El Govern ultima nuevas restricciones en la restauración
Las limitaciones por el empeoramiento de la pandemia se extenderían a la movilidad y reuniones sociales
El Govern se plantea nuevas restricciones que afectarían a la restauración y a los cierres perimetrales a consecuencia del empeoramiento de los datos epidemiológicos en Cataluña, especialmente por el alto número de positivos —este jueves fueron 2.269— un riesgo de rebrote de 274 y una velocidad de transmisión —la Rt, que mide a cuántas personas contagia, de media, un positivo—, que ha pasado en 24 horas de 1,22 del miércoles a 1,34 de ayer. Con 1.532 personas hospitalizadas y 345 en la UCI. Las medidas concretas a adoptar fueron discutidas este jueves en varias mesas técnicas de las diferentes áreas del Procicat y ocupó buena parte de una reunión de Govern que se prolongó durante horas.
A falta de concreciones, lo que se apuntaba eran restricciones de los horarios de apertura de la restauración, en un intento de limitar las estancias prolongadas, la limitación de las reuniones a seis personas —en el plan de Navidad se había previsto que fueran 10— y el mantenimiento de los cierres perimetrales municipales los fines de semana en contra de lo que el Procicat aprobó el pasado 12 de diciembre y que, en principio, entraba en vigor en la madrugada de este viernes. Por tanto, es muy probable que se prohíba la movilidad comarcal de nuevo.
Rechazo de la restauración
Desde el inicio de esta semana los mensajes avanzados por diferentes consejeros del Govern ya apuntaban a la necesidad de replantear el plan de Navidad. El miércoles, los responsables de Salud indicaban que se iban a tomar decisiones restrictivas por datos como este: del 8 al 15 de diciembre se produjeron 11.800 nuevas infecciones, un 76% más que las registradas la semana anterior. Por ese motivo, el Govern quería frenar su plan específico de Navidad, que flexibilizaba las reuniones familiares hasta 10 personas.
El rechazo del gremio de los restauradores a cualquier medida que les suponga tener que reducir su actividad es total: “Ya estamos hartos de que se nos criminalice. Los restaurantes reabrimos el pasado 23 de noviembre y la transmisión ha aumentado mucho después de la reapertura, ha habido un puente por el medio con mucha movilidad. ¿Y resulta que los culpables somos nosotros?”, se preguntaba un muy molesto Roger Pallarols que avanzaba que la restauración “irá a la guerra hasta las elecciones autonómicas” si se veían obligados a cerrar. La restauración ha sido una de las actividades económicas más perjudicadas en Cataluña con las restricciones derivadas de la pandemia. El 16 de octubre echó las persianas que no se volvieron a levantar hasta el 23 de noviembre con el aforo reducido al 30% en el interior y sin limitaciones en las terrazas.
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