La CUP encara dividida la votación sobre el preacuerdo con ERC

Los militantes de la CUP han iniciado este miércoles las asambleas para decidir si apoyan el preacuerdo con Esquerra concebido como un pacto de legislatura. Los afiliados de las 11 entidades que la componen participarán en esas reuniones telemáticas simultáneas y votarán a través de la urna electrónica. La dirección plantea en ese cónclave a las bases si están a favor o no del acuerdo y les formula dos preguntas más sobre el posicionamiento en el debate de investidura del candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès. La cúpula de la CUP ha alentado el pacto, pero diferentes colectivos que la integran han mostrado opiniones encontradas. Lluita Internacionalista rechaza el acuerdo y, por ejemplo, Guanyem Catalunya, la organización de Dolors Sabater, considera que es un primer paso aunque dará libertad de voto a sus afiliados. La CUP ha informado que 1.401 personas -una persona, un voto- se han inscrito para participar en la asamblea.

La denominada Asambleas Obertas Parlamentarias (AOP), que engloba a toda la militancia, es el órgano en el que se está produciendo esa discusión sobre la investidura y el programa político de la legislatura, que tiene una duración de dos años al estar dispuesto Pere Aragonès a someterse a una moción de confianza en 2023. Los anticapitalistas han logrado reivindicaciones como dar pasos para crear una banca y una energética pública; una inversión de 1.000 millones en vivienda; impulsar el plan para la renta universal de ciudadanía o la suspensión de uso de las balas de foam o que la Generalitat retire sus acusaciones contra manifestantes independentistas siempre que no hayan causado lesiones a los mossos.

La votación, como siempre ocurre en la organización anticapitalista, se prevé ajustada. Las preguntas están planteadas en forma de árbol: la primera pregunta es si las bases respaldan o no la propuesta de preacuerdo y la segunda y la tercera sobre su posicionamiento en la investidura. El resultado de la consulta, que se conocerá sobre las 13.00 horas, ha quedado eclipsada por la decisión de Junts pe Catalunya, dispuesta a dilatar la investidura de Aragonès “días o semanas” a cambio de un “Govern fuerte”. La CUP no ha aclarado si ha preguntado a la militancia si ve con buenos ojos una eventual entrada en el Ejecutivo al sostener que de momento no están hablando de “sillas ni consejerías”. Hace tres semanas, sí que especificaron en el documento remitido a la militancia si veían bien aspirar a la presidencia del Parlament o qué grado de responsabilidad institucional debían asumir.

Las Asambleas parlamentarias Obertes están integradas por militantes de la CUP, Arran, Constituents per la Republica, Crida, Endavant, Lluita Internacionalista, Poble Lliure, Sindicat d’Estudiants, La Forja, Guanyem Catalunya y Pirates. Endavant, la organización de Carles Riera, Eulàlia Reguant o Anna Gabriel, ya dijo antes del acuerdo que rechazan entrar en el Govern para ser solo una muleta o gestionar migajas. Riera dijo hace semanas a este diario que Endavant era una organización influyente pero no la única. En la red, colgó el pasado lunes el comunicado que emitió tras las elecciones en la que afirmaba que se negaba a ser la “muleta” de un Govern autonomista que no apoye a las clases populares.

Poble Lliure, cuya cara más visible es el diputado Albert Boltran, sí que quiere contribuir a la gobernabilidad. Perteneciente al Consell de la República que lidera Carles Puigdemont, uno de sus portavoces ha echado de menos que no se le dé a este órgano un peso más crucial. LLuita Internacionalista difundió un comunicado en el que defendía el “no” y a ser “la pata de un Govern autonomista y burgués!”. Guanyem Catalunya valora positivamente el acuerdo y se muestra dispuesta “asumir todas las responsabilidades” que hagan falta si esta tiene que ser una “legislatura valiente”. LLuis Llach, cantautor que ha dado apoyo a la candidatura, ha lanzado sombras sobre el acuerdo con ERC: “Esto de los amigos de lado CUP-GUANYEM: esperando dos años que la mesa de diálogo fracase cuando incluso lo saben todos los no son profetas, al menos llama la atención”.