Torra descabeza el Departamento de Empresa en plena crisis económica
El relevo en Interior genera incertidumbre sobre las directrices en orden público dadas por Torra
Quim Torra dio ayer otro golpe a la cúpula del Departamento de Empresa y Conocimiento, uno de los que más estaba sufriendo en los últimos meses tanto por el martilleo de la covid como por el anuncio del cierre de Nissan en Cataluña, con la destitución de Àngels Chacón. Su nuevo consejero, Ramon Tremosa, deberá aprender y ejecutar en tiempo récord lo que su predecesora debió interiorizar en unos meses frenéticos. Por su parte, el nombramiento de Miquel Sàmper como titular de Interior genera dudas acerca de cómo dirigirá a los Mossos d’Esquadra en el caso de desórdenes públicos si el Tribunal Supremo inhabilita a Torra.
Chacón lamentó ayer a través de una carta la finalización “tan abrupta y en un momento en el que el final de la legislatura se ve tan cerca” su cese. Pone fin a 12 meses vertiginosos en los que ha tenido que asumir malas noticias: el fabricante de automóviles Tesla descartando Cataluña como lugar de inversión; el anuncio de Nissan de cerrar sus plantas de Barcelona y el mastodóntico destrozo que la crisis de la covid-19 está dejando sobre la economía y el tejido empresarial catalán y, especialmente, el turístico.
El conocimiento acumulado por Chacón en innumerables reuniones con los diferentes afectados para intentar conocer sus demandas y buscar una solución, tal y como destacaban ayer representantes de los agentes sociales —algunos favorables y otros más críticos con su gestión—, se esfuma ahora de la consejería y Ramon Tremosa tendrá que empezar de nuevo para poder tomar medidas con conocimiento de causa en escasos meses. Asimismo, Tremosa se verá obligado a alcanzar al menos parte de la cordialidad de trato que Chacón ha conseguido con la ministra de Industria, Reyes Maroto, para alcanzar colaboración en temas como el de Nissan.
En el mandato de Chacón no han faltado los enfrentamientos con consejeros de ERC e incluso con otras familias del PDeCAT —antes del cisma con Junts—. El más visible fue el acuerdo con ERC, en contra de la tesis de Presidencia, para nombrar una nueva cúpula en Circuits de Catalunya. Y en agosto frenó el decreto con el que el Govern pretendía dar al Consejo de Cámaras de Catalunya, dándole participación institucional y de más financiación, lo que garantizaba mayor protagonismo al independentista Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona.
Una consejería de alto voltaje
En el caso de Miquel Buch, el exconsejero abandona un Departamento de alto voltaje, que incluso ha acabado con la carrera política de algunos de sus responsables. Buch vivía ahora una etapa plácida, con la cúpula policial tranquila después de que se ganase su confianza con la gestión de los altercados después de la sentencia del procés.
El mandato de Miquel Sàmper se abre con la incógnita de qué directrices le habrá dado el presidente sobre el orden público, el elemento que más le hizo chocar con su antecesor. Buch admitió ayer “tensiones” entre él y el presidente por como los Mossos actuaban en las calles. Y no solo durante los disturbios tras la sentencia. Torra también pidió explicaciones por manifestaciones en contra de Vox en las que cargaron los Mossos o por la intervención de la policía cuando el Rey visitó el monasterio de Poblet, en Tarragona. Incluso pidió el cese del jefe de los antidisturbios, que meses después cambió de destino.
También queda en el aire la reestructuración de Mossos diseñada por Buch, que creaba la figura del Director Operativo Policial (DOP), que recaía en el comisario Eduard Sallent, actual jefe. Esa nueva estructura aún no ha sido formalmente aprobada.
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