Los diputados de Ciudadanos del Parlament cierran filas con la dirección de Arrimadas
Carrizosa admite que estudian un cambio de sede aunque rechaza que sea por razones económicas
Ciudadanos está sufriendo una crisis titánica que le ha zarandeado de arriba abajo y amenaza su futuro. En medio de las deserciones, fugas y transfuguismo, el grupo naranja en el Parlament parece de momento inmune a posibles marchas. “Quien tuvo que irse, ya se fue”, dice Carlos Carrizosa, líder del partido en Cataluña en una alusión directa a Lorena Roldán, su exportavoz y que se fue al PP en plena precampaña. Ciudadanos se desplomó el 14-F de forma inaudita al perder casi un millón de votos y 30 escaños. Sus seis diputados han cerrado filas con Inés Arrimadas.
La relación de parlamentarios está encabezada por Carrizosa y la periodista Anna Grau, fichada para los comicios. Los otros tres diputados por Barcelona son cuadros del partido: Joan García, responsable de Asuntos Institucionales; Marina Bravo, secretaria general y Nacho Martín Blanco, portavoz. Matías Alonso, diputado por Tarragona, es fundador del partido. Quien se ha apartado es Jean Castel, excandidato por la provincia de Girona, que no revalidó el escaño.
Carrizosa distinguió el caso de Castel, que lo achacó a que quiere volcarse en sus empresas, de las bajas que se puedan producir las próximas semanas al vaticinar que será un “goteo programado” para dar la sensación de que la crisis perdura. “Me lo tomo con calma. Si de varios miles se van 30 o 50 me quedo igual”, dijo ayer en Lleida. Pero antes de la crisis que explotó en Murcia Ciudadanos ya se había desgarrado en Tarragona: su líder Rubén Viñuales se fue al PSC y dos de sus cuatro ediles se han ido al grupo mixto. Además, existe el grupo Renovadores, que apoyan cuatro exdiputados y ediles, que tras el 14-F urgió a Inés Arrimadas a renovar el partido y a Carrizos a dimitir. No tienen intención de irse. “Son solo cuatro”, despachó el líder en Cataluña recalcando que no tienen fuerza para pedir un congreso.
Quien no entienda que en este partido se puede pactar a derecha e izquierda que se vaya”, dice Carrizosa
Pese a la estruendosa crisis, Carrizosa ha insistido toda la semana en abrir la puerta a quien no haya entendido que Ciudadanos puede pactar a su derecha y a su izquierda por ser de centro. No parece que las relaciones en ese flanco de la Cámara vayan a ser fáciles esta legislatura: el líder de Ciudadanos acusó al PP de querer ocupar el espacio de centro al ser presionado por Vox por el ala derecha y avisó que no están para “opas hostiles” con solo tres diputados. Y a Vox le culpó de que en la Mesa del Parlament haya una amplia mayoría independentista (cinco de siete miembros).
La estrategia del partido pasa de nuevo por fiscalizar, por un lado, al independentismo y, por otro, cualquier sospecha de corrupción. De hecho, en la sesión de constitución del Parlament Carrizosa pidió por una cuestión de orden la palabra a Ernest Maragall (ERC), que acababa de dar la bienvenida, para que su intervención no fuera “excluyente”. Fue casi una metáfora de que Ciudadanos mantendrá el mismo tono aunque haya perdido 30 diputados. Anteayer, registró una propuesta de resolución en la que se opone a que Laura Borràs, presidenta del Parlament, investigada por fraccionar un contrato y beneficiar a un amigo, haga cambios en el reglamento para no verse forzada a dimitir si le abren juicio oral. Ayer, además, presentaron una denuncia en la Fiscalía por supuestas anomalías en los contratos de la Diputación de Lleida en 2017.
Ciudadanos verá este mandato alteradas sus finanzas. El Parlament no ha asignado las subvenciones que les corresponden a los grupos pero si se aplica el baremo de hace un año podría dejar de ingresar más de tres millones de euros: en 2020 recibió, por sus 36 diputados, 4,2 millones y en 2021 podría ingresar 840.000. Carrizosa desvinculó esa disminución a una posible marcha de la sede de la calle de Balmes. El partido estudia el cambio pero lo atribuye a sus problemas de ventilación del local, en unos bajos y un sótano sin ventilación, que casi no se ha utilizado durante esta pandemia.
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