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Barcelona se enfrenta a la fiesta de La Mercè con 300 policías más para evitar botellones masivos

La Guardia Urbana velará para que no se venda alcohol a partir de las 11 y multará a primera hora

Botellón en el barrio de Sants, coincidiendo con su fiesta mayor, el pasado mes de agosto.
Botellón en el barrio de Sants, coincidiendo con su fiesta mayor, el pasado mes de agosto.Joan Sanchez (EL PAÍS)
Clara Blanchar

Barcelona afronta tres días de fiesta mayor, La Mercè, y las autoridades contienen la respiración ante la certeza de que se producirán botellones, aunque intentarán que no sean multitudinarios. La reapertura del ocio nocturno hasta las 3 de la madrugada solo en exteriores no tendrá apenas efecto en la ciudad, porque solo hay cuatro discotecas con terraza en el Front Marítim y Poble Espanyol (y las de este recinto no abrirán). De ahí que los ojos estén puestos en los 13 espacios de la fiesta donde se celebrarán los conciertos con mayor aforo. La plataforma del zoo marino o el Estadio Olímpico, ambos con 3.000 personas de público, por citar dos. La música del programa oficial acabará a las 00.30.

De ahí que los ojos estén puestos en los 13 espacios de la fiesta donde se celebrarán los conciertos con mayor aforo. La plataforma del zoo marino o el Estadio Olímpico, ambos con 3.000 personas de público, por citar dos. La música del programa oficial acabará a las 00.30. Todos ellos se vallarán --como el resto de puntos de celebración de la fiesta, también los de día-- para evitar que se acerquen a los espectáculos personas que no hayan reservado entrada. Lo explicaron este miércoles los tenientes de alcalde de Seguridad, Albert Batlle; Cultura, Jordi Martí. Y el intendente mayor de la Guardia Urbana de Barcelona, Pedro Velázquez.

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Tras los conciertos, con cita previa y aforo limitado, y para minimizar el efecto de los botellones, la Guardia Urbana tiene preparado un dispositivo con mil agentes, de los que casi 500 trabajarán exclusivamente de noche. Son 300 más que durante las noches calientes de las pasadas fiestas de Gràcia y Sants, cuando hubo botellones de miles de personas. Y la idea es, en la medida de lo posible, impedir que los botellones se conviertan en masivos, con dos estrategias: impedir la venta de alcohol a partir de las 11 de la noche (límite legal para las tiendas) y multando su consumo en la calle antes de que sean masivos.

Los otros espacios sensibles del listado de 13 son: las plazas de Sant Jaume, Joan Coromines, Nou Barris, el parque de la Ciutadella o el de la estación del Nord, el Moll de la Fusta, el campo de futbol Vall d’Hebron, la Fabra i Coats, la Fàbrica DAMM o el teatre Grec son los otros.

El teniente de alcalde de Cultura, Jordi Martí apuntó el consistorio movilizará también a 700 efectivos de la limpieza y recordó que “esta es una Mercè con cita previa”, por lo que pidió “a las personas que no tengan entrada que no se acerquen a los espacios de la fiesta: estarán lejos del espectáculo, porque estarán perimetrados para impedir aglomeraciones”. El responsable político de Seguridad, el teniente de alcalde Albert Batlle señaló que el objetivo del dispositivo policial, diseñado entre la Urbana y los Mossos d’Esquadra, y de limpieza es “una Mercè festiva, cívica y segura”.

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El intendente mayor de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, explicó que como en Sants en agosto, tanto la Urbana como los Mossos d’Esquadra saldrán a la calle con las unidades de antidisturbios. Precisó que los riesgos de las noches del viernes, sábado y domingo son “sanitarios, pero también afectan al civismo y a la actividad delictiva que se pueda producir”. De los 13 puntos calientes se ha analizado también su entorno y se actuará “de forma especial y preventiva en el suministro de alcohol por parte de locales abiertos y la venta ambulante; y de forma reactiva con denuncias contra la ordenanza de civismo y en especial contra el consumo de alcohol”. La ordenanza vigente prohíbe beber en la calle. Hasta la fecha, en los botellones masivos la Urbana ha evitado multar a los concentrados para evitar males mayores al beneficio de la multa, aplicando el “principio de proporcionalidad”.

La policía municipal también habilitará un dispositivo de itinerarios seguros entre algunos escenarios y el transporte público para prevenir violencias machistas. Será el caso de los trayectos que se hacen a pie entre el Estadio Olímpico o la zona litoral y las paradas de metro más próximas: en la plaza de Espanya o en la estación del Fòrum o el tranvía. El Ayuntamiento también habilitará dos puntos de información y asesoramiento en materia de violencias machistas y LGTBfóbicas.

El dispositivo de limpieza, además de 700 personas, movilizará 70 vehículos y en los 23 espacios donde hay actividades en la ciudad se distribuirán un total de 900 papeleras.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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