Raphael se define como “intérprete de emociones” al ser investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Jaén
“En la música, como en la vida, lo esencial no es la perfección, sino la verdad”, ha dicho en el artista durante el acto
Los sones de Digan lo que digan han sonado en el aula magna de la Universidad de Jaén (UJA) poco después de que Rafael Martos Sánchez (Linares, 1943) recibiera el birrete doctoral tras ser investido Doctor Honoris Causa por la universidad de su tierra natal. Raphael, muy emocionado, se ha definido como “un apasionado de transmitir emociones” que ha llevado su música por todos los rincones del mundo. Es uno de los cuatro artistas en todo el mundo que dispone de un disco de uranio por haber vendido más de 50 millones de copias a lo largo de su trayectoria, que ya alcanza los 64 años. “Mi voz ha sido siempre mi mejor aliado, permitiéndome explorar mis límites y evolucionar constantemente. Nunca me ha interesado ser simplemente un cantante que suena bien, siempre he intentado ser un intérprete que conmueve, sacude y despierta sentimientos, porque en la música, como en la vida, lo esencial no es la perfección sino la verdad. Y en esa búsqueda de autenticidad es donde reside el verdadero poder de la interpretación”, ha señalado Raphael en su primer discurso como Doctor Honoris Causa.
Tras agradecer este reconocimiento ―“Qué pena que no se haya hecho antes”, dijo antes del iniciarse el acto― Raphael, que nació en la calle Doctor de Linares (Jaén), ha evocado sus primeros pasos en la música cuando apenas intuía que su “voz podría convertirse en un vehículo para contar historias y transmitir emociones”. “Para mí, ser artista es poder transmitir lo que a menudo no puede expresarse con palabras. Un cantante no es solo quien afina y sigue el ritmo, es un intérprete de emociones, un actor de la voz. Cantar es, en muchos sentidos, actuar, ponerse en la voz del otro, vivir de lo que se canta y arrastrar al oyendo a este mismo viaje emocional. No es solo cuestión de notas y ritmos, sino de matices, vestidos o silencios, qué importantes son los silencios en la música”, ha expresado el cantante linarense en su alocución ante ya sus nuevos compañeros doctores de la Universidad jiennense. En el acto ha estado rodeado de sus familiares y paisanos, muchos de ellos llegados desde Linares.
Desde el Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la UJA se ha defendido que Raphael “es historia viva de la cultura española” y “está sobradamente justificada a la luz de su excepcional carrera artística”, con 60 discos en el mercado. Sin contar la filmografía y 326 discos de oro, 49 de platino y uno de los cuatro discos de Uranio existentes por ventas de más de 50 millones de copias.
Después de que el rector de la Universidad de Jaén, Nicolás Ruiz, le impusiera el birrete doctoral, Raphael ha hecho una defensa de su personalísima carrera musical y de su particular estilo: “Siempre he seguido mi propio sendero, guiado por mi voz y por la música en la que he creído con convicción y he procurado mantenerme fiel a mí mismo, resistiendo las modas pasajeras y las opiniones que intentan encasillar”.
También ha tenido palabras de agradecimiento a todos los que lo han acompañado a lo largo de este viaje de más de seis décadas por el mundo de la música: “La mejor música surge cuando el creador se atreve a desafiar, en mi caso esto ha sido posible gracias a la complicidad de grandes compositores, auténticos sastres que han perfeccionado mi repertorio a medida, punto a punto”.
El autor de temas célebres como Qué sabe nadie, Yo soy aquel o Mi gran noche ha expuesto otras claves que, a su juicio, le han llevado a mantenerse tanto tiempo en la cúspide: “Al mirar atrás me doy cuenta de que el trabajo constante, la perseverancia y la confianza de uno mismo han sido claves para mantener viva mi ilusión”.
Raphael ha querido dedicar este Doctorado a todos aquellos que, como él, “han encontrado en la interpretación una forma de dar sentido a sus vidas”. Y ha señalado que el hecho de haber pisado escenarios de todo el mundo le ha servido para “poder vivir muchísimas vidas en una sola” y compartir sus alegrías, sueños y miedos con millones de personas.
“Siempre he creído que la música no solo la escuchamos, la vivimos, la respiramos y nos ayuda a ser mejores”, ha concluido el artista linarense, que ha dejado la promesa de seguir entregando lo mejor de mí en cada canción”, ha concluido. En el acto, la Orquesta y Coro de la UJA ha interpretado algunos pasajes sonoros de este artista universal.
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