Ocupar el campo de golf abandonado para convertirlo en un parque
Los vecinos piden que el terreno, de unas 80 hectáreas y propiedad del Incasol, sea un corredor ecológico
En el campo de golf de Can Sant Joan, con terrenos en Rubí y en Sant Cugat del Vallés, ya nadie practica el elitista deporte. Era uno de los pocos campos públicos de golf de Cataluña. Cerró sus puertas en 2018 y desde entonces está abandonado y degradado. Antes de la pandemia, muchos vecinos, sobretodo de Rubí, rompieron las antiguas vallas de la instalación para pasear, correr o hacer picnic entre los antiguos hoyos. Tras la declaración del estado de alarma y la necesidad de encontrar espacios verdes los vecinos han tomado literalmente el antiguo campo propiedad del Instituto Catalán del Suelo (Incasol). La plataforma Reconvertimos el Campo de Golf Rubí-Sant Cugat lleva años insistiendo en que la zona debe transformarse en un gran parque público.
La historia del campo de golf comienza en 1991, en pleno auge de la figura del golfista Severiano Ballesteros. La Generalitat destinó una parte de los terrenos dedicados a un polígono de actividades económicas a construir un campo de golf de 80 hectáreas dentro de Rubí y Sant Cugat. En 1994 los terrenos se convirtieron en el campo de golf de Can Sant Joan, el primer campo de golf público de Cataluña que la Generalitat cedió para su explotación a la federación catalana de golf por 3.750.000 pesetas (22.538 euros) y un canon anual de 50.000 (300 euros). En 2013 la gestión acarrea millones en deudas y la federación decide alquilar la concesión a la empresa Metropolitan Golf Barcelona que, a su vez, dos años más tarde la alquila a Puro Campo SL. En 2018 eran tales las deudas de la nueva empresa que la federación catalana de golf rescinde el contrato, por vía judicial, a Puro Campo S.L. El campo de golf quedó abandonado y cerrado.
En un primer momento el Incasol buscaba un inversor para mantener la instalación pero ambos ayuntamientos aprobaron mociones para reconvertir el campo en un parque interurbano. Mireia Gascon, miembro de la plataforma Reconvertimos el Campo de Golf Rubí-Sant Cugat, asegura que Rubí tiene 23,47 hectáreas dentro del golf calificadas como espacio libre mientras que Sant Cugat del Vallés tiene 51 calificadas como suelo industrial y de equipamientos donde hay desde un cementerio, oficinas, hoteles... La plataforma ha presentado a ambos consistorios una propuesta para convertir la zona de Can Sant Joan y Torrents de los Alous en un gran parque. “Es un corredor ecológico natural hacia Collserola y lo más lógico es que ambos ayuntamientos defiendan ante el Incasol que debe ser una zona verde”, advierte Gascon. Para la activista no tiene ningún sentido la existencia de un campo de golf público: “Los metros cuadrados que ocupa un solo jugador de golf no es equivalente a ninguna otra actividad deportiva. Es una barbaridad invertir dinero público en algo así”. La activista justifica la entrada de vecinos, atravesando las vallas: “Es una demostración gráfica de la necesidad de utilizar el espacio antiguo campo de golf”.
La alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez (PSC), defiende que la zona se transforme un parque. “La mayoría del espacio esta en la parte de Sant Cugat pero es cierto que se sitúa más cerca del casco urbano de Rubí y daría continuidad a nuestro parque natural. De hecho, eso lo demuestra que la propia ciudadanía entre dentro del antiguo campo de golf entendiendo que es, eso, una continuidad”, subraya. Los diálogos entre ambos municipios con el Incasol ya se han iniciado y Martínez considera que le toca mover ficha al organismo público. La alcaldesa de Sant Cugat, Mireia Ingla (ERC), asegura que su equipo de gobierno hace más de un año que dijo que el campo de golf debería convertirse en parque. “Ahora dependemos del acuerdo que alcancemos con el Incasol. Nuestra intención es ir juntos con el Ayuntamiento de Rubí y que esa zona quede de una vez a disposición de los vecinos”, mantiene Ingla.
El director del Incasol, Albert Civit, cuenta que recuperar la instalación fue complicado por las deudas que arrastraba. “El Incasol es un organismo autónomo con carácter comercial y por sí mismo no puede ceder el espacio gratuitamente porque también depende de un balance de resultados”, justifica. Después de las reivindicaciones vecinales, estudiaron el valor natural del espacio. “Una parte sí que los tiene como corredor natural. Ahora entregaremos los informes a los ayuntamientos para que los analicen”, explica Civit, y calcula que “más del 50% se destinará a un uso común”. “Tendremos que encontrar los mecanismos con los ayuntamientos para ver cómo podemos ceder esos espacios”, añade. Cada día decenas de personas acceden al recinto del antiguo golf. “Hemos intentado cerrarlo porque el Incasol es el responsable de lo que pase en el interior pero es difícil, siempre abren puntos para acceder”, confiesa Civit.
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