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Francisco Martínez rompe su silencio tras pasar por prisión: “Yo no me arrepiento de nada”

El ex secretario de Estado del PP, recién detenido por su supuesta implicación en una trama de datos robados y que se enfrenta en 2026 al juicio de Kitchen, defiende que siempre actuó conforme a la ley

Francisco Martínez, ex secretario de estado de Seguridad y exdiputado del PP, este miércoles.
J. J. Gálvez

Francisco Martínez (Madrid, 50 años), exdiputado del PP y secretario de Estado de Seguridad en la etapa de Jorge Fernández Díaz como ministro del Interior, se encuentra procesado por el caso Kitchen (el espionaje al extesorero popular Luis Bárcenas, por el que le piden 15 años de cárcel) e imputado por la supuesta guerra sucia para destruir políticamente a Podemos. Este mayo, la juez María Tardón lo envió a prisión provisional por su presunta implicación en otra trama de compraventa de datos robados encabezada por el pirata informático José Luis Huertas, alias Alcasec. Más de un mes después de salir de la cárcel, Martínez rompe su silencio para defender que “siempre” actuó conforme a la ley.

Pregunta. Se le imputa crear un blindaje legal y estructural para la trama de Alcasec. ¿Qué trabajos hizo para él?

Respuesta. Todo lo que he hecho, ha sido defenderle como abogado. Empecé cuando era menor de edad y por encargo de su madre. Esa defensa consistió en plantear que había unas clarísimas posibilidades de reinserción, consiguiéndole una formación con la que pudiese mostrar que iba a enderezar su vida, consiguiéndole sus primeras prácticas que después se convirtieron en su primer trabajo... Hablé con muchísima gente, algunos grandes referentes de la ciberseguridad, para que hiciesen mentoring sobre José Luis... Esa fue mi actuación, siempre autorizada por el juez. Es lo que dice la Ley del Menor, y no hacerlo es no defender a un menor. Se consiguió una sentencia que le dejaba en libertad vigilada. Ese camino de reinserción siguió y, en ese contexto, se produce la creación de una empresa con un amigo para alquilar cachimbas a locales. Yo hice el trabajo que se espera de un abogado en mercantil: ayudarles a constituir una empresa. Todo, absolutamente público: se acudió al notario, se inscribió en el registro... Más adelante, en la vía evidente de reinserción y para que tuviese un futuro profesional, se constituye una empresa de ciberseguridad. Pero yo nunca fui socio, ni administrador. Y le propusimos ir a ciertos ámbitos académicos a intercambiar sus experiencias. Y era muy bien recibido.

P. En lo que se conoce de la causa, que sigue secreta, la juez lo describe como una labor de blanqueo de imagen.

R. Para un abogado que trabaja para un menor que tiene muchas posibilidades de reinserción, su obligación es intentar reinsertarlo. Eso hice.

P. La juez especifica que usted accedió al bot que usaba la supuesta trama [con los datos sensibles] y que hizo consultas. ¿A qué datos accedió?

R. Cuando crean la segunda empresa, hablan de distintos servicios que pueden prestar. Hay muchas aplicaciones de inteligencia artificial que generan posibilidades de recabar datos de muchos tipos. Él me pide consejo y me dice que mire esta herramienta. Yo la miro, me doy cuenta de que funciona regular y le digo mi opinión, como parte de mi trabajo.

P. Pero, ¿qué datos buscó usted?

R. Le aseguro que no me acuerdo y, en todo caso, lo que pude hacer siempre fue en línea con mi trabajo como abogado. Pero esto se ha llevado al terreno político. Hay una instrumentalización. He leído en la prensa que se adelantó la fecha de mi detención, coincidiendo con fechas en que salían informaciones polémicas sobre la fontanera del PSOE, la dimisión del secretario de Estado... Era muy propicia para que hiciese de cortina de humo.

P. Sobre Kitchen, que se juzgará en 2026, usted defiende que no conocía que esa operación era ilegal, ¿nunca sospechó?

R. Lo que ha habido alrededor de esa llamada Operación Kitchen es una clarísima motivación política de que se convirtiese en un gran escándalo, sin profundizar en la verdad. La investigación se inició en 2018 y, todavía, no hay cuerpo del delito. Hay un supuesto robo de pruebas a Bárcenas, pero no sabemos todavía cuáles eran, qué probaban, a quién incriminaban. Sin embargo, nos encontramos que las acusaciones son partidos políticos y que constituyen cuatro comisiones de investigación [en el Congreso] sobre los mismos hechos. Yo me he tenido que defender de todos los poderes del Estado.

P. Pero están probados los seguimientos a la familia Bárcenas, pagos con fondos reservados...

R. Probado no hay nada.

P. Están las actas policiales con los seguimientos y las fotografías.

R. La prueba y la verdadera defensa se realizará en el juicio. Y tengo mucha confianza. La instrucción ha estado contaminada.

P. ¿Pero conocía esos seguimientos?

R. La instrucción acredita que no solo la Policía Nacional, sino también la Guardia Civil y el CNI, por razones fáciles de entender, se interesaron por tener información y por una persona del entorno de la familia de Bárcenas que podría proporcionarla.

P. ¿Y nunca receló de que pudiera haber algo ilegal?

R. Nunca.

Francisco Martínez, este miércoles, durante la entrevista con EL PAÍS.

P. ¿Era consciente de que fondos reservados se destinaban a pagar al chófer de Bárcenas?

R. Hay una declaración en la causa que explica muy bien el manejo de los fondos reservados en la Secretaría de Estado, que es la del coronel Pérez de los Cobos, donde da cuenta del tipo de información que llegaba a la Secretaría de Estado. Era el resumen del uso de los dos cuerpos policiales. Nunca, el detalle de a qué se dedicaban.

P. Respecto a los SMS del ministro que protocolizó y su declaración que señala que él le llamó para pedirle información del chófer de Bárcenas, ¿por qué cree que el ministro le acusó de mentir?

R. Se lo debería preguntar a él porque yo no estoy acusando al ministro de nada.

P. ¿Se arrepiente de haber ido al notario con esos mensajes que se han convertido en un elemento para enviarlo al banquillo?

R. Forma parte de una instrucción que se ha alterado por toda esa politización. Yo no me arrepiento de nada de lo que he hecho. Lo que espero es tener la ocasión de probarlo en lo que me corresponda, porque a mí no me corresponde probar mi inocencia.

P. En su móvil había mensajes, que se incorporaron a la causa, con el entonces presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, donde usted le solicitaba información. ¿Le llegó a facilitar alguna de su causa?

R. Nunca me dio ninguna información. Lo que tuvo son palabras afectuosas hacia una persona con la que tenía una buena relación. Eso nunca se tenía que haber hecho público. Pero, ya que es público y es una especie de exposición de mi vida (ahí está lo que hablaba con mi mujer, con mi padre...), esos mensajes demuestran que no hay nada irregular.

P. Esos mensajes sirvieron para abrir otra causa sobre la supuesta guerra sucia contra Podemos. ¿Hubo maniobras para perjudicar a Podemos?

R. Evidentemente, no. Y se está demostrando. Podemos como partido y varios diputados están acusando basándose en mensajes a los que no debían tener acceso.

P. En algunos mensajes, usted pide información al comisario Enrique García Castaño sobre los antecedentes de Podemos. ¿Por qué se los pedía?

R. Son mensajes que nunca deberían haber salido a la luz. Son consecuencia de cuestiones que estaban apareciendo en medios de comunicación y son comentarios que tienen un contexto. Además, es una conversación con un comisario que tenía una responsabilidad en la Comisaría General de Información. Eso no se puede hacer público sin más. ¿Sabe lo que puede comprometer esa conversación filtrada?

P. Pero, ¿por qué pedía antecedentes penales de los diputados de Podemos?

R. Yo le hago el comentario a propósito de algo que salió publicado en prensa.

P. Hay un audio donde usted habla con Villarejo sobre los negocios del suegro de Pedro Sánchez. ¿También era en ese contexto?

R. Vuelvo a decirle... Cuando alguien graba conversaciones y las hace públicas, es una invasión de la intimidad tremenda. En esa conversación, el que habla es él. Yo me limito a escuchar y me limito a hacer un comentario porque me sorprende la información que traslada. Él es el que, mientras cuenta, además graba. Lo cual es bastante sospechoso. Yo no le pido que haga absolutamente nada.

Francisco Martínez, este miércoles durante la entrevista a EL PAÍS.

P. ¿Teme volver a prisión?.

R. Cundo uno está inmerso en causas penales, tiene un comprensible temor. Pero tengo muchísima confianza en mi defensa. También le digo que me han pasado cosas extrañas, como que se me haya acercado la fontanera del PSOE a ofrecerme todo tipo de arreglo sin especificar en mi causa.

P. ¿Leire Díez se le acercó a pedirle información?

R. Se produjeron dos encuentros muy breves. A través de un abogado, se interesó en hablar conmigo porque quería información comprometedora a cambio de poder llegar a un acuerdo en las causas en las que yo estaba involucrado.

P. ¿Le pedía información comprometedora para el PP?

R. No, no. Me pedía información comprometedora sobre operaciones que se habían llevado a cabo en el pasado y habían perjudicado al PSOE. Información que yo no le podía proporcionar, sencillamente porque no era de mi época y no sabía de lo que preguntaba.

P. ¿En nombre de quién decía hablar?

R. De la cúpula del PSOE.

P. ¿Le ofrecía pactos con la Fiscalía?

R. Claro, pero de una forma muy abstracta.

P. ¿La Fiscalía nunca le ha ofrecido un pacto?

R. La Fiscalía, en un momento preliminar de la investigación de Kitchen, mostró su disposición a hablar, pero mi estrategia de defensa no ha ido por ahí.

P. De cara al juicio, ¿ha habido contacto con la Fiscalía?

R. No, hasta la fecha.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.
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