Denuncias cruzadas en el caso del uso del catalán en una pizzería italiana de Barcelona
El hombre que pidió ser atendido en la lengua asegura que está recibiendo amenazas y llamadas
El uso del catalán en una pizzería italiana en Barcelona, Marinella, ha degenerado en una batalla en las redes y en denuncias cruzadas por parte de sus protagonistas. La dueña del establecimiento denunció a los Mossos el pasado 6 de diciembre que estaba siendo acosada después de que un cliente, que le pidió ser atendido en catalán y ella, italiana, dijo que no podía hacerlo porque desconocía la lengua, criticase el restaurante en Twitter y pusiese reseñas negativas en Google. El local amaneció días después con pintadas que decían que o hablase catalán o emigrase, y ella de nuevo lo denunció a los Mossos.
Pero no es la única que ha acudido a la policía catalana. Tras el eco de lo ocurrido amplificado por las redes sociales, el autor de los comentarios en Twitter y en Google también ha denunciado a los Mossos d’Esquadra que está sufriendo una campaña de acoso tanto en las redes sociales como a través de llamadas al teléfono de su empresa como mails. La policía catalana remitió todo lo sucedido al juzgado de guardia, y también a la Fiscalía por si pudiese tratarse de un delito de odio.
El episodio ocurrió el pasado 4 de diciembre, antes de las diez de la noche, cuando un hombre fue a recoger unas pizzas a la Marinella. Pidió su encargo en catalán, y la propietaria dijo no entenderle y si se lo podía repetir en castellano. A lo que posteriormente añadió que se lo dijese en catalán, pero más lento, según contó a este diario. Luego se enzarzaron en una discusión en la que, según ella, otros clientes salieron en su defensa. El hombre defendió que mostró su molestia porque ella no entendiese en catalán algo muy simple, que era que iba a recoger dos pizzas. Y que eso mismo, se entiende incluso si no se habla ni catalán ni castellano, solo hablando en italiano.
El conflicto entre ambos se hizo viral después de que el hombre tuitease -la cuenta actualmente ya no existe- su malestar por lo ocurrido y su denuncia tuviese eco tanto para partidarios como detractores de lo que explicó, y empezase una campaña de linchamiento. Además del acoso en las redes, días después, la pizzería italiana amaneció con las pintadas “33 parla català o emigra” -el 33 es un número con el que se identifica a la derecha ultranacionalista catalana- y “A Catalunya en català”. El hombre se desvinculó de las pintadas.
Desde entonces, ambos aseguran que están sufriendo las repercusiones de lo ocurrido. La propietaria del Marinella recibe llamadas, encargos de pizzas que nadie recoge y reservas de mesas que nunca se ocupan. El hombre que denunció que en el restaurante no se hablaba catalán asegura que también han colgado fotos de su empresa en las redes sociales, burlándose de la misma, además de las llamadas y los insultos. Ahora el juzgado de guardia cuando ocurrieron los hechos deberá decidir si sigue adelante con el caso.
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