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72 horas encerrado en la Casa de las Brujas o cómo se gestó la dimisión de Mazón: “Me quiero ir”

El presidente valenciano permaneció con su núcleo duro y con su familia cerca. Desde el jueves estuvo en contacto con Feijóo, que no tenía pensado pedirle que se marchara

Carlos Mazón, al finalizar su comparecencia en la que ha anunciado que dimitirá al frente del Gobierno valenciano. Foto: Mònica Torres | Vídeo: EPV

Carlos Mazón se sube a su coche oficial. Noqueado tras los insultos recibidos en el funeral de Estado de la dana, emprende un viaje de dos horas hasta Alicante para estar cerca de su familia. Aquí lo recibe su madre, una enfermera jubilada:

—Carlos, hasta aquí.

Según fuentes de su entorno más próximo, la familia de Mazón no ha querido aconsejarle ni presionarle sobre su futuro político desde el día de la tragedia, pero la realidad estalló el pasado miércoles en la cara de todos ellos.

Tras pasar la noche en Alicante, rodeado de los suyos, Mazón regresa a Valencia el jueves por la mañana, donde anuncia un periodo de reflexión sobre el devenir de su Presidencia tras los insultos recibidos. “No dejo de pensar en ello”, dijo. “Habrá una comparecencia en los próximos días. No hay ninguna previsión más allá de lo que acabo que decir”.

No se habla de dimisión. Tampoco de adelanto electoral. Las teorías sobre su reflexión se centran en las tres comparecencias que tiene ante las diferentes comisiones de investigación de la tragedia: en las Cortes Valencianas, en el Senado y en el Congreso. Es más, el propio Alberto Núñez Feijóo dice ante la prensa que Mazón iba a contestar a todas las preguntas.

Tras el almuerzo, regresa a Alicante, pero esta vez decide encerrarse. El coche oficial del presidente llega a la Casa de las Brujas sobre la siete de la tarde. La Casa de las Brujas es un palacete del siglo XIX, estrecho, de color beige, y con vistas al mar. Es la sede de la Comunidad Valenciana en Alicante, un lugar donde el presidente valenciano acude a menudo y despacha asuntos oficiales. De hecho, los lunes y viernes suele tener la agenda en su ciudad para así estar cerca de su familia. Luego, el resto de la semana, ya marca la agenda en Valencia. A Castellón acude dos veces al mes desde el inicio de la legislatura.

Aquí decide confinarse con un minúsculo grupo. El presidente valenciano suele estar rodeado de un equipo de 15 personas, que le hacen los discursos, le preparan la agenda, las redes sociales… El día a día. Esta vez, para evitar filtraciones, ordenó que solo fuera un puñado. No acuden altos cargos del partido en la Comunidad Valenciana. Tampoco sus consejeros. El hermetismo en la Casa de las Brujas es total.

Mazón llama la tarde del jueves a su mentora política, Macarena Montesinos, la persona que convenció a Teodoro García Egea, el ex secretario general del PP, para que apostara por él como presidente del partido en la Comunidad Valenciana en 2021. Montesinos, también de Alicante, es la actual secretaria del Grupo Popular en el Congreso. Mazón, Montesinos y su minúsculo grupo comienzan a evaluar las diferentes opciones sobre su anunciada “reflexión”.

Minutos después, según fuentes populares, se produce una primera conversación entre Feijóo y el presidente valenciano, donde este le dice que no puede más:

—Me quiero ir.

Génova asegura que en los planes del líder del PP, a pesar de la incomodidad instalada, no estaba previsto pedirle a Mazón que dejara la Generalitat. La idea de Feijóo era decirle el 7 de noviembre, pasado ya el aniversario de la dana y la remodelación del Gobierno prevista, que no podría repetir como candidato en las elecciones. Mazón, sin embargo, se quebró antes.

A la mañana siguiente, viernes, el presidente acude a un centro de Innovación en Alicante para un acto. Luego regresa a la Casa de las Brujas y comienza la negociación. Tanto Mazón como Feijóo se rodean de sus círculos más próximos para trabajar en una fórmula que desencalle esta crisis. El viernes por la tarde, el plan de Mazón es anunciar que no será el candidato y que en 2027 el cartel electoral deberá de llevar la cara del presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó.

Este plan se traza también junto a los principales dirigentes territoriales. El propio Mompó, la presidenta de la Diputación de Castellón, Marta Barrachina; y el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez; junto al secretario general del PP valenciano y número dos de Mazón, Juan Francisco Pérez Llorca, almuerzan en un municipio de Alicante. Según las fuentes consultadas, no fue una comida convocada de manera extraordinaria, sino que ya estaba prevista. Aquí, telefonean a Mazón, le preguntan sobre su anunciada reflexión y futuro:

—¿Qué quieres hacer? No te dejes hacer un Rita Barberá.

La referencia a la exalcaldesa de Valencia no es un asunto menor en el PP valenciano. Barberá fue presionada por Génova en 2016 para que dejara el acta de senadora, un movimiento al que Barberá se negó, pero sí se dio de baja del partido. La exalcaldesa estaba siendo investigada por una presunta trama de corrupción. El PP de entonces le hizo el vacío en su escaño del Grupo Mixto en el Senado porque se negó a dejar el acta. El 16 de noviembre de 2016 murió a causa de un infarto en un hotel de Madrid. Años después, los populares han intentado rehabilitar su figura.

Mazón, que no está investigado en la causa de la dana, pero siente la presión de las pesquisas de la jueza de Catarroja, contesta a los suyos que aún necesita tiempo para pensar y que aún no ha digerido la imagen del funeral con los insultos de las víctimas. Los dirigentes le insisten en que, si toma una decisión, les informe cuanto antes, sobre todo para estar prevenidos. Le piden que resista, temerosos de que Génova imponga la opción de María José Catalá, la actual alcaldesa de Valencia, como candidata a la Presidencia de la Comunidad Valenciana.

Por si acaso, los líderes del PP valenciano acuerdan que, si se adelantan las elecciones, el candidato que van a proponer ellos de consenso a Génova será Mompó, en línea con la apuesta de Mazón. Esta estrategia no gusta en Génova, pero rebajan la importancia de esa cita, aunque sí deslizan su malestar por el hecho de que lanzaran a los medios el nombre de Mompó como su candidato en caso de elecciones. “Hablar de Mompó en un proceso en el que no hay elecciones es precipitado”, dice una fuente del núcleo duro de Feijóo, que añade: “Si yo fuera ellos, no habría lanzado un nombre, porque se puede quemar”.

La mañana del sábado comienza con especulaciones de todo tipo. La noticia del futuro de Mazón está en todos los medios. Según fuentes populares, Mazón y Feijóo conversan varias veces por WhatsApp durante esta jornada. Hablan de que tome la decisión que tome, lo importante es que se sienta respaldado por el partido.

Un estrecho colaborador del presidente Mazón, en conversación con EL PAÍS esa tarde, asegura que ha hablado con Mazón y que le transmitió tranquilidad y que no pensaba en dimitir, informa Ferran Bono.

Mazón y su equipo, mientras tanto, continúan recluidos en la Casa de las Brujas de Alicante. Trabajan sobre tres opciones: adelanto electoral, dimisión o anunciar que no será el candidato en 2027. El dilema que se abre en el partido a nivel nacional es que convocar elecciones podría provocar que otros barones que tienen fechas electorales inminentes o se planteen adelantarlas —como Aragón o Baleares— no quieran verse salpicados por un adelanto en Valencia, con las connotaciones que tienen estos comicios en sí mismos.

Durante el domingo, Mazón y Feijóo conversan varias veces a lo largo del día. El presidente valenciano dialoga también con el secretario general del PP, Miguel Tellado, con quien conserva una buena relación. Mazón, según fuentes del PP, le suelta:

—No puedo más.

Le pide a Tellado que hable con los presidentes provinciales, que le exigen expresamente que no impongan a María José Catalá, la alcaldesa de Valencia. Fuentes de la cúpula niegan que presionaran a Mazón para situarle como sucesora a la alcaldesa de Valencia. Es más, Génova, según estas fuentes, tampoco tiene claro que Catalá sea el nombre idóneo, porque en ese caso “no solo hay que afrontar una sucesión, sino dos”, ya que la alcaldía de Valencia dejaría vacante.

El dato clave de este domingo, según fuentes del PP valenciano, es que Mazón ya trabaja en la opción de dimitir. Comienza a escribir en solitario su discurso de despedida, aunque con varias versiones.

La tensión en el PP nacional, autonómico y local es total porque el anuncio todavía no es público. El desconcierto se extiende entre todas las capas del partido con teorías e hipótesis. ¿Qué hará? Para calmar las aguas, Génova decide que hable ante los medios la vicesecretaria Cuca Gamarra, que se encuentra Logroño. Gamarra anuncia que durante la tarde de este domingo conversarán ambos dirigentes.

Sobre las ocho de la tarde, Mazón y Feijóo dialogan de nuevo por teléfono, una charla de la que solo trasciende un comunicado escueto y pactado, sin detalles, aunque ya se da por hecho que la decisión de la dimisión ya está tomada. Mazón y Feijóo se emplazan de nuevo a hablar este lunes a primera hora. Según Génova, que se esperara al lunes para anunciar la dimisión es “un movimiento de responsabilidad de Carlos”, para asegurar que, en caso de que la negociación con Vox se frustre y se terminen celebrando elecciones, estas caigan en domingo.

La conversación de Feijóo y de Mazón el lunes se produce sobre las 7.45. Una llamada breve, corta, de no más de diez minutos, justo cuando el presidente valenciano se adentra en el Palau de la Generalitat tras emprender el viaje de vuelta de la Casa de las Brujas de Alicante.

La llamada entre ambos es más personal que política. Feijóo le dice a Mazón que ahora tendrá más tiempo para él. A las 8.30 Mazón reúne a sus consejeros de urgencia. Les comunica que su etapa al frente de la Comunidad Valenciana ha llegado a su fin. Que se marcha. Ninguno de los consejeros sabía nada.

Minutos después, Mazón baja las escaleras empedradas del Palau. Serio, anuncia ante toda España su dimisión:

—No puedo más.

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