Ábalos se enfrenta a una cita clave en el Supremo peleado con su abogado y con el riesgo de entrar en prisión
El exministro acude al alto tribunal tras el informe de la UCO, que halló indicios de ingresos y gastos no justificados


El exministro José Luis Ábalos afronta este miércoles su cuarta cita ante el magistrado del Tribunal Supremo que le investiga por corrupción, pero en ninguna de las ocasiones anteriores se había encontrado con un escenario tan complicado como el de ahora. El exdirigente socialista acude al alto tribunal después de que el juez, por primera vez, considere que hay indicios de que Ábalos recibió “ingresos irregulares y opacos”, supuestamente, “fruto de la comisión” por el amaño de contratos públicos durante su etapa al frente del Ministerio de Transportes (de 2018 a 2021). Ante esta evidencia, el instructor ya ha anunciado que, al final de la comparecencia, se celebrará una vista para estudiar si se cambian las medidas cautelares que actualmente pesan sobre el exministro (retirada de pasaporte, prohibición de salir de España y comparecencias cada 15 días en el Supremo), lo que podría implicar su ingreso en prisión preventiva. Y a esta situación, ya de por sí compleja, se une el enfrentamiento abierto entre Ábalos y el que hasta ahora ha sido su abogado, que acudirá al Supremo por orden del juez, pero que no ha preparado con él la declaración.
Los avances de la investigación, que han ido estrechando el cerco en torno a Ábalos, han ido también erosionando la relación entre el exdirigente socialista y quien hasta ahora era su abogado, José Aníbal Álvarez. Antes del verano, el letrado apostó por alcanzar un pacto con la Fiscalía Anticorrupción que implicara la colaboración con la justicia de Ábalos a cambio de una rebaja de pena, sobre todo a raíz de que la Guardia Civil destapara que la supuesta trama corrupta en torno al exministro de Transportes no se limitó a los contratos de mascarillas durante la pandemia de covid que originaron la investigación, sino que, presuntamente, hubo también un negocio basado en amaños de obra pública en la que, además de Ábalos y el que fuera su asesor, Koldo García, también está implicado el ex secretario de Organización Santos Cerdán.
Pero Ábalos insiste en defender su inocencia y se negó a incriminarse, lo que supuso desautorizar la estrategia de defensa del abogado, que ya había llegado incluso a comunicar a la Fiscalía Anticorrupción su voluntad de colaborar con la justicia.

A esta discrepancia se ha sumado en las últimas semanas otra mayor: el letrado ha intentado, sin éxito, convencer al exministro de que renuncie a su acta de diputado del Grupo Mixto en el Congreso, lo que implicaría que el Supremo dejaría de ser competente para investigarle y tendría que enviar la causa al juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, que instruye la parte del caso Koldo que no implica a Ábalos. Este nunca fue proclive a dejar el escaño, lo que supondría también perder el sueldo de diputado, pero, ante la insistencia de su abogado, pidió consejo a varios letrados, entre ellos la de Koldo García, lo que ha causado un fuerte malestar al suyo y ha llevado a una ruptura total de relaciones.
El exministro comunicó este lunes al Supremo que renunciaba a su defensa y, un día más tarde, la víspera de su cita ante el juez, solicitó al tribunal que le facilitara a un abogado de oficio que le asistiera en la declaración, una petición que el juez Puente ha interpretado como un intento de lograr la suspensión de la comparecencia mediante un “fraude de ley”. El juez dictó este martes un duro auto en el que rechaza la petición del exministro e insta a Ábalos a acudir al alto tribunal con quien hasta ahora ha sido su abogado. “No cabe identificar, por el momento en el que se producen y por la completa ausencia de justificación razonable que las fundamente, más propósito que el de provocar de forma indebida la suspensión de vistas o comparecencias oportunamente señaladas”, señaló el instructor.
Fuentes de la defensa consultadas por este periódico señalan que el abogado acudirá porque así se lo ha reclamado el juez, pero abogado y cliente no han preparado juntos la cita, por lo que su resultado es imprevisible. Ábalos puede acogerse a su derecho a no declarar o bien, puede decidir contestar a las preguntas del juez y de las acusaciones. Haga lo que haga, el instructor ya le ha avisado de que se celebrará la comparecencia prevista en el artículo 505 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la llamada vistilla de medidas cautelares, donde la Fiscalía podría reclamar el encarcelamiento preventivo del exdirigente socialista.
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