El Mercat de Música Viva de Vic opta por la virtualidad
La cita, que arranca el domingo 13, ofrecerá sus conciertos cada día desde su web
Por primera vez en sus treinta y dos años de historia, el Mercat de Música Viva de Vic vivirá más en las pantallas que en las plazas y escenarios que tradicionalmente le han dado fuste y connotado como un mercado diseminado por la ciudad. Dada la actual situación epidemiológica, sus responsables decidieron el pasado mayo que ofrecer la mayor parte de los contenidos virtualmente era la única opción viable, ya que, como señala Marc Lloret, su director, “necesitábamos unos meses para organizar un Mercat en el que los conciertos habían de ser grabados para posteriormente ser puestos a disposición del público en la web”. Y así será, comenzando por el concierto inaugural de Maria Arnal y Marcel Bagés, que abrirá el certamen este domingo. “Lo más importante”, señala Lloret, “es que lo que conforma un mercado seguirá presente: artistas con nuevos proyectos para presentar y un sector profesional para intercambiar contactos, experiencias y contratar actuaciones”. El Mercat se desarrollará durante toda la semana hasta su clausura el sábado, 19.
Haciendo de la necesidad virtud, y dada la incertidumbre con respecto a los desplazamientos internacionales, este año la oferta es fundamentalmente catalana, con 40 conciertos grabados que se emitirán en diferido desde la web del Mercat entre martes y sábado, amén de un sucinto complemento de actuaciones presenciales, 15 en total, que tendrán lugar en cuatro escenarios que funcionarán con las limitaciones sanitarias. “Los conciertos grabados presentarán artistas con nuevo disco y voluntad de girar el año que viene en su presentación, mientras que los presenciales ofrecerán artistas que no presentan novedades”, indica Lloret ante de puntualizar que se ha optado por grabación sobre el streaming ya que “esta última opción aún no se ha desarrollado tecnológicamente lo suficiente y hay muchas más garantías con las grabaciones convencionales”.
Con esa decisión, y considerando que la programación también se ha rebajado, el presupuesto ha sido menor que en años anteriores y además permitirá al Mercat comenzar a desarrollar herramientas de uso en futuras ediciones. Todo el apartado profesional se verificará por medio de la Red, en una edición en que las acreditaciones son gratuitas.
En la oferta del Mercat se sigue apostando por el eclecticismo estilístico, dando espacio a bandas de rock, caso de Mi Capitán, un grupo de grupos formado por artistas que pertenecen a bandas como Love of Lesbian o Egon Soda que, según Gonçal Planas, su cantante y compositor, “debido a la Covid-19 hemos perdido como banda unos 50 conciertos y en lo que resta de año esperamos hacer como mucho dos”. Para Planas, un melómano que en la música ha hecho de todo, mánager inclusive, “el streaming es un parche que no puede sustituir ni conciertos ni festivales”, y actuar en el Mercat “es una manera de darnos a conocer más allá de los promotores, donde fruto de nuestra historia como miembros y colaboradores de otros grupos, ya somos conocidos”.
También hay lugar para propuestas como la de Queralt Lahoz, “una cantante, que no cantaora”, precisa, que bebe del flamenco y lo lleva a otros terrenos con la intención de que “en mi música haya verdad, una buena voz y no sólo una performer, que es lo que hoy más abunda; vengo de la tradición, pero no soy sólo tradición”.
Meritxell Neddermann, que reconoce que, dada su propuesta pop de corte intimista, no ha sufrido muchas cancelaciones gracias a las programaciones que se han activado en pequeño formato tras el parón del confinamiento, es otra de las gemas del Mercat, que incluye conciertos de Pau Vallvé, Renaldo & Clara, Blaumut, Las Migas, Dolo Beltrán, Koko Jean & The Tonics, Carles Viarnés, Nakani Kanté, Anna Andreu, los andaluces e inclasificables Califato ¾ o el espectáculo sobre Ennio Morricone, a cargo de Carles Cases, con la Orquestra de Cambra de Vic.
Para todos ellos, como para público y organización, este será un Mercat diferente, “pero nos sitúa como un certamen que se puede adaptar perfectamente a las situaciones más adversas”, concluye su director, hablando, claro, tras una mascarilla.
La amenaza del ‘streaming’
El mundo musical espera que en 2021 haya festivales, aunque Gonçal Planas, de Mi Capitán, toca tierra y cree que “hasta dentro de un par de años no se normalizará el sector”. Pero nadie sabe qué ocurrirá. Bajo la mesa, todos cruzan los dedos para que las cosas no vayan a peor. Y, por medio, la duda sobre las nuevas herramientas y su competencia con el directo convencional. “El 'streaming' rebaja la carga de trabajo en los equipos de gira, que se reducen al igual que lo que cobran los artistas, y encima pueden acabar con los promotores pequeños y medianos, lo que sería un desastre”, opina avalado por su experiencia como mánager.
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