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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Munición para dudar de las dos legitimidades de Sánchez

El PP resalta la irregularidad detectada por la UCO en las primarias del PSOE de 2014, en las que los barones le encumbraron para que guardara la plaza a Susana Díaz

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia ante los medios de comunicación este jueves en la sede del PSOE.
Anabel Díez

El anuncio de la comparecencia de Pedro Sánchez en la sede federal del PSOE fue toda una declaración de intenciones. Sus consideraciones y sus anuncios iban a circunscribirse estrictamente al ámbito de la organización política que lidera. Al partido, no al Gobierno. Las decisiones afectarán, tras “la decepción” que le ha producido Santos Cerdán, exclusivamente al PSOE. El dimitido secretario de Organización fue ganando peso e influencia en Pedro Sánchez a base de discreción, dedicación absoluta, confianza, entereza en los momentos duros y, sin duda para el presidente, su honestidad. Doble decepción para Pedro Sánchez: una, en su condición de secretario general del PSOE, y dos, de presidente del gobierno de España. Esa doble responsabilidad se la van a recordar sus adversarios desde ahora, y no para bien.

El PP ha marcado en rojo las líneas del informe de la UCO referentes a las conversaciones entre Santos Cerdán y Koldo García, en las que el primero le pide que introduzca dos papeletas sin que le vean a favor de Pedro Sánchez en las primarias de 2014, en las que compitió por la secretaría general del PSOE con Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Esas elecciones primarias las ganó Sánchez con una ventaja de 17.000 votos. A partir de ahora, el PP pondrá en duda la legitimitad del origen de los dos puestos de Pedro Sánchez: como secretario general del PSOE y como presidente del Gobierno.

“Pedro Sánchez comparece en la sede del PS0E que dirige tras unas elecciones amañadas….”. Así recibió la dirección del PP el anuncio de comparecencia de Sánchez. Todo lo que no fuera poner fecha para elecciones generales inmediatas no le sirve al partido que dirige Núñez Feijóo. La investidura como presidente del Gobierno por los apoyos de fuerzas independentistas y de izquierdas son la fuente de discrepancia para reconocer la legalidad y legitimidad democrática de los votos obtenidos por Sánchez en el Parlamento.

No contaban en el PP con esta munición de refresco para añadir a la utilizada habitualmente desde que saltó el caso de Koldo, Ábalos y ya también Cerdán, por mor del informe de la UCO. El último había negado hasta la extenuación cualquier mancha en su actuación como dirigente socialista y Pedro Sánchez le creyó. Y no solo él. Los ministros socialistas también le creyeron.

El orgullo con el que Pedro Sánchez se refiere a los procesos de elecciones primarias internas en las que ganó la secretaría general ha quedado tocado por la alusión del informe de la Guardia Civil a dos papeletas fraudulentas. “Se atreve a minimizar un posible amaño de las primarias porque solo fueron dos votos”, ironizó de inmediato el portavoz parlamentario del Grupo Popular, Miguel Tellado.

Los líderes territoriales del PSOE saben perfectamente la radical diferencia entre esas primarias y las que se celebraron dos años después. En las de los dos votos tramposos, Sánchez estuvo aupado por todos los barones regionales, con la presidenta andaluza, Susana Díaz, a la cabeza. Le querían a él, con pocas excepciones, frente a Eduardo Madina. En las siguientes, las tornas cambiaron. Los controles fueron máximos, y de ello se encargaron los aparatos provinciales y regionales abrumadoramente a favor de Susana Díaz. Son pormenores del origen del liderazgo de Pedro Sánchez en los que el PP no se entretendrá, salvo para señalar las prácticas señaladas por la UCO de quienes los que amañaron contratos. Pero en las primeras, aquellas en las que los líderes del PSOE le encumbraron para que guardara la plaza a Susana Díaz. No se necesitaban esos dos votos, pero a Koldo García y Santos Cerdán les debió parecer que todo era poco.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
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