La historia de la pandemia, en primera persona
Los archivos catalanes piden en una campaña que se les envíen fotos y documentos para explicar de forma plural la lucha y los efectos de la covid-19
Peste, gripe, viruelas, sarampión, paludismo y coqueluche. A lo largo de la historia han sido muchos los contagios masivos y epidemias que han afectado a la sociedad antes que la actual del coronavirus; algunos pandémicos hasta la aparición de fármacos que los mantuvieron a raya. De todos estos episodios y de sus consecuencias dan cuenta los documentos conservados en archivos que hablan de números de afectados y de las medidas sanitarias, preventivas, adoptadas por los gobernantes. De las más actuales, como la mal llamada gripe española de 1918 quedan unas cuantas fotos que permiten ver cómo la gente salía a la calle, como ahora, con guantes y mascarillas. Pero fotos y documentos hablan siempre de la versión oficial y poco o casi nada de cómo lo vivieron las personas.
Pero eso no va a pasar en la crisis sanitaria actual gracias a campañas como la que ha puesto en marcha, desde finales de marzo, la Associació d’Arxivers-Gestors de Documents de Catalunya (AAC) en la que se pide que se envíen a los archivos imágenes, dibujos, textos y videos que expliquen el impacto de la covid-19 en sus vidas y cómo viven su encierro, la enfermedad, la solidaridad, la angustia por la situación económica y los espacios vacíos, con la intención de que en un futuro se pueda conocer esta situación de forma plural. Desde que se puso en marcha ha conseguido sumar más de 70 archivos municipales, comarcales y universitarios y recibir cientos de imágenes y documentos cargados de historias. Desde finales de abril la campaña también está impulsada por los archivos municipales de Barcelona y la Dirección General de Patrimonio del Departamento de Cultura de la Generalitat.
Son historias como las que queda reflejadas en imágenes como las de los cuerpos de emergencia y seguridad de Osona que cada jueves a las 8 de la tarde se acercan al Hospital Universitario de Vic y hacen sonar las sirenas de sus vehículos como agradecimiento al personal sanitario. La del grupo de personas que cosen batas para los sanitarios en el pabellón municipal de Gurb; o la de Rosa Verdaguer cosiendo mascarillas de tela en la residencia de ancianos de la Fundació Les Vetes de Salt y la de Pepita Roig que fotografía las mascarillas que han confeccionado en su barrio de Reus con la ropa del ajuar que ella nunca llegó a estrenar. También es la historia de Maria, una enfermera del Hospital de Igualada, epicentro durante los primeros días de la pandemia en Cataluña, que escribe un diario cuando termina su agotadora jornada laboral y que ha prometido entregar al archivo cuando todo esto termine.
“La gente envía, sobre todo, imágenes de lo que hace en casa, con su familia, de los aplausos y performances y de casi todo lo que hacen para llenar sus horas en casa”, explica Joan Soler, director del Arxiu Històric de Terrassa y presidente de la AAC, que ha lanzado la campaña bajo la etiqueta #arxivemlacovid19 y que ha animado a que todos los archivos hagan su propia campaña. “La AAC funciona como catalizador de la campaña que queremos que sea muy participativa. Hemos publicado unas instrucciones con los pasos a seguir, y animamos a que cada archivo haga su propia campaña, porque el confinamiento y la pandemia tiene muchas versiones y no se puede garantizar que lo que se graba y escribe en las redes sociales perdure siempre”.
“La gente tiene reparo en enviar imágenes suyas o de su familia y envían de las cosas que hace durante el confinamiento”, explica Frederic Mayol, director del Arxiu Municipal de Salt, que hasta ahora ha recibido 395 fotografías, 30 videos y 77 documentos. No es la primera campaña de este archivo. “Siempre que hay algún acontecimiento recogemos testimonios, como tras el temporal Glòria, que desbordó el Ter a su paso por la localidad. Pero ahora la respuesta ha sido mucho mayor. Todas las imágenes son tratadas igual que si fueran de comienzos del siglo XX, por ejemplo. Se documentan igual, porque tienen el mismo valor”, explica Mayol.
A esta campaña se han adherido los archivos universitarios de la Politècnica de Catalunya y los de las universidades de Barcelona y Vic. El último, uno de los más activos. “La campaña no solo va dirigida a los estudiantes, con la idea de enriquecer la imagen del impacto social de la pandemia en el ámbito escolar, civil, empresarial y sanitario”, explica Núria Cañellas, responsable del Arxiu històric fotogràfic de esta universidad, que ha recibido unas 200 imágenes. “En la universidad hay una facultad de Medicina y muchos profesores y alumnos son voluntarios en los centros sanitarios; por eso tenemos un buen número de estas imágenes”, explica Cañellas que defiende este tipo de campañas porque “hacen la memoria más rica y muestran que hay más de un punto de vista”. Todas las imágenes pueden verse ya en la web del archivo.
El viernes el Hospital Universitario Sant Joan de Reus hizo donación al archivo municipal de la ciudad de 2.000 documentos recogidos dentro de la campaña A l’hospital la pintura i l’escriptura cura; sobre todo, dibujos y fotografías de personal sanitario y familiares de enfermos, para que se preserven. “Es una donación importante, no solo por el número, sino porque muestra a la gente que sus trabajos tienen valor”, explica Elisenda Cristià, directora del Arxiu Municipal de Reus que ya suma 2.300 ítems. Entre los temas que dominan: dibujos de niños con mensajes llenos de esperanza, calles vacías, balcones llenos de gente, profesionales del mundo de la salud y otros colectivos profesionales que estos días han tenido que salir de casa para que el resto pudieran seguir viviendo. Ahora su esfuerzo quedará para siempre.
Reconocimiento público
Marta Vives, la directora del Arxiu Comarcal de l’Anoia, la zona que vivió durante semanas un doble confinamiento por el número de afectados ha centrado la campaña en la recogida de documentos escritos. “Lanzamos una llamada vía correo electrónico personalizado a nuestros seguidores. Quería, sobre todo, que la gente explicara lo que siente y lo ha vivido todo este tiempo, que explicaran su angustia, sus miedos y sus incertidumbres. Son unas 14 personas que han vivido muchas cosas y agradecen poder contarlo”. Para Vives eso es lo importante, “porque las fotografías, al final, son calles vacías y no expresan todo lo que está pasando”.
Soler destaca cómo la donación de estos documentos “permite dar visibilidad a los archivos y comprobar cómo estos son vistos como lugares con capacidad para conservar la verdad, como centros de referencia que garantizan la conservación de estos hechos. Al final, la donación de este material es un acto de generosidad”. La campaña durará hasta el verano. “Luego los archivos están pensando llevar a cabo un reconocimiento público a los donantes mediante exposiciones y actividades”.
El atentado de Barcelona el referéndum y el 1-0
No es la primera campaña de recogida de información que encabeza la Associació d’Arxivers-Gestors de Documents de Catalunya. Es la cuarta. La primera fue tras los atentados del 18 de agosto en Barcelona. Reunieron, a parte de otros tipos de materiales, 2,5 millones de tuits bajo la etiqueta #notincpor. La segunda fue la del 1 de octubre de 2017 en la que participaron 53 archivos catalanes recogiendo documentos e imágenes con todas las etiquetas relacionadas con el referéndum que consiguió 8,4 millones de tuits, no retuits. La tercera fue con motivo de la sentencia del Supremo que no llego a funcionar tanto como las anteriores.
Todos estos tuits están depositados bajo la etiqueta #arxivemelmoment en un servidor del colectivo norteamericano Documenting the Now de la Universidad de Maryland de Estados Unidos.
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