1.602 días esperando la reforma de la Rambla
Vecinos y comerciantes colocan un contador exigiendo al Ayuntamiento de Barcelona que comiencen unas obras aprobadas en 2016
Los comerciantes y vecinos de la Rambla de Barcelona han instalado hoy un contador gigante que recuerda los días que lleva de retraso la reforma del paseo más icónico de la ciudad. Una reforma que fue aprobada por el Pleno del Ayuntamiento de Barcelona en la primavera de 2016 con los únicos votos en contra del PP y la CUP.
El marcador, colgado en el balcón del número 74 de la Rambla, ha comenzado hoy la cuenta con los 1.602 días de retraso que lleva el proyecto desde que se aprobó. La iniciativa ha sido idea del expresidente de Amics de la Rambla y propietario de la mítica sastrería Modelo, Enric Pantaleoni, y ha contado con el apoyo de Amics de la Rambla y personalidades como Ferran Adrià, Salvador Alemany o Benedetta Tagliabue. “Tengo 86 años y llevo muchos años trabajando por la Rambla y el Raval. No me quiero morir sin ver la reforma”, ha defendido esta mañana Pantaleoni durante la rueda de prensa donde se presentaba el proyecto. “La recuperación de Barcelona ha de comenzar por la Rambla. Si no se arregla la Rambla, Barcelona no se arreglará. Tiene que ser ahora o nunca, no podemos permitir que Barcelona se nos vaya”, ha concluido el expresidente de Amics de la Rambla.
El Plan Especial de Ordenación de la Rambla fue aprobado en primavera de 2016. En noviembre de 2018, K.ZERO -el equipo que ganó el concurso para rediseñar el paseo y que capitaneaba la arquitecta y exconcejal de Ciutat Vella Itziar González- presentó las estrategias de reurbanización. Entre las acciones que se anunciaban se eliminaba un carril de circulación de bajada, se ampliaban las aceras y el tronco central del paseo, se reubicaban quioscos, se eliminaban los quioscos de los antiguos pajareros y se construían tres plazas. Entonces se anunció que los obreros comenzarían a trabajar a finales de 2019 y que la actuación duraría un mínimo de cinco años, ya que se haría de forma escalonada de mar a montaña y por tramos, empezado por Colón-Santa Madrona y siguiendo por Santa Madrona-Arc del Teatre, Arc del Teatre-Liceu, Liceu-Portaferrissa y Portaferrissa-Canaletes.
Nada de lo prometido se ha hecho. El pasado mes de abril el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, decía en EL PAÍS que el Consistorio mantenía su compromiso con el paseo pero ya advertía que el Ayuntamiento había destinado muchos recursos a la pandemia. Entonces indicó que la reforma podía pasar a un segundo plano dentro de las prioridades: “Tenemos que ver qué fondos hay que destinar para que la ciudadanía quede afectada lo mínimo posible por la crisis que se arrastra después de la pandemia”.
El actual presidente de Amics de la Rambla, Fermí Villar, ha remarcado esta mañana que todo apunta a que en 2021 no se iniciarán las obras: “El concejal de Ciutat Vella nos ha advertido que la reforma peligra porque debe revisarse el Plan de Inversión Municipal”. Villar aseguró que la administración debe “ponerse las pilas” porque la Rambla es un “microcosmos” y un “reflejo” de lo que pasa en Barcelona.
Al acto de presentación del marcador también han acudido el expresidente de Amics de la Rambla, Joan Oliveras, que remarcó que en “estos momento asistimos a la agonía comercial de Ciutat Vella” y reclamó la reforma del paseo como detonante del cambio.
Los creadores del marcador han sido la agencia de branding y diseño gráfico Clase Bcn cuyo presidente, Claret Serrahima, ha anunciado la puesta en marcha de una campaña de recogida de firmas bautizada como ‘La Rambla no puede esperar’, así como la colocación de carteles, lonas y anuncios en diferentes puntos del paseo.
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