Indignación en las discotecas de Barcelona: “Es muy fácil cerrar negocios desde el sillón de una consejería”
Empresarios del ocio nocturno, que tendrán que cerrar este viernes, aseguran que la Generalitat les culpa de los rebrotes
La noche de este martes será una de las últimas en la que los clientes puedan acceder, al menos durante 15 días, a las pistas de baile de las discotecas catalanas. La Generalitat anunció este martes el cierre del ocio nocturno en espacios interiores a partir de este viernes. EL PAÍS tomó la noche de ayer el pulso a las zonas de discotecas de Barcelona pero, pese a que dentro de tres días ya no será posible ir a bailar, los clientes tampoco acudieron. Mientras, los empresarios encajaban, mal, un nuevo revés de la Administración hacia sus negocios y acusaban a la Generalitat de cerrarles sin ningún tipo de base científica. Este miércoles, el consejero de Salud, Josep Maria Argimon ha negado esta acusación y ha asegurado, en una entrevista en la televisión catalana, que en las discotecas se han generado 25 brotes Covid en las últimas semanas.
España perdía ayer la semifinal de la Eurocopa contra Italia y según los vigilantes de la zona de ocio situada junto a la playa del Somorrostro –y el hospital del Mar- cuando hay un partido influye mucho en la clientela. La zona estaba casi desierta. “No pienses que es como otros años porque la covid se nota y mucho”, advierte un responsable de seguridad de la discoteca Opium. En esta zona se concentran diversos locales de ocio que, a la vez, tienen licencia de restaurante. A partir del viernes solo podrán servir comidas. “Ahora hay muchos franceses, también españoles, pero poco más. Con la decisión de la Generalitat nos dejan sin trabajo a muchos”, reniega una camarera en el acceso de uno de los locales.
David López es el presidente de la patronal de ocio nocturno, Fecasarm, y director del grupo Costa Este que, entre otros, es propietario de Opium y Pacha en la playa del Somorrostro, la Bling Bling en la calle Tuset o las carpas Costa Este, en Calella de Palafrugell. “Siempre acabamos pagando los mismos, parece que han tenido muy fácil tomar la decisión de cerrar persianas de nuestros negocios, desde el sillón de una consejería, cuando luego lo difícil es volver a abrirlas”, reniega. López advierte de que solo en Opium y Pacha se van a quedar sin trabajo, a partir del viernes, cerca de 300 empleados.
“En octubre de 2020 desde Fecasarm presentamos un plan para, con un acuerdo con las farmacias, realizar test de antígenos a precios populares a nuestros clientes. Los clientes se harían el test y bajarían una aplicación al móvil que presentarían en la entrada de las discotecas. Con ella, constataríamos que 48 horas antes de la entrada el test de antígenos había dado negativo. Era un control de accesos muy efectivo. Luego se hicieron las pruebas piloto del Apolo o del Sant Jordi. No han servido de nada. No han contado con nosotros y ahora nos obligan a cerrar otra vez. No se dan cuenta de que a muchas discotecas las condenan a no tener clientes hasta Sant Joan de 2022”, lamenta López.
En Opium entran varios clientes franceses y uno de los vigilantes pasa un detector de metales uno a uno a todos los que entran. Nadie lleva la mascarilla puesta. De hecho, nadie ha salido de sus hoteles con la mascarilla. EL PAÍS ha preguntado a varios clientes, todos turistas, y ninguno de ellos sabía que el viernes ya no se abrirán las discotecas.
Robert Massanet, director de la discoteca Sutton de la zona alta de Barcelona, califica la decisión de la Generalitat de un “auténtico desastre” para el sector, que llevaba desde 2020 cerca de 15 meses cerrado. “Se nos ha criminalizado tras permanecer abiertos solo desde Sant Joan. Está claro que no podemos ser los culpables. Nosotros, por ejemplo, reducimos el aforo al 25% y pusimos mesas en la pista de baile convirtiéndolo en un pub. Hemos cuidado a nuestros clientes y a nuestros trabajadores y la Generalitat lo que hace es castigarnos”, lamenta Massanet. El director del Sutton advierte de que más de un centenar de empleados se han quedado “colgados” y sin trabajo pese a que pensaban que iban a tener empleo todo el verano. “Después de 15 meses cerrados invertimos mucho dinero en actualizar el local y en mantenimiento porque las cosas cerradas se estropean. También en comprar stock y ahora nos vuelven a obligar a cerrar”, lamenta.
Ramón Mas, propietario de la discoteca Worlf en Poblenou, es además secretario general del Gremio de Empresarios de Discotecas de Barcelona y Provincia y presidente de la Federación Nacional de Ocio Nocturno “España de Noche”. “El sector no es el culpable de los rebrotes y si nos obligan a cerrar la Generalitat deberá indemnizarnos porque esto es un abuso”, mantiene. Mas cree que la decisión de cerrar el ocio nocturno incrementará los botellones y aumentarán, todavía más, los contagios. “El cierre que nos impone la Generalitat deja sin empleo a más de 20.000 trabajadores de 3.500 empresas en Cataluña”, advierte.
Mientras, vendedores ambulantes ilegales intentan encasquetar rosas y cervezas a todo aquel que camina por la zona de las discotecas de la playa del Somorrostro. Saben que es martes y que hoy no tendrán mucho éxito. Justo en el paseo marítimo una joven ofrece “transporte gratis” a un local de estriptis de la Rambla. No sabe si la peculiaridad del negocio, que promociona con un folio plastificado que muestra a los posibles clientes, también quedará afectado por el cierre del ocio nocturno del próximo viernes.
Con las discotecas cerradas el temor que tiene el Ayuntamiento de Barcelona es que aumenten los botellones en la ciudad. El concejal de emergencia climática, Eloi Badia, ha admitido este miércoles que el Consistorio está manteniendo reuniones con los distintos departamentos para gestionar la utilización de la vía pública a partir del próximo viernes.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha anunciado este miércoles que el ayuntamiento reforzará la vigilancia en Ciutat Vella, paseo del Born, Barceloneta y en la zona de playas para evitar las aglomeraciones y botellones durante los fines de semana. El ocio y la vida “se tienen que recuperar de manera responsable”, ha afirmado Colau, que se ha mostrado “preocupada” por “recuperar la convivencia y garantizar el descanso de los vecinos en Ciutat Vella, paseo del Born, Barceloneta y la zona de playas”, donde “hay aglomeraciones y botellones” que “no se tienen que producir” porque es “donde reside el peligro de contagios”.
Para evitar las aglomeraciones, la alcaldesa ha apelado a la “responsabilidad de los ciudadanos”, ha anunciado que el ayuntamiento “reforzará los dispositivos para evitarlas” y ha afirmado que ha pedido “más presencia de Mossos d’Esquadra” que asegura les han sido confirmados.
“Entre todos nos tenemos que corresponsabilizar como ciudadanos” de la situación hasta que “se complete la vacunación”, ha añadido Ada Colau.
Acerca del cierre del ocio nocturno, la alcaldesa ha afirmado que “se tienen que seguir la medidas que dicten las autoridades sanitarias” porque los datos de pandemia “son preocupantes”, por lo que “no podemos instalarnos en una situación de normalidad”, a la vez que ha pedido “medidas de ayudas inmediatas para un sector tan castigado económicamente como el del ocio nocturno”.
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