El ‘virgenmóvil’, Berlanga y el ojo de Parr

Bravo por dos exposiciones valencianas sobresalientes, la dedicada en el MuVIM al enorme Luis García Berlanga en su centenario y la retrospectiva del siempre incisivo fotógrafo inglés Martin Parr en la sala Carlos Pérez en el Centre del Carme valenciano. Lástima que la pandemia haya impedido al inglés viajar a la ciudad, que en estos días de las fallas que por segundo año no son vive un espectáculo que a Parr le encantaría y que igual se queda sin documentar en todo su esplendor y sustancia berlanguiana y parriana en estos tiempos difíciles para la subsistencia profesional de fotógrafos locales: la virgen de los Desamparados, la Geperudeta, patrona de Valencia, pasea por la ciudad en un virgenmóvil, una furgo adecuada para que se vea bien, y con la megafonía a toda pastilla al ritmo de su himno virginal. Así estará toda esta semana de las fallas-que-no-son. Una iniciativa de los falleros y del arzobispo Cañizares, a la que no se ha resistido ni el Gobierno autonómico socialista ni el alcalde de la izquierda Compromís. Ni con Administraciones de la derecha más cerril sufridas durante largos años por el País Valenciano se había llegado nunca a tanto. Un espectáculo digno del gran Berlanga y asimismo digno de Martin Parr.

De Berlanga, expo en el MuVIM, abierta este mes. El sensacional cineasta valenciano, autor de tantas películas que nos retratan, todavía hoy, cumpliría los 100 el 12 de junio. Nos retratan Bienvenido, Mister Marshall (1953), ahora que esperamos los fondos covid europeos; Plácido (1961), también conocida por “ponga un pobre a su mesa”, hoy que tantos conciudadanos deben acudir a buscar comida en organizaciones caritativas; El verdugo (1963) y los ecos actuales que despierta sobre la posguerra franquista; Tamaño naturall 1974) y los embates masculinos ante las nuevas mujeres del momento; la saga de La escopeta nacional (1977-1982), que traduce en imágenes las relaciones entre Administraciones que hoy son autonómicas; y Todos a la cárcel (1993), por supuesto. Y el 12 de junio se abrirá y dará a conocer su legado depositado en el Instituto Cervantes en 2008, en una cosa llamadaCaja de Letras , que hasta ahora desconocía que existiera en esta institución, un documento del que no se sabe nada, un misterio berlanguiano que me muero por conocer.

A revisitar, pues, a Berlanga en esta exposición valenciana, a cargo del excelente periodista cultural Joan Carles Martí. Los carteles de las películas a lo largo de cuatro décadas se combinan con atrezo original de los filmes: el tractor de Bienvenido, Mister Marshall, el carromato de Plácido, el cohete de Calabuig.

Y enlazar esta vuelta al mundo berlanguiano y lo que hoy dice a nuevos espectadores, tan bien expuesta, con el Parrathon del Centre del Carme que ofrece una retrospectiva de Martin Parr. Ha sido montada también con garbo por los comisarios de la muestra, Nacha Soler y el director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, con hamacas en el claustro que lleva a la sala Carlos Pérez y dentro de ella, que reproducen motivos señeros de Parr. En el paseo de un museo al otro puede ser que tengas la suerte de tener por compañía esta semana el virgen móvil y el himno de la Geperudeta. Todo liga, todo cuadra, todo nos ayuda, desde el arte y la propaganda entrecruzados, a elaborar el sentido de lo que nos sucede. Bravo por Valencia.

La Geperudeta recorría su plaza de la Virgen entre vítores un día al año, el segundo domingo de mayo. Pues nada, eso era antes. Este año lo hace durante siete días del mes de marzo.

Volvamos a Parr, que por desgracia no podrá ver el virgenmóvil. La expo reúne más de 200 fotos y 168 imágenes de su colage Common Sense. Procede de Rennes y luego irá a Bélgica y Corea. El recorrido internacional ha hecho tal vez renunciar al fotógrafo, que siempre decide qué expone, a sus fotos de Benidorm, y en parte es una lástima. Aunque no quita méritos a este repaso a su obra desde 1975. Gracias sobre todo a su seguimiento de la vida cotidiana de las clases obrera y media en vacaciones, Martin Parr nos ha ayudado a ver más, a percibir lo que no deseamos ver, lo feo y a la vez precioso en su soberana realidad. Sus gentes en las playas, turistas o locales, son ahora, además, una de las mejores crónicas de los tiempos anteriores a la pandemia. De la misma forma que su crónica visual de la convención republicana de 2016 sigue siendo el mejor retrato colectivo de los Estados Unidos que dieron el triunfo a Trump, y que ahí siguen.

Mercè Ibarz es escritora y crítica cultural.