Sitges vallará sus playas y dispondrá controladores de acceso
El Consistorio busca evitar las aglomeraciones y activará una ‘app’ para consultar los aforos en tiempo real
No se le pueden poner puertas al bosque, pero Sitges tratará de ponérselas a la playa. El municipio ha decidido vallar 12 de sus19 playas para poder controlar los aforos en la arena. Limitará los puntos de entrada y ubicará personal de seguridad en cada acceso para llevar un recuento actualizado del volumen de bañistas. Cuando se llegue al tope, se cerrará el paso. El Ayuntamiento habilitará una app para poder consultar, desde el teléfono móvil, el grado de ocupación de cada playa, una herramienta que también se baraja utilizar en Salou.
Regular los usos de las playas y controlar el acceso a ellas se convierte en un quebradero de cabeza para los municipios que dan el salto a la fase 2 y obtienen la luz verde para el baño recreativo. Las estrategias para limitar los apiñamientos y respetar las distancias de seguridad son variadas y contemplan desde parcelar la arena a sistemas de megafonía para advertir a los usuarios cuando se arrimen demasiado entre ellos. Se da por descontado que los socorristas tendrán que estar pendientes de supervisar que corra el aire entre las toallas, además de la acostumbrada vigilancia de los bañistas.
El Ayuntamiento de Sitges ha optado por establecer un control riguroso e individualizado de sus playas más céntricas y frecuentadas. Cerrará la franja playera comprendida entre Terramar y la Marina d’Aiguadolç, habilitará un solo punto de entrada en cada playa y pondrá vigilantes de seguridad a contar el número de bañistas. “Tenemos muchos kilómetros de playa pero la superficie de arena es limitada, sería fácil que se acumulara mucha gente”, manifiesta Guillem Escolà, concejal de playas del Ayuntamiento. El Consistorio ha barajado distintas soluciones para evitar aglomeraciones y ha llegado a la conclusión que la anticipación es su mejor carta: “Si dejamos libre acceso, luego puede haber problemas para retirar a la gente de la playa cuando se detecte un exceso de concurrencia”, señala Escolà. “Con este sistema tenemos claro que, si caben 100, van entrar 100 y punto”.
Los vigilantes de seguridad tendrán un contador que, desde las diez de la mañana y hasta las siete de la tarde, registrará el número de usuarios de cada playa para colgar la información al minuto en la app. Además de poderse consultar los datos desde el teléfono móvil, el estado de cada tramo de arena se reportará a la oficina de turismo, situada enfrente de la estación del ferrocarril. “Los fines de semana llega mucha gente en tren desde Barcelona y otras poblaciones”, indica el concejal. El personal de empresas de servicios, como puedan ser monitores de escuelas de vela o de surf y los trabajadores de chiringuitos, tendrán un pase especial. También se ha previsto reservar un porcentaje del aforo a personas con movilidad reducida.
Además de limitar el control de acceso a sus playas, Sitges obligará a todos los usuarios a protegerse con mascarilla para pasar el filtro de entrada. “Luego, en la arena, ya no hará falta usarla, a menos que se vaya al chiringuito o se quiera contratar una hamaca o un masaje”, informa Guillem Escolà. Se repartirán botes de geles desinfectantes en todos los puntos de acceso playeros y hay un protocolo que prevé la reiterada limpieza y desinfección de elementos comunes, como pasarelas, barandillas o bancos. Las hamacas deberán cubrirse con fundas desechables de un solo uso. De momento, no se prevé poner en servicio ni las duchas ni los lavapiés y se descarta instalar baños móviles.
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