Barcelona, elegida sede de un plan piloto de inserción laboral

Barcelona ha sido la ciudad elegida por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para hacer una prueba piloto de un programa de inserción sociolaboral para perceptores del ingreso mínimo vital (IMV). El ensayo durará dos años, llegará a mil personas y se financiará con 10 millones procedentes de los fondos europeos Next Generation.

Lo anunció ayer el ministro José Luis Escrivá tras reunirse con la alcaldesa Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. El ministro destacó que su área del Gobierno español contará con 100 millones de euros para proyectos sociales entre 2022 y 2023 y destacó que la capital catalana contará con un 10% del total.

Uno de los motivos por los que Barcelona ha sido elegida es por su experiencia con el proyecto B-Mincome, un ensayo de una renta básica realizado entre 2017 y 2019, también con fondos europeos en el que mil personas de los barrios del Besòs recibieron una renta básica: algunos con condiciones como hacer inserción laboral, y otros sin condicionantes.

Esa prueba de políticas de innovación urbana, que recibió 14 millones de euros, demostró que tener un ingreso fijo reduce el riesgo de pobreza severa y mejora el bienestar de quien lo recibe. Los trabajadores sociales que siguieron a las familias destacaron que tener un ingreso seguro tranquiliza a las familias, que ya no tienen que pensar cómo comprarán comida o pagarán el piso. Y que con el mínimo pueden ocuparse de cuestiones imposibles de abordar cuando vives en apuros: la salud o la educación de los hijos. Ahora, a este IMV se sumarán programas de reinserción.

La alcaldesa celebró que los fondos europeos Next Generation se destinen también a programas sociales y, más allá de ayudas, a “programas de innovación que potencien la garantía de derechos y la autonomía personal” de sus participantes. “Para Barcelona es un orgullo”, celebró, y reivindicó que son las administraciones locales las que están más cerca de la ciudadanía y de sus problemas. Colau confió en que “sea un éxito y se pueda replicar en otras ciudades”.

Escrivá añadió que si el Ingreso Mínimo Vital, “tiene como objetivo proteger a los más vulnerables con una renta”, la futura prueba “aspira a ser integral, con el objetivo final de que las familias accedan a una situación mejor en la sociedad”. El seguimiento de la prueba lo hará el área de Derechos Sociales.