El PSOE andaluz vuelve al verde

El PSOE de Andalucía ha vuelto al verde. Desde el último congreso regional celebrado en Torremolinos en noviembre de 2021, el pantone rojo dominaba toda la escenografía, en los carteles, en las banderas y hasta en las botellas de agua. En ese primer congreso (y último) de Juan Espadas como secretario general de los socialistas andaluces, no se sabe bien porqué, guardaron en un cajón la bandera verdiblanca y hasta olvidaron cantar el himno de Andalucía en la clausura del cónclave. Este sábado el color predominante ha sido el verde, las banderas andaluzas han reaparecido, ni un rojo ha asomado en el primer acto público abierto protagonizado por la nueva secretaria general del PSOE andaluz, María Jesús Montero, en el pabellón de la Navegación en Sevilla.

Montero lleva justo una semana en el cargo y se ha propuesto como primer objetivo convencer a su partido de que es posible ganar las próximas elecciones andaluzas al presidente de la Junta y líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno. La meta supone como escalar varios ochomiles seguidos y sin descanso, teniendo en cuenta que las ultimas cuatro convocatorias electorales las han ganado todas los populares. El PP tiene mayoría absoluta y las encuestas no pronostican que la vaya a perder. Y si se diera ese supuesto, PP y Vox seguirían sumando más. Pero, como ha dicho el secretario general del PSOE de Sevilla, Javier Fernández de los Ríos, con Montero el PSOE puede “soñar otra vez a ganar Andalucía”. Para empezar la recibieron al grito de ¡presidenta, presidenta!, algo que no se oía desde hace seis años.

La secretaria general ha reunido a un millar de personas, según los organizadores, de todas las familias y pandillas internas. No quiere Montero más líos en el PSOE andaluz, ni debates orgánicos. Ella, que se afilió tarde al PSOE, nunca ha entendido la política belicista que se enseña en las Juventudes Socialistas. “Más allá de dónde hayamos estado, la fortaleza de este partido es la unidad, el enemigo no está dentro. No podemos emplear tiempo en las cuitas internas, porque nuestro objetivo es salir fuera. Vamos a dedicar poco tiempo a lo orgánico, nos vamos a dedicar a la calle, porque hemos venido a ganar”, ha asegurado.

Por esta razón, Montero ha ordenado adelantar los congresos provinciales al primer fin de semana de abril como muy tarde, en lugar de finales de junio como marca el calendario federal. El día anterior apostó en una reunión de la Interparlamentaria socialista por la “integración” y la “generosidad”. Hay quien interpreta de esas palabras que está reclamando de manera genérica a los secretarios generales provinciales más cuestionados que den un paso al lado.

Desde luego lo entiende así Fernández de los Ríos, de los pocos dirigentes del actual PSOE andaluz capaz de levantar el ánimo de los militantes en un mitin. “Hemos vuelto con el mejor PSOE, el de la fraternidad y la generosidad, que ha entendido perfectamente el momento político y que nos ha enseñado el camino de que si hay alguien más fuerte se pone uno al lado”, ha señalado dando las gracias tanto a Juan Espadas por renunciar a su reelección como a Montero por dar el paso al frente. Habrá que esperar para comprobar si los congresos van a ser fraternales o a cara de perro, pero nadie se ha dado por aludido. Por el momento, lo de echarse a lado lo ven más como un paso de baile.

Montero sabe que el PSOE es un partido de militancia, no de plataformas, de ahí que busque la implicación de sus 40.000 afiliados y de las más de 800 casas del pueblo. Los veteranos la entienden cuando dice que la militancia se ejerce cuando se lleva “a los nietos a las puertas de los colegios” o “tomando una cerveza con los vecinos”, algo que se ha perdido en una organización volcada en las redes sociales. “La victoria está a la vuelta de la esquina si cada uno nos creemos el papel que representamos, o todos nos implicamos o no será un proyecto”, ha subrayado.

La también vicepresidenta primera, ministra de Hacienda y vicesecretaria federal del PSOE le ha reprochado a Gobierno andaluz “falta de ambición” para que la comunidad avance. “Denuncio que no quiere ejercer el autogobierno y se esconde en la confrontación; denuncio que no ha desarrollado ni un solo artículo del Estatuto de Autonomía; denuncio que este Gobierno no ha hecho nada por los pueblos, ciudades y ayuntamientos, que los ha dejado a su surte”. Según ella, cuando Juan Manuel Moreno “se vaya de San Telmo, no habrá dejado ni un solo proyecto, ni un solo legado para que las generaciones futuras lo puedan aprovechar”.