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Espadas gana tiempo para su campaña gracias a la crisis del PP

El candidato socialista en Andalucía se prepara para pelear por el centro pero advierte de que su proyecto es a largo plazo

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, durante una rueda de prensa.
El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, durante una rueda de prensa.Eduardo Briones (Europa Press)
Lourdes Lucio

Los magros resultados cosechados por el PP en Castilla y León, que le aboca a decidir si se alía con Vox, y la crisis en el Partido Popular ha dado un tiempo extra al candidato socialista a la presidencia de la Junta, Juan Espadas, para preparar su campaña, la primera para el PSOE en la oposición. Los socialistas, que barajaban el mes de junio como la fecha más probable para las elecciones, creen ahora que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, apurará el mandato y convocará en noviembre, algo que está por ver. Espadas se lo toma como una prórroga con la que pretende llegar a más gente y planificar mejor. El candidato cree que la batalla se librará en el centro.

Desde que los socialistas perdieron la Junta en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018, todo es más difícil para el PSOE de Andalucía. En la oposición celebraron unas primarias, con el relevo de Susana Díaz por Espadas en el liderazgo del partido, y el congreso regional; y ahora se prepara para disputar sus primeras elecciones autonómicas sin el acolchado abrigo del poder institucional.

Más de siete meses ha tardado el PSOE en poner en marcha una agenda específica para su candidato, una vez concluido todos los congresos provinciales y locales; y su equipo está todavía en proceso de construcción. Durante casi tres años, con Díaz en la primera fila del grupo socialista, el PSOE ha hecho una oposición que fuentes del entorno de Espadas califican de “light”. Por un lado, la justifican por la pandemia y por otro por la imposibilidad de plantear una alternativa tras gobernar de manera ininterrumpida durante casi 37 años.

Espadas no parte de cero y confía sobre todo en el empuje que le puedan proporcionar los alcaldes socialistas. El PSOE gobierna en el 58% de los municipios de la comunidad y en seis de las ocho diputaciones provinciales. En ese ejército de concejales (que tendrán elecciones municipales en mayo de 2023) confía el candidato para combatir al principal enemigo del PSOE, la abstención. Alrededor de 400.000 votantes socialistas prefirieron no ir a votar hace poco más de tres años y otros 300.000 dieron la espalda a la coalición formada por Izquierda Unida y Podemos, bajo la marca Adelante Andalucía.

Batalla por el centro

Los partidos a la izquierda del PSOE aún negocian acudir unidos, pero es casi seguro que los de Teresa Rodríguez no estarán. El aspirante socialista a la Junta cree que la batalla electoral se dará en el centro político y en ese caladero quiere pescar, según fuentes cercanas a Espadas. La conclusión que sacan en el PSOE andaluz de los resultados electorales en Castilla y León es que el discurso del miedo de una alianza PP con la extrema derecha de Vox ha fracasado, por lo que el PSOE necesita fijar su discurso al territorio y centrarse hasta la celebración de las elecciones en ejercer una oposición “seria y rigurosa” en la que se descarta rechazar porque sí todo lo que proponga el Gobierno de Moreno.

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El análisis del equipo de Espadas es que el principal talón de Aquiles del dirigente popular ha sido la gestión y que eso se debe entre otros motivos a que “ha habido una oposición light a un gobierno light. El Gobierno se ha beneficiado de ellos y el presidente se ha hecho el muerto”, según las citadas fuentes. Los socialistas intensificarán hasta el final de la legislatura la crítica personalizada en el presidente andaluz y tratarán de evitar que cale la idea de que Moreno es el caballo ganador.

La nueva ejecutiva socialista parte de un análisis autocrítico de las etapas anteriores, sobre todo las de los últimos 10 años que comprende el final del mandato de Manuel Chaves, el de José Antonio Griñán y el de Díaz. Creen que, en esa década, la crisis económica, la falta de iniciativa política, la gestión y los casos de corrupción fueron achicando el espacio del PSOE y mermando sus apoyos. “Aquí se perdió un gobierno porque no se tomaron las mejores decisiones. Si te votan menos es que hay algo que no se hizo bien. El PSOE no tiene que ser el mismo de siempre”, aseguran desde el entorno de Espadas.

Los socialistas están obligados a decir que salen a ganar las próximas elecciones autonómicas, pero el proyecto de Espadas es a largo plazo. Él piensa con las luces puestas en 2030. El primer objetivo es ser primera fuerza en Andalucía, algo que ninguna encuesta por el momento pronostica; pero el segundo es superar en votos y escaños los datos de Díaz, que sacó 33 escaños y 1.010.889 votos en 2018.

Preocupa en el PSOE la situación en la Andalucía del interior, muy dependiente de la agricultura, y en la que elección tras elección los socialistas son imbatibles. La negociación de la PAC, que vaticina recortes; la sequía; la importación de productos de Marruecos con controles más laxos; y el alza del precio de los combustibles está generando un clima explosivo en el campo andaluz donde el PSOE, según la actual ejecutiva, ha cedido espacio político a otras formaciones. El nacimiento de plataformas provinciales electorales en Jaén o Huelva está en un peldaño inferior de preocupación en la dirección socialista porque considera que no van a cuajar de aquí a la fecha electoral.

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