Feijóo tuteló el pacto de Mazón con Vox y lo avaló ante las dudas de sectores del PP
El líder popular ha madurado mucho los distintos escenarios y sostiene de momento a su barón frente a la ansiedad de otros dirigentes para que le destituya

A diferencia del verano de 2023, cuando Carlos Mazón cerró presto un pacto con Vox que, para muchos en el PP, le costó a Alberto Núñez Feijóo la llegada a La Moncloa, esta vez el presidente de la Generalitat Valenciana no ha ido por libre en su nuevo acuerdo con la extrema derecha. En esta ocasión, según Génova ―y pese a las importantes tensiones con su barón en los últimos meses desde la tragedia de la dana―, el líder del PP ha tutelado el movimiento del jefe del Consell. El cuestionado presidente valenciano recibió el aval de Feijóo para cerrar otra alianza con los de Santiago Abascal para aprobar los Presupuestos autonómicos de 2025, que le permiten ganar tiempo al frente del Palau.
Mazón ha sido criticado por asumir en ese pacto los postulados de los ultras en inmigración y contra el Pacto Verde europeo, y ha vuelto a situar al PP ante el incómodo debate de sus alianzas con Vox. Algunos sectores de la cúpula popular recelaban de la oportunidad de este acuerdo: no solo porque da oxígeno político a Mazón, sino porque entienden que este no era el momento de pactar con los ultras, justo después de que el PP se haya distanciado de ellos por su entreguismo al presidente de EE UU, Donald Trump.
Feijóo, consciente de esas dudas internas, monitorizó el acuerdo del PP con Vox en la Comunidad Valenciana. Impuso, según fuentes de su gabinete, a Vox y al PP valenciano líneas rojas en otras materias; sopesó las alternativas, y terminó por dar el visto bueno a su barón. “La estrategia sigue siendo aguantar porque no hay plan B para poder sustituir ahora a Mazón”, afirma un dirigente al tanto del plan. “Los Presupuestos conceden tiempo”, añade.
El equipo del líder del PP asegura que estuvo al corriente de las negociaciones de Mazón con Vox ―nadie duda en el PP de que se cerraron directamente con Santiago Abascal, aunque el entorno del president niega que ambos comieran en Madrid hace dos semanas― y que el discurso del barón valenciano llegó ya cercenado de “otras versiones inaceptables” que Génova “frenó”.
Las palabras de Mazón el pasado lunes al anunciar su pacto con Vox entusiasmaron al líder del Vox, Santiago Abascal, que celebró que asumiera sus tesis. Tanto en el rechazo a la inmigración ―el president dijo que la Comunidad Valenciana no acogería a más menores migrantes no acompañados y pidió que se hiciera pública la nacionalidad de los detenidos el día de la dana por pillaje― como el ataque contra el Pacto Verde Europeo, llamando a “la acción” contra este acuerdo suscrito en Bruselas por el Partido Popular Europeo, aunque del que los conservadores han ido distanciándose. En cambio, Génova entiende que no son cesiones inaceptables a la extrema derecha, y tanto es así que pretende que este pacto sirva de modelo para que sus Gobiernos en Aragón y Murcia, que también necesitan sacar las cuentas con Vox, lo repliquen.
“Tener Presupuestos es mejor para la reconstrucción de Valencia y además desliga el debate de la instrucción judicial en torno a la Generalitat, que es lo que interesa. ¿Que nos acusan de caer en manos de la ultraderecha? Ese debate ya lo hemos afrontado y podemos defendernos mejor socialmente hablando sobre el impacto del Pacto Verde en los agricultores y sobre los menores migrantes”, reflexiona un dirigente popular. Mientras, Génova defiende que en su electorado estas posiciones “no provocan ningún desgaste”. Feijóo se ha defendido en ese marco atacando al PSOE por su acuerdo con Junts para el reparto de menores migrantes, que definió como “de tintes racistas y xenófobos”.
La dirección del PP y otros sectores de peso populares comparten que, hasta que haya alguna novedad en la investigación judicial sobre la gota fría que se llevó por delante la vida de 225 personas y provocó la desaparición de otras tres, “no hay otra alternativa” a sostener a Mazón. El líder del PP ha madurado mucho los distintos escenarios ante la crisis valenciana y ha priorizado esta tesis teniendo en cuenta los riesgos de la operación para destituir a su barón.
Feijóo percibe la ansiedad de sectores del PP para que releve cuanto antes al presidente valenciano. Pero tiene en cuenta todos los factores que entorpecen un movimiento de esa envergadura, como el dudoso apoyo de Vox a un relevo —ya que se beneficia del desgaste de Mazón―, el riesgo de división en el PP valenciano o el desgaste del sustituto. Así que su decisión, forjada tras unas cuantas horas de vuelo en política, es esperar ante el riesgo que también asume por hacerlo.
Para los detractores dentro del PP al pacto de Presupuestos con Vox el problema, sobre todo, es resucitar el marco de los acuerdos con la extrema derecha. Y hacerlo justo en un momento en el que lo populares se habían empezado a distanciar de los ultras por la llegada de Trump a la Casa Blanca, al que estos defienden a ultranza incluso pese a los aranceles que ha impuesto que perjudican a productos españoles. La cúpula del PP teoriza, además, que el respaldo de Vox a Trump va a pasar factura a los de Abascal y era una oportunidad para que el PP recuperara parte del voto conservador fugado a su competidor por la derecha. Sin embargo, ambas fuerzas han vuelto a unir destinos en Valencia. Los críticos en el PP a este pacto advierten, por eso, de que es “pan para hoy y hambre para mañana”.

El hito en el calendario es la declaración el próximo 11 de abril de Salomé Pradas, exconsejera de Justicia e Interior, ante la juez que investiga la tragedia de la dana. Pradas tiene en sus manos alterar los planes del PP si incrimina a Mazón. “Ella puede disparar hacia arriba, lo que pondría en problemas a Mazón; o hacia abajo, responsabilizando a los técnicos de la alerta tardía y errónea”, anticipa un dirigente del PP que ha hablado con ella hace poco. Más allá de haberla encontrado “bastante entera”, este dirigente no percibió pistas de qué pretende declarar Pradas ante la juez. Nadie lo sabe.
Feijóo, mientras tanto, da una de cal y otra de arena al president. Le ha permitido cerrar el pacto con Vox, pero antes le definió como “noqueado” y dijo que su Gobierno “no estuvo a la altura”. Su equipo transmitió además el mensaje claro este lunes de que su continuidad a medio y largo plazo no depende de que haya conseguido sacar adelante unos Presupuestos. La tensión entre ambos centros de poder continúa. Génova niega ahora una deslealtad de Mazón, pero, además de la del verano de 2023, los tiras y aflojas han sido muy recientes. Fuentes populares afirman que, tras la tragedia de la dana, al president se le pidió que anunciara que no se presentaría a las siguientes elecciones. Y no lo hizo.
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