Los 13 “barrios hartos” de Sevilla se rebelan contra los continuos cortes de luz: “La situación es de calamidad”
Los vecinos arrancan a la Junta, el Ayuntamiento y el Gobierno un compromiso para adoptar medidas concretas y estudiar la viabilidad de un plan de emergencia para esas zonas
“Prepara los biberones en el momento de darlos; usa el aire acondicionado o en su defecto ventiladores”. Estos son dos de los consejos que la Junta de Andalucía incluye en su página web para combatir las olas de calor. Pero en la casa de la hija de Santi Antunez, con un bebé de 20 días, no se pueden seguir. Ni ahora, con temperaturas por encima de los 40 grados, ni en ninguna otra época del año. Vive en la barriada sevillana de Padre Pío donde los cortes de luz son habituales. “Todos los días, cuando se va la electricidad, coge todo lo que le cabe en el bolso y se trae a la niña porque no puede poner la vitro, el ventilador, la lavadora o el termo para el agua caliente, que también es eléctrico. Hace la vida aquí el tiempo que dura el apagón y luego se vuelve”, cuenta. Ella reside en la misma calle, pero varios números más arriba, donde ahora, de momento, no está sufriendo apagones.
Esta situación hace años que ha dejado de ser una anomalía en 13 barrios de Sevilla, todos obreros y varios entre los más pobres de España. En 2022, los vecinos protagonizaron un encierro para llamar la atención ante la desatención de las instituciones a un problema que condiciona su día a día. Los cortes intermitentes persisten, pero también la movilización de sus habitantes, representados por la plataforma Barrios Hartos, que, después de volver a encerrarse el viernes pasado, esta semana han conseguido arrancar un compromiso de las tres administraciones involucradas (Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Gobierno central) para garantizarles el suministro estable.
“La situación es de calamidad”, resume Mari Carmen Priego, una de las portavoces de Barrios Hartos que estuvo presente este miércoles en la primera reunión de la comisión de emergencia energética. “Allí quedó claro que es necesario adoptar medidas de urgencia”, abunda. Los vecinos reclamaron a las tres administraciones la activación de un plan de emergencia acompañado por la movilización de los recursos necesarios para los barrios afectados por los continuos cortes de electricidad, además de otras medidas complementarias que resuelvan los problemas inmediatos derivados de las interrupciones en el suministro. “No nos estamos inventando nada, esos planes están previstos en la Ley de Gestión de Emergencias de Andalucía, de 2002, y en el Decreto 69/2024 que aprueba el contenido y efectos de la declaración de emergencia de interés general de Andalucía y el Plan Territorial de Emergencias de Protección Civil”, indica Priego.
Las tres administraciones se han comprometido a adoptar las medidas de contingencia necesarias para tratar de paliar la situación en un corto plazo y el representante de la Junta de Andalucía que acudió al encuentro, el delegado territorial de la Consejería de Industria, indicó que trasladaría al Gobierno andaluz que se estudie la viabilidad de desarrollar un plan de emergencia para atender las necesidades de los vecinos, coinciden las fuentes consultadas de las tres instituciones que estuvieron presentes en la reunión.
Uno de los escollos es poder adaptar la declaración de emergencia, que correspondería al Gobierno andaluz, a situaciones de “catástrofe o calamidad pública”, que es el objeto de las disposiciones legales esgrimidas por Barrios Hartos. “Que se corte la luz casi a diario y durante varias horas, que se tarde en poder contactar para que nos restituyan el suministro, tener que tirar la comida congelada porque se ha puesto mala de tantas horas sin electricidad, tener que ir a urgencias porque la máquina de oxígeno de los electrodependientes no se puede conectar… Si todo eso no se considera catástrofe…”, se pregunta Priego.
Los vecinos reclaman que el cableado provisional y los generadores de emergencia estén preparados para solventar los cortes intermitentes y diarios y que los equipos técnicos acudan de inmediato para restablecer el servicio a la mayor brevedad. “Esperemos que esto no sean más que palabras”, advierte Priego. Las tres administraciones implicadas muestran cautela e indican que en el encuentro del miércoles no se concretaron las medidas de contingencia y que el plan de emergencia está pendiente de que la consejería competente, que es la de Presidencia, estudie esa viabilidad, precisan las fuentes consultadas.
Los dos concejales del Ayuntamiento que acudieron a la reunión ofrecieron a los vecinos los puntos de conciliación y los centros cívicos municipales para que puedan aliviarse del calor en el horario en el que están abierto al público —los residentes reclaman refugios habitacionales―, indican las fuentes consultadas, pero desde el consistorio se advierte de que, aunque quieren encontrar una solución a los problemas eléctricos, el Gobierno municipal no es competente. Por parte de la Subdelegación del Gobierno también se insiste en que solo tiene atribuciones en materia de seguridad para atender a las denuncias de enganches ilegales y acompañar en las inspecciones —que sus representantes garantizaron para estas situaciones en el encuentro―, pero que carece de competencias en materia de supervisión ni en las actuaciones de emergencia. Ambas entidades se pusieron a disposición de lo que pueda plantear en el futuro la Junta, la administración de la que Barrios Hartos espera ahora respuestas.
Los vecinos son conscientes de que una de las principales razones de su abandono es que ninguna de las administraciones asume su responsabilidad en el problema. “Sentimos una impotencia horrorosa. Si el Ayuntamiento, el Gobierno y la Junta se desentienden, ¿quién nos representa? ¿Quién va a dar la cara por nosotros ante una empresa privada que solo se preocupa por ganar dinero y que invierte cero”, se lamenta Antunez. Y es que los residentes de los barrios afectados tienen muy claro quién es el responsable de los problemas de suministro: “Se llama Endesa y sus cómplices son las administraciones, pero como somos barrios obreros y no tenemos a representantes en el consejo de administración, siguen llevando a los vecinos a la desesperación”, sostiene Priego.
Enganches ilegales para el cultivo de marihuana
La compañía eléctrica insiste en que el principal problema en estos barrios no es de potencia de suministro, sino de las sobrecargas originadas por el fraude eléctrico y las manipulaciones de las instalaciones eléctricas para los enganches ilegales. “Endesa está trabajando en una doble vía para garantizar el servicio eléctrico a los clientes: continúa reforzando la red de distribución para poder asumir los consumos industriales derivadas de las plantaciones de marihuana y realiza inspecciones de fraude masivo para quitar enganches”, se señala por parte de la entidad que, advierte de que no quiere “estigmatizar a ninguna zona o colectivo, pero sí indicar cuál es la causa de la problemática para poder atajarla”.
Como ejemplo de ese consumo excesivo de las plantaciones de marihuana —cada una consume el equivalente a 80 viviendas, indican en la compañía―, Endesa alude a la sobrecarga ocurrida el sábado pasado en el centro de transformación del barrio de Torreblanca, que había sido renovada hace un año. La instalación tenía potencia para 1.400 clientes y contaba con 204 con contrato en vigor. Para la recuperación del suministro se tuvieron que conectar cuatro grupos electrógenos portátiles con capacidad para abastecer a 700 suministros cada uno: “Es decir que para abastecer a 204 clientes se ha tenido que instalar una potencia como para 2.800 suministros. Eso supone una inversión de 300.000 euros”.
Endesa apela a los resultados de una reciente auditoría ordenada por la Junta de Andalucía para conocer las causas de los problemas de suministro en los barrios sevillanos afectados por los cortes de luz que, en última instancia, avala la tesis de la compañía: “Disponen de potencia y capacidad suficiente para atender la potencia contratada. No es la capacidad de suministro la causante de las incidencias”, señaló el pasado mes de junio durante la presentación de las conclusiones el consejero de Industria, Jorge Paradela. La eléctrica asegura que desde 2020 se ha invertido en esas zonas 12,5 millones de euros, “una inversión media por cliente cinco veces superior a la de barrios más acomodados como Los Remedios”, recalcan.
“Nuestro problema no es que se hagan actividades ilícitas, los cortes ocurren a diario, en las mismas calles, a las mismas horas”, cuestiona Priego. Barios Hartos recela de la encuesta, de la que solo han recibido un extracto, y han exigido que se publique completa en la web de la consejería. Priego denuncia la estigmatización de esas zonas de la ciudad y la desigualdad en la que viven y pone como ejemplo el acuerdo al que llegó el Ayuntamiento de Sevilla con Endesa —una inversión de más de tres millones de euros, de los que 1,4 fueron aportados por el consistorio y 1,8 por la compañía eléctrica― para garantizar el suministro eléctrico en el Real de la Feria de Sevilla y evitar apagones como los sufridos en 2023. “Queremos lo mismo para nuestros barrios, que no se distinga una zona de otra y que no nos criminalicen más”, zanja.
Hace 20 minutos que ha vuelto la luz en casa de la hija de Antunez, así que podrá continuar con el baño de la pequeña que había interrumpido. “Este es un barrio de personas mayores, la generación joven se va, cómo va a quedarse con este panorama”, se cuestiona. Mientras se concretan las medidas a corto plazo, los vecinos no olvidan que el suyo es un problema estructural que requiere soluciones de mayor calado y tampoco van a dejar de movilizarse para seguir presionando a la Junta en la presentación del plan de emergencia: “Estamos cansados, no vamos a permitir que se rían más de nosotros”, advierte Priego.
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