Ariadna Mas: “No queremos recuperar la presencialidad de antes de la pandemia en los CAP”
La directora de Atención Primaria del ICS anuncia la figura de un administrativo de cabecera para mejorar la gestión
Soplan vientos de cambio en la atención primaria en Cataluña. Después del azote de la pandemia de covid, que ha dejado tambaleando a los centros de salud y exhaustos a sus profesionales, el Instituto Catalán de la Salud (ICS), la empresa pública que gestiona el 80% de los centros de atención primaria (CAP), ha decidido reordenar la atención en la puerta de entrada al sistema sanitario. Al frente de los cambios está Ariadna Mas (Badalona, 52 años), médica de familia y directora de atención primaria del ICS.
La facultativa, curtida en los centros de salud de Badalona, está al mando de un sector que ya antes de la crisis se quejaba del exceso de presión asistencial. La pandemia lo ha empeorado todo y los profesionales reclaman más personal.
Pregunta. ¿Qué diagnóstico hizo al llegar al cargo?
Respuesta. Faltaba orden en la llegada de las visitas a las consultas: el 30% eran burocráticas. Las visitas han de tener las pruebas diagnósticas hechas antes de ir al médico. Es desesperante que los pacientes vayan un día para traer la espirometría, otro para un electro, y otro para la analítica. No es su culpa, es falta de orden.
P. ¿La situación en la que está la primaria es todo por falta de orden o hay más elementos?
R. La primaria ha llevado el peso de la pandemia. Es normal que exista una sensación de sobrecarga en los profesionales.
P. ¿Hay una sobrecarga?
R. Hay un esfuerzo enorme y una sobrecarga emocional. Hay que valorar el trabajo hecho. Antes nos aplaudían y ahora parece que nos quieran partir la cara.
P. ¿Hay más personal para recuperar la actividad atrasada?
R. En un año y medio, hemos aumentado 4.500 personas [entre ellos, 2.300 administrativos, cerca de un millar de enfermeras y 221 médicos]. Estamos por encima de la media europea en médicos de familia. Los cupos de pacientes por médico son los más bajos de la historia. Hay estudios que afirman que si los cupos bajan mucho, los médicos pierden competencias. No es bueno que baje mucho porque si hay patologías raras que no se observan, se pierden competencias.
P. ¿No aumentará la plantilla de médicos y enfermeras?
R. Ha aumentado mucho. Las enfermeras tendrán que aumentar sí o sí; y de médicos no se encuentran.
P. Quizás se van a otros países o comunidades donde les pagan mejor. ¿Hay un plan para recuperar los profesionales?
R. Hay que buscar soluciones para que en los equipos no haya sobrecarga. Hicimos lo del exceso de cupo [atender a más población de la inicialmente asignada haciendo horas complementarias voluntarias].
P. ¿Pero esto no indica que falta personal y que haya un riesgo de exceso laboral individual?
R. En los hospitales hay parte del personal que por la tarde trabaja en la privada. ¿Esto es una sobrecarga para estos profesionales? El exceso de cupo es voluntario y lo hace quien quiera.
P. ¿Qué mejoras laborales se pueden plantear desde el ICS?
R. Estamos ligados en la parte laboral: sueldo, días de permiso, etc. Pero con una primaria atractiva puede ser mejor para trabajar. Nadie quiere hacer 60 visitas diarias. Hay que reordenar el modelo actual en tres aspectos: el primero, desarrollar el rol administrativo para que las tareas burocráticas salgan de las consultas. Cada ciudadano tendrá un referente administrativo asignado que liberará tareas a enfermeras y médicos.
P. ¿Cómo se accederá ahora a la atención primaria?
R. La presencialidad es muy importante, pero tenemos que aprovechar las herramientas que la pandemia nos ha proporcionado. La Meva Salut [el aplicativo informático para acceder al sistema sanitario] la utilizaba el 1,5% de los ciudadanos; ahora es un 25%. Hemos hecho cinco millones de visitas por teléfono. No es cierto que no se haya podido acceder al servicio. No queremos recuperar la presencialidad de antes, sino reordenar el sistema, que es muy bueno. Todo lo que pueda resolver por la e-consulta, mejor. Si no hace falta venir, mejor para el paciente y el profesional.
P. ¿Cómo se sortea la brecha digital?
R. Quien no tenga acceso, vendrá al mostrador. Queremos ser lo más accesible posible, pero esto no significa que todo sea inmediato. La evidencia científica nos dice que es mejor ser atendido por nuestro médico que por otro que no nos conoce, y tenemos que luchar para que sea así.
P. ¿Cuál sería el ideal de presencialidad?
R. Yo diría 70% presencialidad y 30% de no presencial. Antes de la pandemia era más del 80%, hacíamos poquísimo no presencial.
P. ¿El profesional podrá gestionar su agenda?
R. Sí, esto es la clave. Ya tendría que haber sido así siempre. Y, además, ahora tienen un administrativo de referencia, que también puede gestionarla.
P. Entonces, ¿habrá más administrativos?
R. Hemos aumentado unos 2.000. Tendríamos que luchar para conseguir más de todo. Todos los 4.000 profesionales que hemos cogido de más en la pandemia, nos los queremos quedar a todos.
P. Del plan inicial del Govern, de invertir 5.000 millones de euros adicionales en cinco años en salud, ¿a qué aspiran?¿Cuál es el mínimo para reorganizarse y volver a empezar?
R. Atención primaria tiene que llegar a tener el 25% del presupuesto sanitario. Pero lo mínimo, es que estos 4.000 que hemos incorporado, se puedan quedar.
P. ¿Teme otra huelga de atención primaria?
R. Esperemos que no. No beneficiaría a nadie. Lo mejor que tenemos son los profesionales, los tenemos que cuidar al máximo.
P. Los sanitarios temen perder la continuidad asistencial, ¿cómo se garantiza?
R. Estamos haciendo demasiados circuitos. Si hay urgencias, se obliga a los médicos a cubrirlas y dejar su consulta. El problema es que cuantas más urgencias atiendes, menos espacios en tu agenda tienes para los pacientes. Y estos, al no encontrar cita, van a urgencias. Reclamamos minimizar los circuitos en los centros de salud y pedir a los usuarios que esperen a ver a su médico de cabecera antes de ir a urgencias si no es urgente. Casos de urgencias (cólico nefrítico, un infarto) hay uno o dos al día: el resto es gente que no tiene acceso a su médico y quiere visitarse ya. Esto también es culpa del propio sistema. La inmediatez no es buena para el paciente. La mayor parte de las urgencias no son urgentes: son cosas que el sistema no puede asumir.
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