España y Marruecos ultiman la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla en los próximos días
El intercambio comercial será inicialmente de un camión diario en cada sentido e incluirá productos fabricados en cualquier parte de España, no solo las ciudades autónomas
España y Marruecos ultiman la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla, tras dos años y ocho meses de una compleja y correosa negociación, según fuentes conocedoras de la misma. La apertura de una aduana en Ceuta —que nunca ha existido— y la reapertura de la de Melilla— cerrada unilateralmente y sin previo aviso por Rabat en agosto de 2018— figuraba en la hoja de ruta aprobada por los dos países durante la visita que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, realizó a Rabat el 7 de abril de 2022. Se trataba de la más clara contrapartida obtenida por España después de que el Gobierno, en un giro de su postura tradicional, apoyara la posición marroquí en el conflicto del Sahara, pero tropezaba con el recelo de Rabat a que se interpretara como un reconocimiento implícito de la soberanía española de las dos plazas.
Las fuentes consultadas se muestran muy cautas y no se atreven a dar una fecha exacta para la apertura de las dos aduanas, que debe producirse en los próximos días, pues se ha retrasado ya en varias ocasiones. De hecho, la última fecha fijada era este mismo 2 de enero, pero no se ha podido cumplir al estar aún pendiente la documentación de las primeras mercancías que cruzarán la frontera terrestre. Las delegadas del Gobierno de Ceuta y Melilla llevan días en comunicación con los empresarios interesados para preparar los primeros envíos de mercancías desde las dos ciudades. A raíz de estas llamadas, una noticia del diario local El Faro de Melilla sobre las características de las mercancías que podrán ser exportadas ha hecho saltar la polémica.
Con noticias confusas sobre el contenido del acuerdo, el presidente de la ciudad, el popular Juan José Imbroda, se ha apresurado a expresar su oposición al mismo, alegando que “el comercio local no se beneficiará en nada y Melilla perdería soberanía política con respecto al comercio exterior, ya que las medidas se considerarían como las propias de una región más de Marruecos”, informa Europa Press. Imbroda se basaba en la interpretación según la cual, mientras Marruecos podría vender sus productos a Melilla, “los comerciantes melillenses no podrían vender sus productos importados, solamente los productos que se fabrican en Melilla; es decir, ninguno”.
Fuentes conocedoras de la negociación niegan este extremo y aseguran que, aunque la parte marroquí lo planteó en su momento, la delegación española lo rechazó de plano. De hecho, el acuerdo detalla los productos que pueden ser exportados. Por parte marroquí: productos frescos (frutas, legumbres y pescados) y áridos. Por parte española: productos de higiene y limpieza; productos electrodomésticos y electrónica. Estos últimos, obviamente, no se fabrican en Ceuta o Melilla.
El volumen del intercambio comercial será, en todo caso, poco significativo, ya que estará sujeto a fuertes limitaciones. El acuerdo, a cuyas líneas maestras ha tenido acceso EL PAÍS, contempla que inicialmente solo circule un camión diario por cada puesto aduanero en cada sentido. Deberán ser, en todo caso, camiones no articulados (sin remolque) y no se aceptarán furgones ni contenedores. Solo podrán comerciar las empresas activas en los sectores correspondientes a los productos exportados. El paso de las mercancías estará sujeto a notificación previa, así como los datos del conductor y del vehículo. Las tasas aduaneras dependerán del origen del producto que se exporte. Los cargamentos de productos frescos deberán ser homogéneos (no se pueden mezclar productos diferentes en un solo envío) y estar preenvasados por establecimientos autorizados por la autoridad sanitaria marroquí.
Las aduanas abrirán de 10.00 a 16.00 horas y cerrarán los días festivos en cualquiera de los dos países. No está claro en qué términos quedará el régimen de viajeros, porque actualmente las autoridades marroquíes no permiten que quienes cruzan la frontera lleven consigo ningún producto adquirido en el lado español.
Durante estos dos años y ocho meses de tira y afloja se han sucedido tres pruebas piloto (la última, en mayo de 2023), multitud de reuniones técnicas y un intenso intercambio de cartas, aunque nunca se cumplieron los plazos previstos por las autoridades españolas y los avances se han encallado en varias ocasiones. La voluntad española de avanzar chocaba con la resistencia marroquí.
Rabat ha pasado todo este tiempo rebajando las expectativas de Madrid, hasta el punto de que su director de aduanas, Abdelatif Amrani, llegó a calificar de “prematuro” el calendario propuesto por España, según una carta del 14 de febrero de 2023. La misiva, enviada tras la segunda prueba piloto, reiteraba el compromiso marroquí de abrir las aduanas, pero pedía posponer la tercera prueba piloto prevista para el día siguiente hasta que se solucionasen “cuestiones técnicas”. La tercera prueba se realizó finalmente en mayo de 2023, pero, aunque Marruecos calificó sus resultados de positivos, insistió en que se habían identificado algunos “pequeños ajustes que merecen ser abordados”.
En diciembre de ese año, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró, durante una rueda de prensa conjunta en Rabat con su homólogo marroquí, Naser Burita, que ya no hacía falta realizar “más pruebas piloto” y que por parte española estaba todo listo. Poco más de un año después, se espera que la apertura de las aduanas se haga finalmente realidad y el intercambio comercial regular sustituya definitivamente al denominado comercio atípico (contrabando) que caracterizaba las relaciones comerciales entre Ceuta y Melilla y su entorno marroquí hasta que, con motivo de la pandemia de la covid, Rabat lo cortó en seco.
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