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La producción de residuos cae en Barcelona a niveles de los años 80

La única fracción que aumenta es la de los envases ligeros: los productos de limpieza y las latas de cerveza y refrescos

Un vecino del barrio del Eixample tirando la basura en unos contenedores de la avenida Roma.
Un vecino del barrio del Eixample tirando la basura en unos contenedores de la avenida Roma.MASSIMILIANO MINOCRI
Clara Blanchar

La drástica caída de la actividad económica y el confinamiento de la población para frenar el coronavirus ha traducido en una menor generación de residuos en Barcelona y los 35 municipios de su entorno. La producción ha caído un 25%, lo que sitúa los indicadores en niveles de finales de los años 80. La única fracción que aumenta es la de los envases ligeros: los productos de limpieza y las latas de cerveza y refrescos que han dejado de consumirse en los bares.

Los datos figuran en un informe del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que toma muestras de las tres semanas comprendidas entre el 16 de marzo y el 5 de abril. Donde la producción de residuos ha caído con más fuerza es en Barcelona, que concentra la actividad comercial y turística, con más de un 30% de descenso. La ciudad produce 0,95 kilos por habitante y día, como en 1988-1989. En otros momentos de crisis, la generación fue de 1,07 kilos (1995), o 1,25 kilos (2013). En cambio, antes de que estallara la burbuja, en 2008, se alcanzaron los 1,49 kilos por persona y día.

También se puede observar un descenso en Cerdanyola, donde viven muchos estudiantes, que ahora han regresado a sus poblaciones de origen. La producción de basura solo ha aumentado en 10 poblaciones pequeñas: Torrelles, Sant Climent o Santa Coloma de Cervelló es donde más, pero también en Begues, Castellbisbal, Cervelló, Corbera, Pallejà, El Papiol y Sant Vicenç dels Horts, con porcentajes inferiores siempre al 10%. El informe apunta como causa al “elevado porcentaje de población que antes del confinamiento iba a trabajar o estudiar fuera de estas poblaciones y, quizás, a la existencia de algunas segundas residencias”.

Por fracciones, el papel, cartón y vidrio han caído por el cierre de los principales generadores: comercio y restauración (por las botellas de cristal, cervezas, refrescos y vino). En Barcelona, el vidrio ha caído de media en el AMB un 28,7%, pero en la capital un 35,8%. El cartón comercial, de media un 93,6%, por las tiendas cerradas. El orgánico ha caído un 17,8% en el conjunto del área, pero mucho más, un 30%, en la ciudad de Barcelona a causa de los bares y restaurantes que están cerrados. Y lo que se desploma es la producción de voluminosos (un 79% menos), porque los Ayuntamientos han dejado de recoger muebles y trastos.

Respecto a los envases ligeros (plástico y latas), la media de las tres semanas arroja los siguientes aumentos: 7,9 en el conjunto del área de Barcelona; 2,9% solo en la capital y un 13,2% fuera de Barcelona. La primera semana los aumentos fueron mayores y han ido disminuyendo.

“El incremento de la cantidad de envases ligeros recogido no obedece a un cambio súbito en el comportamiento de la población. Su confinamiento combinado con el cierre de la restauración ha generado dinámicas que han comportado un incremento del consumo de envases ligeros”, señala el informe. Parte del consumo de bebidas como cerveza y refrescos, que antes se hacía en bares, ahora se hace “en el ámbito doméstico”, añade. El incremento mayor la primera semana de confinamiento lo atribuye a la compra de productos de limpieza y agua envasada.

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Fuera de los domicilios y la actividad económica, la basura que también ha caído en picado es la que recogen los servicios de limpieza: las papeleras están más vacías porque no se utiliza el espacio público más que para ir de un sitio a otro y los turistas se han esfumado. Su producción ha caído un 42% en la capital.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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