Los sevillanos ya saben, por fin, cuándo celebrarán la Feria de Abril

Era la gran incógnita que sobrevolaba sobre la capital andaluza. ¿Cuándo comenzará la Feria de Abril, el ‘lunes del pescaíto’ o dos días antes, como los últimos años?. Una incertidumbre que se ha prolongado ocho meses, el tiempo que ha pasado desde que el Ayuntamiento celebrara el polémico referéndum para votar entre el modelo largo de esta fiesta –el formato actual, de sábado a sábado- o el tradicional -de lunes a domingo-, y que se saldó con una ajustada victoria a favor de este último. Sin embargo, no ha sido hasta el pleno municipal de este jueves cuando se ha confirmado oficialmente este formato más corto, tras la modificación de la ordenanza que la regulan, en las que el PP, que gobierna en minoría, ha contado con la abstención de Vox y el voto de calidad del alcalde, José Luis Sanz, para sacarla adelante.

El hecho de que fueran pasando los meses y desde el Ayuntamiento no se fijara las fechas concretas, ni la duración, no es un tema baladí para una ciudad en la que la Feria de Abril representa el 3% de su PIB y que, junto con la Semana Santa, reporta unos beneficios de 6.000 millones de euros, según los cálculos municipales. Quienes más se han visto perjudicados por esa falta de concreción son los empresarios hoteleros de la ciudad, uno de los sectores que prefería la feria larga, por abarcar dos fines de semana. “Este impass ha sido preocupante, porque no hemos podido hacer reservas, porque la gente no sabía cuándo iba a caer, y además ahora nos encontramos con el problema de cómo publicitar y qué tarifa poner a quienes reserven en el primer fin de semana, porque ya no es Feria”, explica Antonio Cornax, el presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia.

Los hosteleros de feria y los caseteros -quienes gestionan las casetas y se encargan del montaje, seguridad y el catering- también estaban en vilo. “Hemos tenido que posponer reuniones con proveedores, porque no es lo mismo contratar comida o servicio de camareros para un día y medio más que no”, explica uno de esos responsables que prefiere no dar su nombre. “Y, desde luego, facturaremos menos”, añade. También estaban pendientes de los días, aunque por motivos puramente organizativos, la comunidad educativa, que necesitaba saber las fechas para fijar en el calendario los días festivos.

La decisión de retomar el formato tradicional de la Feria -el de sábado a sábado se implantó en 2016, también después de otro referéndum impulsado en este caso por el entonces alcalde socialista, Juan Espadas-, era una de las promesas electorales del actual regidor, tal y como ha recordado esta mañana en el debate del pleno el delegado de Fiestas Mayores, Antonio Alés, pero Sanz decidió realizar una nueva consulta a los sevillanos, donde por un estrecho margen de 4.000 votos, se impuso la opción que él defendía. Con todo, el proceso fue muy cuestionado y la organización de consumidores Facua denunció “graves irregularidades”, entre ellas la suplantación de la identidad para votar.

Fernando III, la reivindicación de Vox

A esas dudas sobre la fiabilidad de la consulta han apelado PSOE y Podemos-IU, que en un primer momento aseguraron que apoyarían lo que decidieran los sevillanos, para votar que no a la reforma de la ordenanza. El grupo socialista ha adelantado que, si vuelve a la alcaldía, retomará el anterior formato. Ocho meses después, solo se ha aprobado el primer artículo de esta normativa, en el que se fijan los días de la celebración de la Feria, pese a que el PP había anunciado una reforma integral.

Para hacerlo, los populares han necesitado de la abstención de Vox -con los que acaban de aprobar los presupuestos municipales-, y el posterior voto de calidad del alcalde, para dirimir el empate que se había producido. Pero la abstención de la extrema derecha no ha sido gratuita. El partido de Santiago Abascal ha conseguido una de sus reivindicaciones más antiguas: que el día de San Fernando (30 de mayo), patrón de la ciudad, tenga reconocimiento de fiesta mayor de la ciudad, como la Semana Santa, la Feria, el Corpus, la Cabalgata de Reyes, los toros o la Velá de Santa Ana. Y no solo San Fernando, también la Inmaculada Concepción.

Se trata de una concesión más simbólica que efectiva, pero evidencia el condicionamiento de Vox al devenir de la gestión de la ciudad, después de haber conseguido incluir en los presupuestos municipales, a cambio de su apoyo, buena parte de su ideario sociopolítico, en forma de convenios con la asociación antiabortista Pro Vida, con organizaciones religiosas e impulsando programas de fomento a la natalidad y ayuda a las mujeres embarazadas a costa de partidas destinadas a Igualdad, Violencia de Género, Cooperación y desarrollo, apoyo a las personas migrantes o la memoria democrática.