Barcelona dedica una calle a un guardia urbano asesinado por ETA
Juan M. Gervilla quiso ayudar el 2000 a un coche parado que conducían los terroristas


Barcelona rindió este domingo un homenaje al agente de la Guardia Urbana, Juan Miguel Gervilla, en el 20 aniversario de su asesinato a manos de terroristas de ETA cuyo coche se detuvo en el cruce de la avenida Diagonal con Numancia y le dispararon cuando se acercó para ayudarles. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, Albert Batlle; el intendente mayor y jefe de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez; compañeros y familiares recordaron al agente asesinado.
La alcaldesa Colau y los hijos del agente asesinado, Óscar y Carles, descubrieron la placa de la que a partir de ahora será la calle Juan Miguel Gervilla, antes Institut Frenopàtic, en el barrio de Les Corts, donde prestó servicio muchos años. Juan Miguel Gervilla se incorporó a la Guardia Urbana de Barcelona el 1 de mayo de 1986 y prestó servicio, casi siempre, en la unidad territorial de Les Corts, con las tareas de ordenar y regular el tráfico. Una de sus compañeras, Ana Robles, recordó que Juan Miguel Gervilla “transformaba cualquier intervención en algo fácil de gestionar”.
El 20 de diciembre de 2000, el agente fue asesinado cuando se dirigía a ayudar a los ocupantes de un vehículo que se detuvo en el cruce de Diagonal con Numancia y que resultaron ser miembros de ETA. El agente fue asesinado con la misma arma que utilizaron para asesinar al exministro socialista Ernest Lluch y al concejal del PP de Sant Adrià de Besòs José Luís Ruíz Casado.
La alcaldesa de Barcelona reivindicó la memoria del agente, y recordó que “le tirotearon cuando iba a cumplir con su deber”. La alcaldesa rindió también homenaje a la Guardia Urbana de la ciudad y recordó que fueron miembros de este cuerpo los que lograron detener a los asesinos de Gervilla. El intendente mayor Pedro Velázquez recordó el cariño que de forma espontánea expresaban los ciudadanos a los agentes que encontraban en la calle aquellos días. Los hijos de Gervilla, Óscar y Carles rememoraron que, con su asesinato, conocieron la “crueldad del ser humano” y cómo dejaron de ser niños, de la noche a la mañana.
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