El nuevo alcalde de Sevilla presenta un proyecto de gestión que abarca hasta el 2029
El secretario de Organización del PSOE traslada a Antonio Muñoz el apoyo de Ferraz para que repita como candidato en 2023
Si alguien pensaba que el mandato de Antonio Muñoz, el sucesor de Juan Espadas en la alcaldía de Sevilla, iba a ser de transición, él mismo se ha encargado de disipar esas conjeturas al presentar, durante su discurso tras prometer su cargo como alcalde, un proyecto de gestión que tiene como colofón 2029, coincidiendo con el centenario de la primera Exposición Iberoamericana de la que la ciudad fue sede en 1929. Horas antes, Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, había ratificado el apoyo de Ferraz a Muñoz como regidor. “Vuelvo a mostrar el apoyo total de la dirección federal a Antonio Muñoz para su toma de posesión y en el futuro”, ha señalado el número tres de los socialistas españoles.
Sevilla, la cuarta ciudad de España en número de habitantes, es también la más importante que gobierna el PSOE. La elección de Espadas como candidato a la Junta entrañaba el riesgo de perderla si no se hacía bien la transición en el año y medio que resta para las elecciones municipales, una carambola que los socialistas no se podían permitir. El nombre de Muñoz, responsable de tres de las áreas de gestión más relevantes del Ayuntamiento hispalense: urbanismo, turismo y cultura, lo avalaba como el sucesor inmediato, pero la incógnita estaba en qué pasaría a partir de 2023. La presencia esta mañana de Cerdán, pero también de tres ministras del Gobierno, la titular de Hacienda, María Jesús Montero; la de Turismo, Reyes Maroto; y la de Justicia, Pilar Llop, han evidenciado también el compromiso del Ejecutivo central con el nuevo alcalde.
En su discurso, Muñoz —elegido por mayoría simple con los votos del PSOE― se ha reivindicado como continuador de un proyecto de ciudad que hace 11 años inició junto a Espadas —su predecesor en el cargo, a quien se ha referido como “mi amigo” y al que ha hecho ponerse en pie tras arrancar una ovación por parte de su grupo municipal― y, dentro de esa estrategia, ha enmarcado su propuesta para Sevilla, una iniciativa “con luces largas” que abarca hasta 2029, fecha que coincide con el límite establecido por el actual equipo de gobierno municipal fijado en el Plan Estratégico 2030. Ese proyecto ambicioso de Muñoz, es, como él ha explicado más tarde, “un argumento, un pretexto que sirva como motor de la ciudad y permita minorar el déficit en infraestructuras”.
El nuevo alcalde pretende crear un consorcio en el que estén implicadas las administraciones central y autonómica y que, a partir de ese compromiso, permita consolidar “la modernización y completar la transformación de Sevilla”. Se trata de un mecanismo para hacer crecer y mejorar los barrios y las infraestructuras de la ciudad de manera coordinada, sin hacerla depender de los vaivenes políticos en cada una de esas instituciones.
Ese reto de futuro se cimienta en cuatro ejes: una ciudad que funcione, inclusiva, verde y que sea motor de la transformación económica, para lo que Muñoz ha ofrecido “gestión, gestión y gestión” y “reivindicación, reivindicación y reivindicación” para que Sevilla tenga “el nivel que se merece” como cuarta ciudad de España. Para lograr esos cuatro objetivos, Muñoz ha reclamado coordinación entre el Gobierno central, autonómico y municipal, para cambiar el marco legal que establece la llegada de recursos a los ayuntamientos; para garantizar el final de las desigualdades en un municipio que alberga a seis de los 12 barrios más pobres de España y para fijar plazos y presupuestos concretos para el desarrollo de las grandes infraestructuras que siguen sin construirse en Sevilla, como los túneles de la autovía de circunvalación S-40, las líneas de metro o la conexión de la estación de Santa Justa con el aeropuerto. “No nos engañemos, no debemos hacer la batalla por nuestra cuenta. Exijo un compromiso de todas las administraciones en una estrategia que estamos dispuestos a liderar”, ha señalado para remachar con un: “Ya está bien”, cuando se ha referido a los proyectos de infraestructuras.
Muñoz, principal muñidor de la consolidación de la capital andaluza como polo turístico del Sur de Europa, ha reivindicado ese modelo de éxito para extrapolarlo a otros ámbitos como la industria, el emprendimiento o la cultura. Fiel a su talante dialogante, el nuevo alcalde ha tendido la mano a los grupos municipales, a las universidades, las empresas, la Iglesia y las hermandades —a cuya labor e importancia en la sociedad sevillana se ha referido hasta en dos ocasiones―, las asociaciones y al resto de administraciones para “completar la transformación que Sevilla necesita”.
Ni un alfiler más en el salón Colón
Representantes de todos esos colectivos —entre ellos el arzobispo de Sevilla o los hermanos mayores de algunas hermandades de la ciudad, o los rectores de la Universidad de Sevilla y la Pablo Olavide― y también miembros de los medios de comunicación o del sector de la cultura, como el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, el actor Antonio de la Torre o la cantaora Rosario La Tremendita, estaban presentes en el salón Colón del Ayuntamiento, donde se ha celebrado el pleno de la elección del nuevo alcalde. La expresión no cabía un alfiler definía perfectamente el aspecto de la estancia. Alrededor de 300 invitados, entre ellos también el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, o el exvicepresidente del Gobierno Antonio Guerra han desafiado a la sexta ola de la pandemia para acudir a la toma de posesión de Muñoz como regidor de Sevilla.
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