuerpo se desplazará esta semana para “recabar información”. Aunque no aclara si en las tareas participará algún técnico del ministerio. El parque es uno de los grandes proyectos del Ejecutivo andorrano para consumar la transición a las renovables y aglutina 5.300 placas fotovoltaicas en una superficie de 22.000 metros.
La confusión y la información cruzada a través de la prensa entre los gobiernos español, catalán y andorrano se inició, precisamente, tras el reportaje de un medio de comunicación local la pasada semana. Un equipo de la televisión local PirineusTV, que estaba realizando un reportaje en la zona, se percató de que algunas placas podían estar en territorio del parque del Alt Pirineu, ya en territorio catalán. Y los periodistas llamaron al director del parque natural, que depende de la Generalitat, Marc Garriga.
“Comprobamos mediante nuestra cartografía y vimos que algunas estaban en nuestro territorio”, explica Garriga a este diario. Tras comprobar con los mapas del Institut Cartogràfic de Cataluña, el director se decidió a llamar a un responsable de la parroquia (así se denomina) de La Massana, una de las siete divisiones territoriales que integran el Principado: “Me dijeron que ellos tenían un mapa diferente y que las placas estaban en sus terrenos...”.
Entre tantos mensajes cruzados en las altas esferas, el alcalde de Les Valls de Valira, el pequeño municipio entre montañas donde se sitúan los terrenos, se muestra sorprendido. “Hay mucho alboroto generado por la prensa”, explica Ricard Mateu. El edil prefiere ser cauto y dejar que los Gobiernos “comprueben la cartografía para luego ver si hay que hacer algo o no”. Aunque sí apunta a la posible causa de la discordia: “Es un terreno que se ha alterado con el tiempo. Puede haber causado confusión”.
A lo largo de la cordillera es común que los excursionistas crucen fronteras entre Francia, España y Andorra sin darse cuenta, sobre todo en las cimas. Los pastores se adaptan a las costumbres y es común ver al ganado cruzar los límites. Pero el problema aquí, recalca Garriga, es que el territorio se ocupe por placas, ya que cambia el uso del suelo. La instalación llega además en medio de las quejas de ayuntamientos contra la instalación de parques de renovables.
Al otro lado de la frontera una portavoz de La Massana no quiere oír ni hablar “de conflicto diplomático”. “Hay que sentarse y resolverlo”, dice. La misma portavoz coincide con el portavoz del Ejecutivo andorrano y asegura que no “han recibido ninguna notificación oficial” del Gobierno español. También que, de momento, toda la información que disponen es la que “se ha publicado en los medios”. La portavoz resta importancia y tensión al asunto, y añade que hace una década ya se vivió una situación parecida en la misma cima, entonces por la construcción de unos depósitos de agua para una estación de esquí.
Y entonces, la balanza se acabado inclinando hacia lado andorrano.
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