“El del Opus me ha encargado un reportaje de los puticlubs del suegro de Pedro Sánchez”
La fiscalía provincial investiga una denuncia sobre el espionaje de Interior al líder socialista en 2014 y los informes de Villarejo cargados de acusaciones falsas


La fiscalía provincial de Madrid investiga desde el pasado 17 de julio, por orden de la Fiscalía General del Estado, la denuncia presentada por el empresario Javier Pérez Dolset sobre la supuesta guerra sucia que el ministerio del Interior puso en marcha en 2014 a través del comisario José Manuel Villarejo contra Pedro Sánchez, entonces recién elegido secretario general del PSOE.
Pérez Dolset, imputado por un supuesto fraude millonario con subvenciones públicas en una de las piezas separadas del caso Villarejo, acredita los hechos que denuncia aportando una nota informativa fechada el 9 de noviembre de 2014 y elaborada supuestamente por el comisario. Villarejo es un policía, ya jubilado, que fue empoderado por el Gobierno de Mariano Rajoy y por el Partido Popular para ejecutar distintas maniobras contra los adversarios políticos, según los hechos acreditados en la investigación judicial.
La nota informativa de 2014 que elabora Villarejo acusa sin pruebas al actual presidente del Gobierno de aprovecharse de los negocios lucrativos de su suegro ―que el comisario califica de prostíbulos― disfrutando de una casa de Pozuelo (Madrid) donde vivió con su mujer y también de protagonizar diversas corruptelas para ascender en su partido.
El informe Villarejo tiene su origen en “las instrucciones recibidas por la superioridad después de los avances verbales facilitados sobre PS [Pedro Sanchez] a raíz de ser nombrado secretario general del PSOE el pasado 27 de junio”, según la nota del comisario. Los datos que maneja destapan un supuesto espionaje ilegal a la mujer y a las hijas de Pedro Sánchez, así como al suegro, a los hermanos del suegro y al cuñado del líder socialista.
Pérez Dolset presentó otras denuncias en la Audiencia Nacional, incluyendo grabaciones del propio Villarejo, donde reconocía ante sus interlocutores que la cúpula política del Ministerio del Interior le había encargado una investigación especial sobre los negocios del suegro de Sánchez.
La denominada “Operación Sánchez” ―así se identifica en la denuncia de Pérez Dolset que la Fiscalía General ha trasladado a la fiscalía provincial de Madrid― se inicia en el verano de 2014, apenas dos meses después de que el actual presidente del Gobierno ganará las primarias de su partido y se convirtiera en secretario general del PSOE.
Villarejo despacha en agosto de 2014 con el número dos de Interior, Francisco Martínez, sobre distintos asuntos pendientes y le cuenta lo que sabe sobre el nuevo líder socialista.
La Unidad de Asuntos Internos de la Policía lo resume así en un informe remitido al juez: “Villarejo le dice que el suegro de Pedro [Sánchez] tiene saunas, que son tres hermanos, su suegro es el que gestiona el negocio y que figuran a nombre del hermano mayor. Se trata de saunas de hombres y mujeres donde van políticos y también el Gordo [el comisario Enrique García Castaño] y [el comisario Enrique] Barón cuando era Jefe Superior. Francisco Martínez le comenta a Villarejo que Pedro Sánchez seguro que lo sabe y que ese tema lo puede hundir, Villarejo le comenta que hay que esperar a las elecciones y que hay que saber cómo funciona todo”.
La conversación grabada transcurre en estos términos:
-Villarejo: “Esto es mortal, mortal. Cuando haga falta... es un tema para que solamente lo trates con el presidente y el número uno, para en un momento determinado decirle... tenemos tal información...”.
-Martínez: “Esto lo revienta [a Pedro Sánchez]. Esto mataría políticamente a cualquiera. Pero un tío de izquierdas que va con la bandera del rollo este feminista, muy feminista y lo tiene lleno de polacas chupando pollas en una sauna. Hay que saber todo”.
El PSOE denunció estos hechos -aunque entonces ignoraba la existencia de la nota informativa y otras grabaciones del comisario-, pero el juez Manuel García Castellón -ahora jubilado y entonces al frente del juzgado número 6 de la Audiencia- se negó a investigarlos con el siguiente argumento: “No existen indicios de que la información relativa al suegro del Presidente del Gobierno sea resultado de ninguna investigación”, señaló en su auto.
Pero Pérez Dolset trasladó a la misma causa varias grabaciones (8 de septiembre y 23 de septiembre de 2014) donde Villarejo presumía ante un empresario de que le habían encargado esa investigación especial sobre Sánchez.
-Villarejo (8 de septiembre). Me han pedido un reportaje fotográfico. El señor del Opus [en referencia al ministro Jorge Fernández Díaz] y compañía eh? Me han pedido un reportaje fotográfico de las de un lado, de las de otro y si es posible interno no. O sea que fíjate si tienen todo el interés del mundo en ese tema.
-Villarejo (23 de septiembre). Me han preparado (sic) que organice un reportaje de todos los putiblubs. Cuando lo tenga te lo paso, por si quieres publicarlo antes jajajaja. Te digo que me lo ha encargado formalmente tu amigo que reza mucho [en referencia al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz] que como dice el otro sigue los criterios americanos, por la mañana desayunar en París y por la tarde bombardear Hanoi.
Apenas un mes y medio después de esas conversaciones, el 9 de noviembre de 2014, Villarejo redacta los resultados del supuesto encargo en una nota mecanografiada de cinco folios que supuestamente debería llegar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría. Colaboradores del exministro del Interior confirmaron a EL PAÍS que Jorge Fernández Díaz “enviaba muchos informes a Rajoy en sobres”. “Lo que no sabemos es si eran notas de Villarejo, pero no nos extrañaría. Llego un momento en que las notas de Villarejo ya no tenían ninguna credibilidad, pero eso fue después de 2013…”, añadieron.
La nota de Villarejo destaca en su introducción que Sánchez posee “inquietantes antecedentes de conducta que deberían valorarse” y a continuación, intenta radiografiar los negocios de la familia del suegro. “Lo más destacado en un principio es la falta de escrúpulos demostrada al integrarse en la familia política que representa su esposa Begoña Gómez, cuya trayectoria personal y profesional supuso y supone aún una influencia perniciosa dados los vínculos con la explotación sexual, cuestión negativa de especial y grave trascendencia para un líder político que, como actual e indiscutible líder del PSOE y con ella, la izquierda socialista que representa, podría terminar presumiblemente presidiendo el país”. Ese punto débil que, según Villarejo, tenía en 2014 el líder socialista es el que justamente están denunciando ahora el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y sus principales colaboradores en la dirección nacional del partido.
La nota de Villarejo incluye anexos con antecedentes, sociedades y actividades de la familia de la esposa de Pedro Sánchez. El comisario, condenado por corrupción a ocho años de cárcel en una de las numerosas causas que tiene abiertas, desliza en su nota informativa sin ningún tipo de prueba que el suegro de Sánchez y su familia ocultan los beneficios de sus negocios en paraísos fiscales y que han comprado diversas propiedades pagándolas en parte con dinero no declarado a Hacienda, entre ellas un chalet en Pozuelo donde vive Sánchez con su mujer y sus dos hijas.
El espionaje ilegal a una familia entera por parte de Villarejo llega al extremo de hablar de las actividades del hermano de Begoña Gómez, todas absolutamente legales, pero ligadas según el comisario de policía al activismo político a favor de Pedro Sánchez mediante el trabajo en películas como “el Camino de los ingleses, de marcado signo político referido a la guerra civil española, la cual resultó un rotundo fracaso de taquilla”.
El informe airea el bulo de que Pedro Sánchez medró en el PSOE –“un personaje sin escrúpulos que usaba su atractivo físico con personas de uno y otro sexo para trepar”- hasta pedir, y conseguir, “un puesto en el consejo de administración de Caja Madrid con el que obtuvo además los beneficios añadidos a tan suculento destino”. Nunca Sánchez formó parte del consejo de administración de Caja Madrid, solo era uno más de los 320 miembros -muchos de ellos concejales de PSOE, PP e IU, como el propio Sánchez- de la Asamblea General de Caja Madrid, que se reunía dos veces al año con una dieta insignificante.
Villarejo, funcionario del ministerio del Interior con sueldo público, metió en su informe otras teorías conspirativas que relacionan a Sánchez con operaciones financieras de Felipe González y Juan Luis Cebrián -expresidente del Grupo Prisa- al que también presume de haber espiado para sus jefes. “Estas informaciones”, escribe Villarejo, “deben ponerse en cautela, toda vez que resulta muy difícil de aceptar un acuerdo de Pedro Sánchez con los mencionados. Por referencias muy fiables, este grupo considera a Pedro Sánchez como un advenedizo al que pretenden destronar lo antes posible del cargo de secretario general, ya que no le consideran mínimamente capacitado para tan alta función”.
Para terminar su trabajo, Villarejo recomienda a sus superiores “que los equipos que se emplean en tareas de seguimiento que actualmente ha venido realizando fundamentalmente la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, sea reemplazado por otras unidades más experimentadas pese a la habitual buena predisposición de su jefe, el comisario Marcelino Martín Blas (…) Algunas fuentes advierten que Pedro Sánchez ya los había detectado, dado que se trata de un sujeto muy capacitado con virtudes de estratega a corto, medio e incluso largo plazo”.
En octubre de 2015, a un mes de las elecciones generales donde Mariano Rajoy perdió la mayoría absoluta lograda cuatro años antes, dos medios de comunicación publicaron parte de los datos sobre la familia de Sánchez incluidos en las notas informativas elaboradas por el comisario Villarejo.
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