La fiesta del periodismo sevillano rinde homenaje a María Esperanza Sánchez
El XXXI Premio de la Comunicación, que entrega la Asociación de la Prensa de Sevilla, reivindican el compromiso y defienden la información veraz y honesta frente a los bulos
“No todas las palabras se las lleva el viento, algunas se quedan, muchas de las que ha pronunciado María Esperanza Sánchez se quedan en el corazón y el cerebro de la audiencia”. Así compendiaba Iñaki Gabilondo la impronta y lo que la periodista María Esperanza Sánchez significa no solo para la profesión, sino para varias generaciones de ciudadanos de Sevilla y Andalucía. Ella, la voz del compromiso andaluz, como se señala en el estudio de Radio Sevilla de la Cadena Ser que lleva su nombre, fue la gran homenajeada en la fiesta del periodismo sevillano, la gala de entrega de la 31ª edición del Premio de la Comunicación que cada año entrega la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS).
Con el galardón a María Esperanza Sánchez se reconocía una trayectoria profesional y vital marcada por el compromiso con los valores democráticos, la defensa del orgullo de ser andaluces. Su voz, siempre a través de las ondas de Radio Sevilla, acompañó la consolidación del andalucismo y acunó también los cimientos del feminismo andaluz.
La APS también premió la andadura de Andalucía Directo, programa decano de la televisión pública andaluza que, tras 26 años en antena, ha demostrado la importancia y la utilidad del periodismo local. “Reivindicamos el periodismo de cercanía”, dijo su actual conductor Modesto Lafuente. La gala también reconoció con menciones especiales la labor de la comunicación institucional, encarnada en la experiencia de Belén Martínez, dedicada durante 29 años a esta tarea, los últimos 17 en la Cámara de Comercio de Sevilla; a Édere Comunicación, empresa fundada hace 21 años centrada en la comunicación y gestión cultural; y al periodista y corresponsal, Javier Gutiérrez Nogales, que reivindicó la tarea de los compañeros que han perdido la vida por informar.
En tiempos donde las frases se reducen a acrónimos y los mensajes pierden aparentemente el interés si duran más de 20 segundos —como se encargó de apuntar con sutil ironía José Luis Losa, el brillante maestro de ceremonias de la gala―, aún cobró más relevancia reconocer la profundidad de la palabra de María Esperanza y la templanza, veteranía y compromiso de José Luis Garrido Bustamante, maestro y pionero del periodismo andaluz: su voz acompañó en RTVE a la constitución del I Parlamento de Andalucía, en 1982 y también fue el primero en narrar para la televisión pública española los carnavales de Cádiz. A sus casi 91 años y al ser reconocido como socio de honor de la APS, Garrido Bustamante hizo gala de otra de las virtudes que cada vez se prodigan menos en la profesión: la humildad: “Me he limitado a ser periodista, a cumplir con mi obligación de ser periodista”, señaló.
En su alocución final, el presidente de la APS, Rafa Rodríguez, hizo una defensa de la importancia del buen periodismo para combatir la mentira y pidió a los periodistas ser beligerantes en esa defensa de la calidad y la honestidad a la hora de transmitir a los ciudadanos lo que ocurre. “Es necesario que seamos muy activos en la defensa del periodismo decente, libre y veraz”, señaló Rodríguez, que también hizo un alegato a favor de la necesaria independencia de los medios de comunicación públicos. “Los medios públicos no pueden ser portavoces o propagandistas, es un fraude para los ciudadanos y una vergüenza”, aseguró. El presidente de la APS reclamó de las administraciones públicas que no se subvenciones a los medios de comunicación que han sido condenados por publicar bulos. “Sintámonos orgullosos de ser buenos periodistas”, concluyó Rodríguez. Su discurso fue el colofón a una gala que abarrotó el teatro de la Fundación Cajasol ―no en vano la APS es la segunda asociación de la prensa con más socios, tras la de Madrid―.
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