Sánchez va a la comisión del Senado preparado para defender a su familia y “desmontar bulos”
El PP tiene listas cientos de preguntas con el objetivo de que el interrogatorio sea la antesala de un frente judicial para el presidente
Todos los protagonistas están preparados. Tanto el compareciente, Pedro Sánchez, como los senadores que le van a interrogar en una sesión de casi cinco horas este jueves, en una comisión de investigación, han trabajado a conciencia una jornada muy relevante y de final incierto, en la que todos se juegan mucho. En especial el PP, que ha forzado esta comparecencia y necesita un triunfo claro, y el propio presidente, que hasta ahora nunca ha entrado al detalle de los casos que afectan a su familia y tiene preparado, según fuentes del Ejecutivo, un gran detalle de datos y argumentos para “desmontar bulos”, según estas fuentes.
Hasta ahora, el presidente solo ha contestado siempre con la idea de que su mujer y su hermano “son inocentes”. Pero esta vez, con un formato mucho más complicado del habitual —en la comisión de investigación no hay largos discursos de tiempo ilimitado, sino un interrogatorio de 50 minutos por cada senador en los que puede interrumpir ilimitadamente con preguntas cortas para forzarle a contestar—, Sánchez y su equipo han decidido que ha llegado el momento de aprovechar la oportunidad para dar una explicación ante las cámaras de los casos que afectan a la familia del presidente.
Sánchez hace una diferencia muy clara entre el caso Ábalos, del que en ningún momento ha criticado ni la investigación ni al juez, porque ahí sí cree que hay materia real, de los que afectan a su mujer y su hermano, donde cree que no hay absolutamente nada ilícito. Y todo indica, salvo cambio de última hora, que por primera vez bajará al detalle. Incluso es probable que ofrezca también respuestas a una de las acusaciones más duras de Alberto Núñez Feijóo a la que nunca ha dado respuesta concreta: haberse “beneficiado de la prostitución” por las saunas gays que poseía su suegro, ya fallecido. El presidente parece así decidido a defender a su familia con datos concretos, algo que no ha hecho hasta ahora porque se apostó por no entrar al fondo de las acusaciones, pero este jueves parece inevitable y por eso van a intentar aprovecharlo para darle la vuelta.
En cualquier caso, en La Moncloa esperan una jornada “muy sucia”, con una sesión llena de barro político con varios senadores que irán a degüello contra Sánchez, especialmente el PP, Vox y UPN, que arrancará la ronda de interrogatorios. En el Ejecutivo confían en que Sánchez dará respuesta a todo y saldrá bien de la comparecencia, como ha sucedido con varios ministros que han acudido. “No tenemos nada que ocultar y tenemos respuesta para todo”, señalan fuentes del Ejecutivo.
Mientras, el PP ha preparado a conciencia cientos de preguntas para Sánchez, de las cuales en las últimas horas perfilan la selección final, pero la estrategia de los populares es interrogar al presidente por todos y cada uno de los casos de corrupción que investiga la justicia y por su entorno personal. La intención del PP, según revelan fuentes del partido, es preguntar al jefe del Gobierno tanto por la trama de hidrocarburos, como por la de Ábalos, Koldo y Cerdán; por su entorno familiar –la investigación a Begoña Gómez y a su hermano, así como el negocio de saunas de su suegro, ya fallecido, pese a que no está investigado por la justicia- y, sobre todo, por la financiación del PSOE. Sánchez también tiene preparada esta última parte con todos los detalles que ha ofrecido su partido para demostrar que todo el dinero en metálico que se pagó salió de las cuentas oficiales del PSOE y se puede demostrar.
En Génova afirman que las declaraciones de Koldo García en El Español, diciendo que recibía del PSOE “el dinero de los gastos tanto en billetes pequeños como grandes”, es decir, no solo de 50 euros, sino superiores, alienta la sospecha de una contabilidad en B en el partido pese a la documentación que los socialistas han entregado al Tribunal Supremo. Por ese flanco el senador del PP -cuya identidad el PP no desvelará hasta el último momento- apretará a Sánchez. “Las preguntas también serán noticia”, avisan los populares, que jugarán así con los posibles silencios que pueda dejar el líder del PSOE. La terna de senadores mejor posicionados para asumir el difícil papel de interrogar a Sánchez son Alejo Miranda, Rocío Dívar y Luis Santamaría, pero el PP oculta el nombre para no dar bazas a La Moncloa.
Génova busca que la declaración de Sánchez en la comisión sirva como antesala de un frente judicial para el presidente. Fuentes de la cúpula del PP remarcan que, si pueden demostrar que Sánchez no dice la verdad, a lo que está obligado, no tardarán en llevarle a los tribunales. El Código Penal castiga “faltar a la verdad” en este tipo de comisiones con hasta un año de prisión o multa de hasta dos años. Pero en La Moncloa señalan justo lo contrario, que Sánchez contestará a todo y ofrecerá datos demostrables para desmontar bulos y contestar a todas las acusaciones.
Un “David contra Goliat”
Ahora bien, el PP rebaja las expectativas del resultado de la comparecencia, con el argumento de que el interrogatorio es un “David contra Goliat” porque un senador raso de los populares se enfrentará a un presidente del Gobierno. Pero más allá del contenido, a Génova le interesa sobre todo la imagen de Sánchez sentado en una comisión de investigación por la corrupción que afecta a su partido, y su repercusión internacional. Los populares se han preocupado de hablar estos días con los corresponsales extranjeros buscando la máxima relevancia de la noticia y llegar a las portadas de toda Europa. La fotografía de este jueves, remarcan en Génova, “es el mejor resumen de la legislatura: por la mañana, Sánchez estará rindiendo cuentas por la corrupción que le rodea, y por la tarde, pegado a la radio pendiente de los militantes de Junts”.
En el PP son conscientes de los riesgos de que la estrategia no funcione y Sánchez salga airoso de la comisión, uno de los motivos que ha pesado para que hayan tardado año y medio en citarle. Por eso, en el cuartel general del PP avisan de que, en caso de no queda satisfechos, volverán a citar a Sánchez a declarar en la comisión cuantas veces haga falta. En La Moncloa creen que si eso sucediera, si Sánchez saliera reforzado de una comparecencia muy difícil, el PP se llevaría un golpe muy duro a una estrategia de oposición centrada precisamente en la corrupción.
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