Josep Rius, el exjefe de gabinete de Puigdemont, también se descarta para estar en el Govern

El diputado y vicepresidente de Junts per Catalunya, Josep Rius, tampoco quiere participar en el nuevo Ejecutivo de la Generalitat. Todos los ojos estaban puestos en el también ex jefe de gabinete de Carles Puigdemont para ocupar la vicepresidencia de la Generalitat después de que la diputada Elsa Artadi cercana al expresident anunciara que no entraría en el Govern. La decisión de ambos aumenta la crisis interna en Junts y las críticas al secretario general, Jordi Sànchez, por la manera cómo se cerró el acuerdo con ERC.

A Rius, exjefe de gabinete primero de Joaquim Forn (en el Ayuntamiento de Barcelona) y después de Puidemont (en la Generalitat) se le ubicaba en las quinielas para ser el titular de la cartera de Acción Exterior, una de las principales conquistas de Junts en la negociación del reparto de las 14 consejerías. Pero finalmente decidió dar el paso al lado, algo que se rumoraba desde el viernes y que se ha hecho público este sábado. En su entorno justifican que “nunca se le ofreció” el cargo de consejero de manera oficial, aunque si se llegó a ser propuesto en conversaciones de corte informal.

Las dos bajas dejan en una posición débil a Jordi Sànchez, expresidente de la ANC y secretario general de Junts. Los tres habían formado parte de la comisión negociadora del pacto con ERC, pero en el tramo final sus diferencias se hicieron infranqueables. Muestra de la soledad de Sànchez es que el nombramiento de Jaume Giró como consejero de Economía sorprendió a altos dirigentes del partido, que no tenían noticias del movimiento. De momento no es claro quién asumirá la vicepresidencia del Govern.

El anuncio llega un día después de que el propio Puigdemont rompiera su silencio sobre el acuerdo. En una carta a la militacia de Junts, el huido de la justicia española en Bélgica felicita a Aragonès y pide trabajar en la confianza y lealtad del Govern. Y también explica su mutismo. “Mi intención era que el resultado al que se llegara (acuerdo o no) pudiera ser explicado de una manera más rigurosa que no partir del argumento simplista y deshonesto de vincularlo a mis supuestos deseos o intereses personales”, asegura.