Las manifestaciones en favor de la sanidad pública en Andalucía redoblan la presión sobre Moreno
La segunda gran marcha convocada por Mareas Blancas este sábado llega en plena polémica por la concertación de la atención primaria y la huelga del 12 de abril
En la Puebla de los Infantes, un municipio sevillano de 2.990 habitantes, hace dos años que se quedaron sin médico por las tardes. Se han acostumbrado a estar con uno solo durante los meses de verano, cuando la población se duplica, y días atrás estuvieron sin pediatra porque la facultativa se puso enferma y nadie la sustituyó. Ahora temen quedarse sin el servicio de Urgencias, lo que obligaría a sus vecinos a tener que recorrer los 30 kilómetros por una carretera estrecha de montaña que los separan de Constantina, la localidad más cercana que cuenta con esa prestación. Para demostrar que la sanidad pública les importa, el viernes se subirán en un autobús hasta Sevilla para acudir a la manifestación en contra de la privatización de los servicios sanitarios que Mareas Blancas han convocado en todas las capitales de provincia. “Cuando pierdes un servicio, luego es imposible recuperarlo”, sostiene Dolores Bello, de 68 años y maestra jubilada del pueblo.
Como el de la Puebla de los Infantes, otros 30 autobuses partirán el próximo 25 de marzo de la Sierra Norte de Sevilla a la capital para acudir a la marcha que discurrirá bajo el lema: La sanidad pública está en tus manos. Es un ejemplo del apoyo ciudadano de esta convocatoria, la segunda en defensa de la sanidad pública en Andalucía, después de que la anterior, celebrada el pasado 26 de noviembre, congregara a miles de personas en la que se convirtió en la primera gran protesta contra el Gobierno de mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno. Las de este sábado comenzarán entre las 11 y las 12 de la mañana.
La situación apenas ha variado desde entonces. Es una mala noticia para los profesionales sanitarios y los usuarios, pero también para el presidente andaluz, que ve cómo las quejas sobre la situación de la sanidad en la comunidad opacan todos sus mensajes, incluidos el de la mayor inversión y contratación de médicos de la historia. La Junta esgrime datos: 13.800 millones de euros del Presupuesto de 2023 —el “más alto de la historia”―; 30.000 profesionales más en el Servicio Andaluz de Salud, (SAS); la estabilización de otros 67.000; el “avance” en las mejoras salariales o un incremento del gasto sanitario por habitante hasta los 1.629 euros. Pero las cifras no han servido para parar las concentraciones semanales de las organizaciones de trabajadores, ni el paro indefinido impulsado por el recién creado Sindicato de Médicas y Médicos de Familia de Andalucía desde el pasado 20 enero, ni la huelga en atención primaria convocada por el Sindicato Médico Andaluz para el próximo 12 de abril.
“Se invierte más dinero, pero la inversión no llega a resolver los problemas del sistema. No debemos permitir que con lo que se invierte el sistema no sea eficaz”, indica Marta García, médico de familia de Granada. Ella es una de las impulsoras de la manifestación en esa ciudad. Explica que las reivindicaciones no van a centrarse solo en los problemas de la atención primaria, sino que se van a centrar en el conjunto del sistema sanitario. “La Junta no está considerando la salud como un derecho, sino como un negocio que beneficia a las compañías privadas. El deterioro del sistema público de salud es tangible y eso tiene costes”, advierte.
Sebastián Martín Recio, uno de los portavoces de Mareas Blancas, pone el acento en la “indignación creciente”. “No solo entre los profesionales de la sanidad, sino entre los ciudadanos”, indica. Una sensación que está seguro que se materializará en las manifestaciones en las que se van a sumar, además de sindicatos como UGT o CC OO, o todos los partidos políticos menos PP y Vox, organizaciones sociales y plataformas cívicas que han estado trabajando estos dos últimos meses en pueblos y barrios con mesas en los centros de salud y charlas. Una de las organizaciones que ha sido más activa en estas actividades es la plataforma Barrios Hartos. “En las zonas humildes estamos hartos. Hace tiempo que nos han quitado los pediatras de los centros de salud para concentrarlos solo en uno y eso implica que muchas madres tienen que desplazarse en autobús con los niños”, indica Mª Carmen Priego, una de sus portavoces, quien se queja también de “la demora en las citas, de 6 y 7 días, que provoca el colapso de las urgencias.
“Nuestras enfermedades no pueden convertirse en un negocio”
“Los ciudadanos perciben que las listas de espera son cada vez más largas y optan por irse a la privada, pero nuestras enfermedades no pueden convertirse en un negocio porque quienes peor lo van a soportar son los que están en los márgenes de la sociedad”, abunda García. Andalucía es la cuarta comunidad, detrás de Madrid, Cataluña y Baleares, donde más ha crecido el número de contrataciones de seguros privados, de acuerdo con los datos del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad de 2021, donde se aprecia que las mayores subidas se han producido a partir de 2019. El informe también constata que esta comunidad es la segunda, por detrás de Cataluña, en mayor número de hospitales y camas privadas, y también ocupa el segundo lugar en conciertos por grupo hospitalario, después de Madrid.
La orden de tarificación que la Junta de Andalucía aprobó a principios de marzo, en la que por primera vez se permite concertar la atención primaria y el uso por médicos de la privada de instalaciones del SAS, estará muy presente en las manifestaciones. Los sindicatos han puesto como línea roja para avanzar en un pacto por la atención primaria que esta especialidad se elimine de la norma. Mareas Blancas va más allá. “Vamos a emprender acciones legales ante lo contencioso-administrativo para que se anule esa orden”, indica Martín Recio, que sostiene que con el nuevo Estatuto de Autonomía las medidas establecidas en la orden deberían haberse tramitado por ley.
Más allá de la legalidad de la norma, Martín Recio advierte del peligro que para la esencia de la atención primaria puede suponer su concertación con la privada. “Se reduce el alcance comunitario y de continuidad que tiene la atención primaria a un mero elemento asistencial. El médico de familia conoce, precisamente, a nuestra familia, identifican los problemas de salud del barrio, son esenciales para nuestra comunidad”, incide. Una reflexión que lleva a otra de las reivindicaciones de la manifestación: la necesidad de terminar con los contratos precarios, no solo en los centros de salud, sino en los hospitalarios, donde la situación, como apuntaba su colega García, tampoco ha mejorado. “Las plantillas deben aumentar”, añade, haciendo hincapié en otra de las exigencias de los profesionales.
“Las listas de espera se han convertido en algo habitual y la solución no está en derivar a las clínicas privadas. El dinero debe destinarse a reforzar los servicios públicos y no a incrementar los conciertos”, abunda Martín Recio, que el sábado también llamará la atención sobre el crecimiento del número de alumnos de Medicina que egresan de universidades privadas y que acaban trabajando en hospitales privados.
En Peñaflor, en la frontera entre Sevilla y Córdoba, también se preparan para subirse al autobús el sábado, camino de la capital andaluza. Hace más de una década que este municipio de 3.685 habitantes, perdió su servicio de urgencias, una carencia que propició la creación de la plataforma Médico 24 horas. Su centro de salud depende de Palma del Río, en Córdoba, pero los especialistas están en el Virgen Macarena, de Sevilla. “La situación se nos va complicando porque cada vez hay más falta de médicos en Palma del Río y es probable que también nos quedemos sin médico por la tarde”, cuenta su alcalde, José Ruiz (PSOE). Los fines de semana dependen de la única ambulancia del municipio, pero al ser de transporte, muchas veces no está allí porque está prestando servicio en los pueblos del alrededor. “Esperemos que todo esto sirva para algo”, señala, aunque con la boca pequeña, el regidor.
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