Colau encarga a 230 personas velar por la distancia social
El Ayuntamiento saca a patrullar a los agentes cívicos para que alerten del uso de mascarillas
El Ayuntamiento de Barcelona ha ampliado hasta 230 el número de agentes cívicos e informadores que patrullarán diferentes barrios velando para que se respeten las distancias y se utilicen las mascarillas e intentar evitar así que sigan reproduciéndose los rebrotes de covid. Estos operarios patrullarán por los distritos donde se están registrando un mayor caso de positivos las últimas semanas. La Guardia Urbana también circulará por esta zona con varios vehículos que emitirán mensajes por megafonía para que se cumplan las medidas de distancia social.
La actividad de los agentes cívicos será intensa en los distritos de Sants-Montjuïc, Eixample, Horta-Guinardó, Nou Barris, Sant Andreu y Ciutat Vella y se coordinarán con el programa municipal Barris Bon Desconfinament que se aplica desde pocos días después de que se declarara el estado de alarma el pasado mes de marzo.
El gerente del distrito de Nou Barris, Gabriel Duarte, advierte que los rebrotes se han trabajado con datos “de códigos postales”. Es por ello que se ha tenido especial interés en movilizar estos agentes cívicos en zonas como Nou Barris. “Durante el confinamiento también trabajamos con especial incidencia en esta zona. Entonces, todo el mundo estaba confinado en sus casas. Los agentes cívicos se dedicaban a pedir a los peatones que respetaran el confinamiento, a ordenar colas en supermercados, mercados, farmacias…”, advertía ayer Duarte.
Ahora la función es diferente, los agentes cívicos informan a los barceloneses de las medidas higiénicas de protección y distancia necesaria para evitar contagios. “También informarán a los responsables de bares de las distancias y medidas que tienen que guardar en los negocios. Pero sobre todo, recordarán machaconamente la necesidad de utilizar siempre las mascarillas. Tal y como debe usarse, con la nariz y boca cubierta”, advertía el gerente.
Los agentes cívicos van ataviados con un chaleco reflectante del Ayuntamiento y entre ellos hay equipos de personal de mediación que dominan varios idiomas por si la actuación lo requiere.
El Ayuntamiento de Barcelona trabaja en intentar llegar específicamente a la gente joven de estos distritos ya que buena parte de los nuevos contagios se está produciendo entre la población de entre 25 y 44 años. Según los análisis diarios de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASBP), las últimas semanas se ha producido un repunte en el número de contagios de la covid-19 en la capital catalana especialmente en encuentros informales donde se relajan las medidas de seguridad.
Además del incremento de agentes cívicos, los servicios de limpieza de la ciudad han preparado un nuevo plan de actuación para intentar combatir el rebrote de la enfermedad. Por un lado se ha aumentado la frecuencia de desinfección de contenedores de basura. También se ha incrementado la desinfección de los alrededores de hospitales, ambulatorios, residencias o plazas públicas.
El Consistorio mantiene activo el Programa de Apoyo a las Cuarentenas para personas que deben mantener el confinamiento domiciliario pero su situación socioeconómica o habitacional no se lo permite. El programa contempla activar servicios a domicilio como limpiezas, desinfecciones, entrega de material sanitario de protección, servicio de cuidado de animales domésticos, entrega de alimentos, productos básicos o comidas preparadas. Desde principios del mes de julio y hasta el pasado jueves se activaron 28 comidas a domicilio (23 la última semana). En el marco de esa actuación municipal también está disponible el Hotel Social Salud, que ahora tienen ocupadas 13 de las 80 plazas disponibles.
Numerosos bañistas acudieron ayer a las playas de Barcelona, pero no se vieron aglomeraciones en sus arenales ni en los accesos, donde se reforzó la presencia policial para comprobar que los usuarios seguían las medidas de seguridad para evitar la propagación de la COVID-19.
El Ayuntamiento decidió esta semana reducir el aforamiento de sus playas en un 15%, lo que significa recortar su capacidad de 40.000 personas a 32.000. La medida fue tomada de forma consensuada por diferentes municipios metropolitanos.
El objetivo de esta medida es frenar los contagios de coronavirus sin provocar un “éxodo” de ciudadanos hacia las playas metropolitanas, algunas de las cuales también han disminuido su aforo, como Castelldefels.
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