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Lleida se enfrenta ya a una quinta ola del virus

El número de contagiados cada 100.000 habitantes es de 256 mientras que en el resto de España es de 115

Colas en un centro de vacunación en Lleida, el 21 de marzo.
Colas en un centro de vacunación en Lleida, el 21 de marzo.Javier Martín (EL PAÍS)
Alfonso L. Congostrina

Lleida es la provincia de España con mayor número de contagios de covid por habitante según el Ministerio de Sanidad y tal y como confirma la incidencia acumulada —el número de contagiados por cada 100.000 habitantes— en los últimos 14 días. Ayer, la incidencia acumulada de España era de 115 infectados mientras la de Lleida se elevaba a 256. La cifra ha activado todas las alarmas a pocos meses de que comience la campaña de la fruta y lleguen los temporeros. Los hospitales están muy tensionados y en el más grande, el Arnau, se habla de una quinta ola. “Ya hemos entrado en ella”, asegura Oriol Yuguero, médico de Urgencias.

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Oriol Yuguero es médico de urgencias en el Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida, el principal de la provincia. “En Lleida ya hemos entrado en la quinta ola. Ahora mismo tenemos muchos casos sin que parezca que haya una causa única que lo justifique. Hay muchos enfermos de municipios como Bellpuig, de Mollerussa... y no parece que haya un una correlación de casos”, lamenta. “Ya tenemos llenas tres plantas covid. Los médicos tenemos claro que se trata de la cepa británica que está siendo muchísimo más lesiva que las anteriores”, advierte.

Lleida es una de las provincias de España que más ha padecido los estragos de la pandemia. Mientras en la mayoría de territorios el sector sanitario ha tenido que afrontar tres olas, la provincia catalana ha sufrido cuatro y está entrando en una quinta. En julio de 2020, la campaña de fruta aceleró un rebrote en la comarca de Segrià y obligó al Govern a confinar varias comarcas con datos epidemiológicos muy por encima de la media española. Ahora, el sector sanitario teme que la historia vuelva a repetirse y que la llegada de los temporeros, a finales de mayo, coincida con los hospitales ya saturados.

Yuguero asegura que a diferencia de las otras olas de la pandemia, la edad de los pacientes que ingresan ahora es de entre 55 y 65 años. “La única hipótesis que tenemos es que las vacunas funcionan y, de momento, la mayor parte de personas vacunadas son las más mayores. Otra diferencia respecto a los meses anteriores es que los pacientes llegan con la PCR hecha y, por tanto, con el diagnóstico. Esto ayuda”, admite. Los datos del ministerio no coinciden con los de la Generalitat ya que la Administración catalana ha dividido la provincia en dos regiones sanitarias —la de Lleida y la del Pirineo y Aran— y ha incluido comarcas de Girona dentro de la región sanitaria del Pirineo. La mayoría de comarcas de la provincia de Lleida tienen una incidencia acumulada muy por encima de la media española pero donde realmente se dispara la estadística en lugares como la Vall d’Aran donde ayer se contabilizaban 778 contagiados por cada 100.000 habitantes. En marzo el Aran llego a tener más de 1.200 por 100.000.

La Síndica de Aran, Maria Vergés, es la máxima responsable de Salud en la Vall d’Aran ya que la Generalitat traspasó las competencias tanto de la sanidad primaria como la del único hospital —que no dispone de UCI— . “En Navidad teníamos las mejores cifras . La Generalitat cerró la Cerdanya y el Ripollés y vino mucha gente al Aran a pasar las fiestas. Fue entonces cuando, sin que lo supiéramos, empezaron los contagios de la cepa británica. Desde el primer momento pusimos en marcha rastreadores, equipo covid… pero esta cepa es mucho más contagiosa y se dispararon los casos”, sostiene la síndica.

“En el Hospital de la Val d’Aran tenemos una planta con 25 camas y un área sociosanitaria con otras ocho. Las cirugías están anuladas desde febrero, los pacientes covid estaban destinados al área sociosanitaria pero ahora han aumentado y lo hemos hecho al revés, son los covid los que ocupan la planta. La situación que vivimos no es buena”, admite. El Aran es una zona turística y la Semana Santa podría complicar, todavía más, los contagios. “Necesitamos un equilibrio entre economía y salud. Nuestras empresas necesitan ayudas. Sabemos que ahora vienen fiestas pero nuestra principal preocupación es que no continúen los contagios y, por una semana, que no se echen a perder los meses que vendrán”, advierte. El objetivo prioritario es impedir que las cepas afecten a los sanitarios.

El epidemiólogo Antoni Trilla también cree que este aumento de la incidencia acumulada en Lleida se debe a la cepa británica. “La situación de ahora no es como en otras ocasiones en que en Lleida estaba muy claro que había brotes que procedían de colectivos en concretos relacionados con la campaña de la fruta o en la celebración de fiestas. Esta cepa es mucho más contagiosa y en pueblos pequeños se dispara la incidencia acumulada ya que un caso representa mucho respecto al total de la población”.

El Departamento de Salud se han negado a hacer cualquier tipo de declaración a EL PAÍS sobre la situación en las regiones sanitarias de Lleida y Alt Pirineu. El secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, se limitó a contestar a una pregunta en la comparecencia del Procicat del pasado jueves sobre la situación en Lleida: “Hay algún brote controlado, pero nada especialmente destacable”. En su lugar Salud envió a EL PAÍS un listado de medidas que va a poner en marcha para reducir la incidencia en la provincia. Entre las medidas destaca la firma de convenios de colaboración entre municipios y consejos comarcales y después acciones que se llevan a cabo en toda Cataluña como los cribados masivos en colegios donde ha habido positivos y en empresas.

Cribados masivos a los temporeros de la fruta

El delegado del Govern de la Generalitat, Ramon Farré, ha anunciado esta semana que antes de que comience la campaña de la fruta se hará un cribado a todos los temporeros pero no se realizará ninguna vacunación específica ni a los trabajadores agrícolas ni a los vecinos de los municipios del Baix Segre tal y como habían exigido los alcaldes de siete de estas localidades.

La Generalitat reconoce que en la campaña de la fruta de 2020 hubo muchas carencias y fruto de ellas se produjeron varios brotes que acabaron con varias comarcas de Lleida confinadas. Este año1 se pretende que la campaña sea “segura” y por eso se harán cribados masivos a los temporeros durante las dos primeras semanas de mayo y luego se continuarán realizando pcrs y test de antígenos —las siguientes semanas— para detectar posibles casos asintomáticos.

Por su parte, el Ayuntamiento de Lleida advierte que seguirá todas las directrices sanitarias de la Generalitat y el Ministerio. Una portavoz de la Paeria, nombre que recibe el consistorio de la capital de la provincia, lamentó las críticas que recibe la administración municipal pese a que destina “sin competencias ni en salud ni en migraciones” recursos cada verano para atender a centenares de temporeros. “Este año mejoraremos las condiciones de los pabellones de la feria donde acogemos temporeros, reforzaremos la oficina única de atención sociolaboral y planificaremos tanto duchas como consignas para prevenir en la medida de lo posible los contagios. Además, estamos estudiando poner a disposición de los temporeros varios pisos de la empresa municipal de urbanismo”, destaca la portavoz. Para la temporada 2022 esperan que ya esté construido un nuevo albergue municipal.

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