La policía se prepara para un aluvión de fiestas y botellones

El Ayuntamiento de Barcelona ha activado el control de accesos de los cinco kilómetros de playa del litoral de la ciudad para que —desde ayer y hasta que acabe la temporada— se puedan controlar los aforos en la arena y se permita cumplir las distancias de seguridad impuestas por la covid. Como ya se realizaba el año pasado, los controladores de acceso podrán cerrar las playas cuando se llenen.

Entre las novedades de este año, se limita la práctica de deportes como el voleibol a solo cuatro playas a solo cuatro playas y no se instalarán las cámaras con las que se controlaron los aforos en 2020. La mayor preocupación del Ayuntamiento de Barcelona es afrontar la noche de mañana, cuando finalizará el estado de alarma y el toque de queda.

La Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos llevan días preparándose para la noche de mañana, cuando a las doce de la noche finalizará el toque de queda por el fin del estado de alarma. Los cuerpos policiales prevén que a partir de la medianoche del sábado a domingo haya un incremento de la movilidad en toda Cataluña, especialmente en Barcelona. Mientras, bares, restaurantes y discotecas permanecerán cerradas.

Este diario ha podido saber que los diferentes mandos de la Guardia Urbana de Barcelona llevan días diseñando el operativo con una obsesión: “Abordar con garantías los problemas de civismo y convivencia sobre todo las relacionada con el cumplimiento de las restricciones covid”, explican fuentes del cuerpo policial. O lo que es lo mismo, velar para que se descontrole con botellones y fiestas ilegales en pisos, plazas y, sobre todo, en las playas de la ciudad. A partir de mañana se reforzarán y sobredimensionaran considerablemente los dispositivos de la policía local barcelonesa que funcionan por la tarde y por la noche. Además, se realizarán labores preventivas con patrullajes fijos en los puntos de la ciudad donde la policía prevé que se realicen los botellones.

Joaquim Boadas, el secretario general de FECASARM, la patronal del ocio nocturno, defendió ayer que las administraciones, a su juicio, toman decisiones “contraproducentes”. “Llevamos meses con el ocio legal cerrado por lo que el sábado el 100% del ocio será ilegal y por tanto sin ningún tipo de control sanitario”, denuncia Boadas.

Por otro lado, la directora de playas del Ayuntamiento de Barcelona, Patrícia Goménez, ha informado este jueves que ya hay ocho informadores , 24 controladores de accesos y dos coordinadores “repartidos en dos turnos” regulando los accesos. A finales de mayo, el dispositivo se ampliará y serán 22 informadores, 24 controladores de accesos y dos coordinadores que se encargarán de “conocer el grado de ocupación de las playas, regular los accesos e informar a los usuarios”. Entre las funciones de estos técnicos se encuentran la de la concienciación ambiental y las de las recomendaciones a bañistas para prevenir los contagios de covid. Los trabajadores contarán el número de usuarios de las playas varias veces al día. “Hay unas muestras que hemos establecido y que serán básicas para hacer una apreciación de la cantidad de bañistas que hay”, ha destacado Giménez. También regularán los accesos, los aforos y el uso deportivo que se realice en la arena. De hecho, todas las playas están perimetradas con unas cuerdas y solo se permite el acceso por unos puntos muy concretos de la playa. Estas puertas se cerrarán cuando se calcule que no caben más personas en la arena.

Los usuarios antes de salir de casa podrán comprobar los aforos de las playas en la página web del Ayuntamiento. Allí aparecerán las playas en verde cuando tengan una ocupación de menos del 40%, en amarillo cuando tengan entre un 40% y un 60%. Si la ocupación es alta, entre el 60% y el 80%, el indicador será naranja y la recomendación de los informadores será la de dirigirse a otras playas. El indicador rojo marca una ocupación muy alta de más del 80% y es cuando la playa quedará cerrada ya que no permite garantizar las distancias entre los usuarios. Es en esos momentos cuando se cerrarán los accesos y se pedirá la ayuda de la Guardia Urbana. Si se guarda una distancia de un metro y medio entre cada bañista las playas de Barcelona pueden acoger hasta 25.575 personas. Entre junio y septiembre de 2020 se cerraron en 38 ocasiones las playas de la ciudad por exceso de aforo.

La práctica de deportes, sobre todo el voleibol, solo se permitirá en unas zonas delimitadas de las playas de Sant Miquel, Somorrostro, Nova Icària y Bogatell. De hecho, Giménez ha anunciado que el Ayuntamiento está preparando una regulación específica para el uso deportivo de la playa ya que en las últimas semanas se ha realizado una ocupación de la arena, por parte de los deportistas, que ha acarreado molestias con otros usuarios.

Del 10 al 17 de mayo está previsto realizar actuaciones de estabilización de la arena de la playa y el transvase de arena de zonas donde se acumulan a otras más deficitaria. De esta manera se harán movimientos de arena de la playa de Sant Miquel a la Barceloneta y de la bocana del Port Olímpic hasta la playa de la Barceloneta y Somorrostro. Además, a final de este mes se comenzará el montaje de la valla perimetral de la playa de perros en la playa de Llevant.

Giménez ha asegurado que este año las restricciones serán menos duras que el año pasado pero ha advertido que en “esta nueva normalidad será necesario el uso de las mascarillas y la distancia de seguridad”. Ha recordado que en las playas solo se puede quitar la mascarilla cuando se esté sobre la toalla y debe guardarse una distancia de metro y medio entre los usuarios. Respecto a si las playas a partir del domingo se convertirán en una zona donde tendrán lugar botellones la directora de playas ha recordado que la Guardia Urbana está estudiando que hacer a partir del próximo sábado.