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Las dos auxiliares que vejaron a una anciana en Terrassa, despedidas e investigadas por la fiscalía

La Generalitat abre expediente a dos trabajadoras que humillaron a la mujer y lo grabaron en vídeo

Usuarios de una residencia en Terrassa. En vídeo, el trato vejatorio de las dos auxiliares de enfermería a la anciana.Foto: CRISTÓBAL CASTRO | EPV

Las dos auxiliares de enfermería que vejaron a una anciana en una residencia de Terrassa (Vallès Occidental) y lo grabaron en vídeo han recibido una triple bofetada en menos de 24 horas: vapuleadas en las redes sociales por su comportamiento, han sido despedidas por el centro y afrontan además un proceso penal. Las disculpas de una de ellas —una supuesta influencer con unos cientos de seguidores en Instagram— no han evitado que la Fiscalía tome cartas en el asunto y abra una investigación por un delito contra la integridad moral y otro de revelación de secretos.

La residencia Mossèn Homs de Terrassa, de titularidad pública y con capacidad para un centenar de ancianos, decidió ayer abrir un expediente y apartar de sus funciones a las dos auxiliares de enfermería. La dirección del centro permanece en absoluto silencio y se remite al Departamento de Asuntos Sociales de la Generalitat, que confirmó los despidos. El departamento ya había abierto un proceso de investigación sobre lo ocurrido en el geriátrico después de que se difundiera, en redes sociales, un vídeo en el que las dos trabajadoras se burlan e insultan a una anciana mientras le suministran la medicación.

Iona A., la influencer, es la auxiliar que graba las imágenes. En los 37 segundos que dura el vídeo, prácticamente no dice nada. Solo ríe ante los comentarios de su compañera Ainhoa F., que está alimentando y dando la medicación a la anciana. “Venga, engorda. Que comas. Abre la puta boca ya, hombre, vieja cascarrabias”, dice Ainhoa, que mira a la cámara para aclarar: “No soy así, ¿eh?, que conste, pero me saca de quicio”. A continuación, vuelve a dirigirse a la anciana y le grita de nuevo con malos modos: “¡La pastilla! ¿No entiendes que te la tienes que tomar? ¿No lo entiendes? ¿Sabes qué? Que si no te la quieres tomar no te la tomes”. Según muestra el vídeo, Ainhoa lanza la pastilla y la anciana no recibe su medicación. Iona ríe a carcajadas.

Ante el “trato vejatorio” que muestra el vídeo, la Generalitat ha activado la investigación de los servicios sociales y ha presentado una denuncia ante los Mossos d’Esquadra. También ha abierto un expediente y ha apartado a las dos trabajadoras. El alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, calificó de “inaceptables y ofensivos” esos comportamientos y reclamó “respuestas contundentes” al Govern.

El vídeo, que se hizo viral y encendió redes sociales como Twitter, también llegó a los ojos de la Fiscalía Superior de Cataluña, que decidió abrir de oficio diligencias de investigación ante unos hechos de “innegable gravedad objetiva”. Las auxiliares podrían haber cometido al menos dos delitos —contra la integridad moral y descubrimiento y revelación de secretos— que acarrean penas de cárcel. El fiscal Pedro Ariche ha pedido a los Mossos que le remitan toda la información del caso en poder de Asuntos Sociales.

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Iona A. pidió perdón ayer en un otro vídeo: “Pido disculpas a los familiares afectados (...) Voy a asumir las consecuencias, soy consciente del acto”, dijo antes de anunciar que cerraba su cuenta temporalmente. El vídeo provocó más indignación que empatía y no conmovió a los familiares de la anciana humillada, que ayer acudieron a verla a la residencia. Una de sus hijas afirmó, en declaraciones a Efe, que la familia ha vivido el episodio “con mucha tristeza e indignación” y tildó de “despreciable” el vídeo. “Los abuelos necesitan respeto, humanidad, y no ese trato vejatorio”.

“Por desgracia, este no es un caso aislado”, reflexiona María José Carcelén, portavoz de la coordinadora Residencias 5+1 de Barcelona, que agrupa a familias afectadas por malos tratos a ancianos en geriátricos. Carcelén recuerda que, el pasado marzo, una anciana sufrió abusos sexuales en una residencia de Sants. El caso salió a la luz porque sus familiares instalaron una cámara oculta en la habitación. “Las restricciones por el coronavirus nos han hecho perder todavía más el control de lo que ocurre dentro”, denuncia y pide apartar de inmediato a los trabajadores que maltraten o humillen a los ancianos.

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