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Koldo, conseguidor para todo: “Te voy a presentar a los jefes de servicio para que no tengas problema con ninguna obra en Pamplona”

Los audios del exasesor de Ábalos revelan que antes de su llegada a Madrid se ofrecía a mediar con empresas, administraciones e incluso en una venta de armas

Koldo García.Vídeo: EPV

Los audios de Koldo García en su vida anterior a la llegada al Gabinete de José Luis Ábalos dibujan a un temprano conseguidor. El WhatsApp del exportero de discoteca y exasesor de ministro era, ya en 2017, un buzón abierto de la mañana a la noche al que llegan peticiones de toda índole. Koldo García es “grandullón”, gorrión“, “mirlo blanco” para quienes le piden que medie con la Administración pública y que encuentre trabajo a conocidos y amigos de amigos. Para ellos hay un hombre en Navarra que lo hace todo.

“Te voy a presentar al jefe de sala, y los jefes de servicio, ¿vale? [...], todos ellos, [...] todos, para que tú no tengas ningún problema cuando hagas ninguna edificación o ninguna obra en lo que es Pamplona y comarca”, le ofrece García en un audio a un interlocutor en mayo de 2017. La grabación forma parte de las más de 20.000 intervenidas en los móviles de García. Se acaban de incorporar al sumario de la causa en la que está imputado junto a Ábalos y Santos Cerdán.

En otra ocasión, a Koldo García le piden como favor que medie en un asunto menor, al menos en apariencia. Un conocido pregunta si conoce a “algún pez gordo” para que dejen entrar motos en la plaza del Castillo, el corazón de Pamplona, durante un acto sobre el acoso escolar. Esa misma persona, sin identificar, contacta a menudo con el futuro chófer de Ábalos para interesarse por otras peticiones. La comunicación entre ambos seguirá dos años después, cuando García ya está en el ministerio. De un audio de entonces se colige que ha ayudado para que la Autoridad Portuaria de Bilbao, a la que han llegado después de tratar con Puertos del Estado, haga una donación a una entidad que no se menciona:

Koldo, majo, que muchas gracias por el Puerto de Bilbao, ¿vale? Ya nos han mandado el contrato para firmar y nos van a dar una donación de 5.000 euros. Muchas gracias, como siempre, eres un crack.

Solo en 2017, el hombre que luego daría nombre al caso de corrupción que salpica al PSOE comparte decenas de fragmentos de conversaciones con toda suerte de interlocutores. Acepta incluso un encargo de un conocido que vende armas. El vendedor quiere que se las ofrezca a guardias civiles. Estamos en la misma época en la que, según él mismo dice, no para de recorrerse la Comunidad Foral de punta a cabo. Son los días previos a las primarias del PSOE que ganará Pedro Sánchez por poco más del 50% de los votos:

“Salva, estoy conduciendo, estoy repartiendo por todos los pueblos de Navarra las urnas de votación”, se excusa García en un audio el 19 de mayo de 2017. Enseguida le replica su interlocutor, el que quiere pedirle que le ofrezca unas armas suyas a agentes del instituto armado.

Salva. Era para comentarte que tengo dos armas cortas prácticamente nuevas, pequeñas, un 38 y un 9 corto; están a la venta. Son de mi cuñado, que es capitán del Ejército de Tierra y las armas valen muy mucho la pena. Ahí la Guardia Civil siempre tiene bastante interés sobre este tipo de armas para llevarlas cuando están fuera de servicio. Si sabes algo, ponte en contacto conmigo o tú ya sabes lo que hacer

Koldo García. Salva, mándame foto de cada una de ellas y precio, y teléfono de contacto y yo lo muevo por aquí.

Salva. Como comprenderás, tengo puntos de venta aquí abajo. Más que nada es por si a ti te venían bien. Pero haré lo que me dices. P’allá te va.

Aquel 2017 Koldo García ya mantiene contacto con el ahora encausado Joseba Antxon Alonso, el dueño de Servinabar, la empresa gancho en la presunta trama de mordidas a cambio de obra pública y también amigo de Cerdán, ahora ex número dos del PSOE. En un audio le pide a Alonso que atrase una cita con él y otras personas para cenar. “Gipu [apócope de Giputxi, como se refiere al industrial], yo llego bastante justo. Retrásalo para las nueve, si es cena, por lo menos para las nueve [...] y a ellos, las nueve y media”.

Y también refiere a Acciona, otra empresa envuelta en la trama. Un conocido se admira de que una habitación de hotel en la que se aloja Koldo García pueda costar 200 euros la noche, pero él se lo razona: “Hombre, claro. 200 sí valdrá. Tengo desayuno y todo, pero [risa] es lo que pasa cuando vienes con el jefe de Acciona, hijo [risa]”.

La petición de favores no se agota. Una mujer de acento hispanoamericano le insiste en que se entere si Volkswagen está buscando gente para contratar. Un hombre le inquiere si tiene mano para que presente en una mina el currículum de un carretillero, que lleva tiempo sin cobrar de su empresa. Koldo no parece poner coto a los pedigüeños. Una lo requiere para comprarle con su tarjeta de crédito un billete de tren a una mujer de nombre Nicole, pero solo como adelanto; promete que le dará los “42,9 euros” en cuanto se vean en persona.

Otras veces Koldo García transmuta en experto en papeleo para extranjeros. O eso piensa quien le pide consejo sobre los trámites que le toca hacer a un tercero en Extranjería. La misma labor continuará ya en 2019 en Madrid. “¿Se acuerda de lo que le había comentado de mi nacionalidad? Usted me dijo que le escribiera. Era para ver si me podía solucionar algo”, le recuerda un hombre colombiano.

48 ‘pavos’ de dieta

A la luz de los audios, la cartera de servicios de García incluye hasta los de agente hotelero. De hoteles baratos, en concreto. Un guardia civil lo llama para que les procure un alojamiento económico a compañeros suyos del Escuadrón de Caballería. Los han mandado a vigilar el Camino de Santiago en su tramo navarro. Sin hospedaje, buscan “algo que esté decente, pero que se lo cuadren con la dieta”. 50 euros con media pensión. “Si es menos, que les pongan 50 euros en la factura, porque ya sabes que nosotros cobramos 48 pavos de dieta”.

Estas peticiones son un mero prólogo a las de su etapa madrileña, en la que muchas crecerán en exigencia. “¿Has llamado al chaval este para hablar con la Embajada de México?“, le preguntan en 2022. ”Koldo, ¿en la SEPI tenemos algún contacto? Me dicen que el jefe de seguridad es un antiguo policía municipal de Madrid que anteriormente fue jefe de seguridad del Partido Socialista” es la cuestión que plantea otro.

Y hay más. Lo consultan sobre Metro de Madrid. Y sobre si puede conseguir un puesto de cabo primero para dos guardias civiles en una delegación diplomática. Otro peticionario busca en él información: “¿Quién lleva iniciativas parlamentarias en Fomento, que necesito hablar con esa persona porque voy a presentar una iniciativa y necesito el visto bueno con carácter de urgencia?”.

Que le pidieran de todo no significa que Koldo García accediera o que consiguiera contentar a tanto peticionario. El mismo guardia civil que en agosto de 2021 le inquiere melindroso por unas botellas de buen vino —“algo que sea muy limitado y poco accesible a la sociedad”, insiste— y que le ofrece como regalo “una trituradora para que tritures esos papeles y desaparezcan” el verano siguiente es pura amargura. Le recrimina al conseguidor que ya no lo atienda, que le haya “pegado un plumazo” y lo haya cambiado por sus “amigos los empresarios, los banqueros y los inversores”. “Eso es de ser un tío listo”, le concede el pedigüeño, parece que dolido. “¿Quién quiere pegarse a la Guardia Civil? ¿Quién quiere pegarse a un cuerpo policial, si somos unos tiesos?”.

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