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protestas por la situación de Gaza
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La libertad no era cuestión de cañas

Cientos de personas han tomado la Gran Vía de la capital esta tarde en una actitud cívica con banderas y pañuelos palestinos

Cartel contra el genocidio en Gaza en el Círculo de Bellas Artes en Madrid este domingo.
Berna González Harbour

Madrid, la ciudad emblema del mensaje liberal de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida, que se han posicionado con Israel frente a las movilizaciones contra las matanzas en Gaza, ha parado la Vuelta Ciclista a España. Libertad no era solo tomar cañas, sino que también era protestar, levantar banderas palestinas y plantarse ante unas matanzas que buena parte de la población ya no puede soportar.

Cientos de personas han tomado la Gran Vía de la capital esta tarde del domingo en una actitud cívica con banderas y pañuelos palestinos al grito de Netanyahu, asesino y No es una guerra, es un genocidio. Y los antidisturbios, que iniciaron cargas e intentaron recolocar las vallas con máxima prisa, no pudieron mantener el ritmo. Abuelos, jóvenes, adultos y personas de toda condición fueron derribándolas hasta que quedaron tiradas en el centro de la calle, la columna vertebral de la ciudad, con el edificio coronado por la marca Schweppes de fondo, en una nueva versión de El día de la bestia de Álex de la Iglesia que causó entusiasmo y momentos emocionados entre los presentes.

“Llevábamos tanto tiempo sin ganar nada que esto por fin nos ha dado una sensación de victoria, de que hay lugar para la lucha, un orgullo”, decía un madrileño de 64 años. “Sabemos que la guerra seguirá, hoy mismo han matado a otras decenas más, pero Madrid tenía que plantarse y lo ha conseguido”, comentaba un asturiano de 62 años. Pasado el peligro en Gran Vía, los manifestantes se convirtieron en paseantes y se prestaban las banderas unos a otros para posar, emocionados. “Hoy hemos ganado”, decía otro manifestante. “Al menos por una vez”.

“Como siempre se ha dicho, en Madrid no pasarán”, decía un murciano que se cercioró de que no había ningún ciclista caído. El turista pedía una bandera palestina a un manifestante y se hacía un selfi. El mismo trapo sirvió a otra mujer mayor. Todos querían su foto en una especie de paisaje de triunfo fugaz frente a la barbarie israelí.

Y no hubo ciclistas caídos, como no hubo heridos en la tarde de Gran Vía, porque la etapa de la Vuelta se suspendió. Los aplausos se sintieron al paso ante el Círculo de Bellas Artes, donde cuelga una pancarta con el lema: “Del río al mar, Palestina vencerá”.

Si Ayuso asegura que mujeres y LGTBI pueden pasear por Tel Aviv y no por Gaza, ahora sabrá que en Gaza nadie puede pasear porque las bombas lo impiden, pero sí en Madrid con bandera palestina y la determinación de parar la crueldad. Es lo que tiene la libertad. Que no es solo cuestión de cañas.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.
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