Carlota Bustelo, sherpa de la Igualdad
Su legado es inmenso y sigue inspirando hoy la estructura fundamental de las políticas feministas

No hace mucho tiempo, aunque hoy parezca mentira, levantar la bandera feminista era un acto de valentía que entrañaba graves riesgos para la seguridad de aquellas que se atrevían. Declararse feminista e ir abriendo el camino de la emancipación de las mujeres, en la España de los años setenta, significaba también sufrir la incomprensión dentro de la propia izquierda y ser sometida a un cierto ostracismo social, profesional y familiar.
Carlota Bustelo fue una mujer culta, inteligente y conectada al mundo en un país que, todavía entonces, seguía aislado de las grandes corrientes defensoras de los derechos civiles y de los movimientos de liberación de la mujer. Bustelo se hizo militante del PSOE en 1974 sin abandonar nunca el compromiso feminista del que hizo su causa vital, intelectual y política. Así, en 1976 colabora en la creación del primer grupo autónomo feminista en España; el Frente de Liberación de la Mujer. Era el inicio de la Transición que lograría la llegada de la libertad y el principio de la modernización de España. Lo cierto es que tanto la libertad como la modernización tardaría mucho más en alcanzar a las mujeres. En 1979, 11 mujeres y un hombre son procesados, en Bilbao, por practicar abortos. Hoy que seguimos escuchando voces cuestionando el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad, es oportuno recordar que venimos de una persecución penal y que, tan solo después de una ardua lucha, hemos logrado conquistar ese derecho.
Durante el juicio de Bilbao, Bustelo y otras activistas promovieron el manifiesto “Yo también he abortado”, inspirado en el Manifiesto francés de las 343 de 1971. Centenares de mujeres, desafiando la ley y asumiendo públicamente la culpa legal, exigían la despenalización del aborto y la libertad sexual y reproductiva de las mujeres. La iniciativa tuvo un gran impacto social y un peso decisivo en el debate que desembocó en la Ley de 1985 que despenalizaba, parcialmente, el aborto.

Carlota Bustelo fue diputada en las Cortes Constituyentes defendiendo la igualdad constitucional de las mujeres y dando todas las batallas para que esta vez, ahora que España se abría a la democracia, las mujeres no fueran las olvidadas. Su trabajo en la Cámara fue decisivo y supo trenzar acuerdos —e incluso lazos de amistad— con el resto de diputadas de distintos signos políticos. Bustelo siempre fue una firme defensora de los pactos, sobre todo, de los pactos entre mujeres.
Cuando, en 1979, el PSOE preparaba sus listas electorales, Carlota exigió una cuota de representación de mujeres del 15% ―como ya se hacía en varios países europeos y en Estados Unidos―. El PSOE rechazó la idea y, como consecuencia de ello, Bustelo renunció a renovar su escaño. La lucha por la liberación de las mujeres ha de ser colectiva o no será; es una de las primeras y fundamentales lecciones que nos dejó Carlota.
Primera Directora del Instituto de la Mujer, en 1983 ―ella bromeaba con la idea de que los dirigentes del PSOE se sentían algo culpables por la pelea de las listas y por eso la nombraron Directora General― Carlota Bustelo abrió las puertas a las organizaciones de mujeres y a todas las corrientes ideológicas del feminismo que ella había seguido, fuera de nuestras fronteras.
Su legado es inmenso y sigue inspirando hoy la estructura fundamental de las políticas de igualdad, Bustelo es, ya para la historia, su principal arquitecta.
Desde muy joven he tenido la inmensa suerte de trabajar a su lado, principalmente en su tarea como representante de España ante el CEDAW (Comité para la eliminación de la discriminación de las mujeres de Naciones Unidas), pero sobre todo he sentido el privilegio de tener una maestra, alguien que te inspira, que te empuja a saber más, que te abre camino y que también representa un modelo ético. Gracias a Carlota Bustelo muchas, entre las que me encuentro, hemos sabido los pasos que debíamos dar. No exagero si afirmo que Carlota nos cambió la vida.
En los últimos 50 años, España se ha transformado radicalmente convirtiéndose en una democracia avanzada, modelo para muchos otros países por su apuesta por la igualdad entre mujeres y hombres. Son múltiples los factores que lo han hecho posible, entre ellos ha sido clave el impulso de las propias mujeres. Hemos ido ganando una tras otra todas las batallas, pero siempre hay alguien que ha hecho más, que ha visto más allá y ha mostrado la ruta para las demás, es aquella que ha asumido un compromiso y una responsabilidad mayores no siempre reconocidos. Esa fue Carlota Bustelo, nuestra querida maestra y la gran sherpa de la Igualdad.
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