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Claudia Andujar, la madre de los yanomamis

El KBr de la Fundación Mapfre dedica en Barcelona una retrospectiva a la fotógrafa y activista de los derechos de esta amenazada etnia del Amazonas

'La jove Susi Korihana thëri en un arroyo', Catrimani, Roraima, 1972-1974.
'La jove Susi Korihana thëri en un arroyo', Catrimani, Roraima, 1972-1974.Claudia Andujar
José Ángel Montañés

Claudia Andujar (Claudine Hass) nació en Suiza en 1931 y se crio en Transilvania, de donde huyó con su madre durante el Holocausto, mientras su padre y toda la familia paterna, judía, fueron exterminados en los campos de concentración de Auschwitz y Dachau. Tras su paso por Nueva York donde comenzó a realizar sus primeras fotografías, aterriza en Brasil en 1955 y queda atrapada por el país y sus gentes. Como los yanomamis, uno de los grupos humanos más esquivos y reacios a ser fotografiados porque consideraban que la cámara les captura el espíritu y les deja “al borde del cielo” llevando a sus seres queridos a morir de pena. Sin camino de retorno, adopta la nacionalidad brasileña y cambia su apellido por el de su marido, un refugiado español de la Guerra Civil, del que se separó apenas dos años después de casarse.

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Tras descubrir a este pueblo, comienza a convivir con ellos y compartir su pequeño, frágil y peculiar mundo y más tarde, tras ser víctima los yanomamis del acoso del gobierno brasileño, pasa de ser su mayor aliado en la defensa de sus derechos. Ha sido tanta la implicación de la fotógrafa con este pueblo, que entre ellos la llaman “madre”, porque, sin quererlo, Claudia Andujar encontró una familia, después de perder a la suya, en la otra punta del planeta. “Estoy conectada con el pueblo indígena, con la tierra, con una lucha esencial. Todo eso me conmueve profundamente. Todo parece necesario. [...] Quizás siempre busqué la razón de la vida en esa esencialidad. Y por eso llegué a la selva amazónica, de modo instintivo, mientras me buscaba a mí misma”, ha explicado.

Claudia Andujar
Dos de las imágenes de Claudia Andujar sobre los yanomami en la exposición de KBr de Mapfre Barcelona.Enric Fontcuberta

El KBr, el flamante centro de la Fundación Mapfre en Barcelona, muestra más de 200 fotografías en la exposición Claudia Andujar centrada en el trabajo de la fotógrafa sobre este pueblo y sus costumbres ancestrales, que van de la mirada íntima al compromiso casi vital. Llega después de verse en Sao Paulo, Río de Janeiro, París y Milán. Estará abierta hasta el 23 de mayo, para luego viajar a Londres y Suiza. Las impresionantes fotos de los yanomamis cuelgan, como sus tradicionales hamacas en las que pasan largas horas del día, del techo, creando un interesante juego con los visitantes que se detienen para ver las fotos de cerca.

Claudia Andujar cumplirá pronto 90 años, pero conserva gran parte de la energía que le llevó a abrirse paso en un grupo realmente adverso a la presencia de extraños. “Los descubrió casi de casualidad cuando trabajaba para un reportaje sobre la Amazonia para la revista Realidade en la que publicó sus trabajos periodísticos sobre colectivos más desfavorecidos”, explica Carlos Gollonet, conservador jefe de fotografía de la Fundación Mapfre en ausencia del comisario Thyago Nogueira, del Instituto Moreira Salles de Brasil que no ha podido viajar por la pandemia.

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Cabana comunitaria de los yanomami realizada por Claudia Andujar en 1976.
Cabana comunitaria de los yanomami realizada por Claudia Andujar en 1976.Claudia Andujar

La exposición del KBr permite seguir la trayectoria vital de Andujar con este pueblo, desde su descubrimiento a comienzos de los años setenta, con bellas imágenes en las que los yanomamis parecen ser los últimos habitantes del paraíso; unas fotos que consiguió tras convivir con ellos durante cuatro meses en sus yanos, la casa choza comunitaria que agrupa a docenas de familias, y participando en su vida cotidiana y sus ceremonias y rituales, en un lenguaje propio en el que no faltan desenfoques, figuras borrosas, incluso veladuras que muchas veces nos llevan a momentos oníricos, después de emplear técnicas como colocar vaselina en los bordes del objetivo o utilizar película infrarroja.

Pero su trabajo continuó años después cuando estos pueblos comenzaron a ser diezmados por las enfermedades, la apertura de enormes carreteras, como la Perimetral Norte, que invadían sus territorios y la explotación minera del oro de la Amazonia. A partir de ese momento ella se puso al servicio de su causa y se convirtió en su mejor aliada.

Naki uxima y Marokoi Wapokohipi thëri bailan y cantan en la choza comunitaria en 1974.
Naki uxima y Marokoi Wapokohipi thëri bailan y cantan en la choza comunitaria en 1974.Claudia Andujar

Fue ella la que consiguió de que fueran vacunados en los años ochenta. Para llevar un registro de los vacunados decidió fotografiarlos a todos con un número para poder identificarlos, algo que le llevó a pensar en los campos de exterminio en los que había perdido a casi toda su familia. Es en este momento en el que las imágenes pasan de ser evitadas a necesarias para la comunidad que entiende que son importantes para darse a conocer y sensibilizar al mundo sobre su causa.

Cuatro miembros de los yanomami fotografiados durante las campañas de vacunación.
Cuatro miembros de los yanomami fotografiados durante las campañas de vacunación.Claudia Andujar

Su implicación fue tal que fue miembro activo de la Comisión Pro-Yanomami y, en 1978, coordinó la campaña para la creación de la reserva indígena, viajando durante 14 años con el líder yanomami Davi Kopenawa para promover la defensa de los derechos de esta comunidad, que no fue reconocida, por la presión dentro y fuera del país, hasta 1992.

A partir del año siguiente Andujar se retiró de la escena política, pero ella sigue visitando a su familia Yanomami. Lo podemos ver en uno de los documentales que se proyectan junto a las fotos en las que llega a uno de sus poblados, con ayuda de una silla de ruedas, y es recibida con abrazos y aplauso, como a una madre, por todos ellos.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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