_
_
_
_

Anna Tamayo: “Cuando tenga nietas, les diré que el sexo no es obligatorio”

La actriz vuelve a la Fènix con ‘Cándida’, una sátira certera que ha escrito y dirige

Toni Polo Bettonica
Anna Tamayo en 'Cándida', en la sala Fènix.
Anna Tamayo en 'Cándida', en la sala Fènix.Josep Tobella

Cándida pasó por la sala Fènix en 2018. Era una manera nueva, irreverente y cercana de enfocar la situación que padecen muchas mujeres y que, en estos dos años y pico, ha mejorado , sí “pero no nos permite apalancarnos”, dice la autora, directora e intérprete de esta obra que está en la sala del Raval hasta el día 11 de abril. “No podemos dejar de luchar”, asevera. A través de una mujer que sufre de candidiasis vaginal (“me pica el coño”, acaba diciendo, “para que nos entendamos”), Tamayo visualiza en este monólogo, con el violín de Joange en directo y artes de teatro gestual y marionetas, la discriminación y la infravaloración de las mujeres y la violencia machista con un discurso tejido a través de esta enfermedad, “mucho más común de lo que se cree entre las mujeres, porque muchas la sufren en silencio”.

Ese silencio, esa incomprensión cómplice se plasma en las preguntas con que médicos asaltan a la paciente y que, por supuesto, no consiguen dar con la solución a su problema. Metafóricas cebollas que la actriz se zampa en escena como presunta panacea, juegos de palabras y canciones juegan un papel importante en la obra: desde un pletórico Je ne veux pas travailler hasta una versión del inocente “pican pican los mosquitos”, pasando por una gloriosa oda a la vagina que canta el músico, enlazando los mil y un sinónimos (a cual más sugerente) del órgano sexual femenino.

Cándida es una sátira íntima y certera y un monólogo cargado también de humor. Como carga a hombros la propia protagonista al músico, representando, tal vez, la opresión que sufrió de pequeña, en el pueblo, ese lugar que, también, simboliza la desinformación sobre la salud sexual de las mujeres. La protagonista bucea en sus antepasadas y antepasados: “Reclamo que la relación con el sexo es algo íntimo, que no nos tiene que imponer nadie”, dice Tamayo. “De ahí viene una frase de la obra que comparto plenamente: cuando tenga nietas, les diré que el sexo no es obligatorio”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_