La covid-19 deja en Cataluña un millar de nuevos infectados diarios

La curva epidémica en Cataluña lleva más de un mes estancada en las alturas, en torno a los 7.000 casos nuevos a la semana. Contenida, con ligeras subidas y bajadas que, de media, terminan dejando alrededor de un millar de infectados más cada día. El secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, insiste en que la comunidad está en una fase de “estabilidad tensa” que impide bajar la guardia. En los últimos siete días, la incidencia es de 91 casos por 100.000 habitantes y han ingresado en los hospitales 500 personas con covid-19, 90 de ellas en cuidados intensivos. También han fallecido 91 enfermos.

Los indicadores que vigila el Departamento de Salud para controlar la evolución de la pandemia no están disparados, pero tampoco terminan de bajar. En la última semana, Salud ha contabilizado 7.001 nuevas infecciones; siete días atrás fueron 7.592; y la semana anterior, 7.071. La incidencia no baja de 90 casos por 100.000 habitantes y la velocidad de transmisión del virus (la Rt, que mide cuántas personas infecta, de media, un caso positivo) se sitúa en 0,99, al borde del umbral que recomiendan las autoridades sanitarias (siempre por debajo de 1) para mantener a raya la transmisión. El riesgo de rebrote, que calcula el crecimiento potencial de la epidemia, ha bajado (de 228 puntos a 182 en una semana), pero sigue siendo muy elevado.

La tendencia en Cataluña lleva semanas serpenteando como dientes de sierra, con subidas y bajadas poco pronunciadas que mantienen el riesgo de rebrote en umbrales elevados. Hay muchos factores que influyen en estos vaivenes que hace la curva. Por ejemplo, ayer se notificaron 2.400 nuevos casos, pero tiene una explicación: un fallo informático, explicó Salud, ha impedido actualizar los resultados de las PCR en los últimos días, lo que ha provocado esta distorsión que, insistieron, no ha tenido impacto sanitario.

El riesgo de rebrote, que se mide en función de la incidencia acumulada y la Rt, funciona como una primera señal de alerta de que algo no va bien, explica Clara Prats, investigadora del grupo BIOCOM-SC de la Universidad Politécnica de Cataluña y artífice de este indicador. Luego hay que inspeccionar cada uno de los indicadores y ver qué ocurre. Por ejemplo, si la incidencia y la Rt se han disparado por un brote descontrolado o por un cribado masivo que hace subir la incidencia con casos detectados precozmente.

También hay que mirar el nivel de positividad de las PCR. Cuantas más PCR positivas haya, mayor es el riesgo de transmisión comunitaria y contagios descontrolados. La comunidad científica sostiene que la positividad debe ser inferior al 5%. Según el Ministerio de Sanidad, entre el 22 y el 28 de septiembre, en Madrid, por ejemplo, era del 19%, mientras que en Cataluña era del 6,6%.

Otro elemento a tener en cuenta para medir la situación de la pandemia es el estado de su sistema sanitario. En Cataluña hay, según Salud, 784 personas ingresadas, 162 en la UCI. Antes de la pandemia había 600 camas de críticos y ahora han aumentado a unas 800, así que el sistema hospitalario catalán no está comprometido en este momento.

Argimon admitió que la única forma de bajar drásticamente la curva es con restricciones más severas, como el confinamiento. Pero, por ahora, descarta este extremo y opta por encontrar un equilibrio entre la dinamización social y económica y el control del virus.